La guerrilla zapatista de México asegura que el ejército federal recibió orden de atacar, y algunos analistas creen que la convocatoria a elecciones en julio complica la búsqueda de solución pacífica al conflicto en el sureño estado de Chiapas.
El subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN, afirmó el jueves de noche que la orden de ataque a las bases de los guerrilleros "está ya en las mesas de los Estados Mayores", y que "llegó acompañada de una promesa presidencial: Esta vez no habrá marcha atrás".
Por su parte, el gobierno ratificó su rechazo de la autonomía indígena demandada por los insurgentes, aunque también dijo que "por ahora" no proyecta ninguna ofensiva militar en el área de conflicto.
Mientras, los mediadores del Congreso no atinan a abrir el camino para la reanudación del diálogo entre el Poder Ejecutivo y el EZLN.
La negociación se interrumpió a mediados de mes, cuando el EZLN no aceptó los cambios introducidos por que el gobierno a un proyecto de legislación indígena preparado por parlamentarios.
Luis Garrido, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostiene que los actores del conflicto de Chiapas, y especialmente el gobierno, miden sus movimientos en función de las elecciones de julio, en las que el oficialismo podría ser derrotado, según las encuestas.
También otros analistas entienden que el difícil momento está abonado por los comicios, en que estarán en juego 1.100 cargos electivos, entre ellos la totalidad de los escaños de la Cámara de Diputados, siete gubernaciones, incluida la capital, y 500 diputaciones locales y ayuntamientos.
El gobernante Partido Revolucionario Institucional y la oposición se enzarzaron en disputas en las últimas semanas, y el presidente Ernesto Zedillo realizó giras por varias zonas del país para lanzar duras críticas a sus detractores.
Marcos acusó al gobierno de intentar "el golpe quirúrgico final" contra la guerrilla, aunque advirtió que la palabra rendición no figura en el vocabulario de los zapatistas.
Miembros de la Iglesia Católica y de organizaciones no gubernamentales señalaron que en las comunidades indígenas de Chiapas reina el terror por el reforzamiento de las patrullas es militares y el sobrevuelo constante de helicóperos artillados. El ejército rechazó la acusación.
Según informaciones recibidas de la zona de influencia del EZLN, muchas familias indígenas afirman haber escuchado que pronto serán atacados por las fuerzas gubernamentales.
Zedillo, quien ha asegurado varias veces que no recurrirá a la fuerza en Chiapas, dijo el jueves que su gobierno insistirá en un plan para los pueblos indígenas que evite la segregación, la exclusión y la creación de fueros especiales.
El secretario de la Reforma Agraria, Arturo Warman, fue aún más claro: ni los nativos, ni la sociedad quieren que la considerada autonomía para los indígenas tenga connotaciones territoriales o de independencia.
El EZLN, que acusa al gobierno de faltar a su compromiso de otorgar autonomía a los pueblos nativos, suscrito en 1996, aceptó sin objeciones el proyecto de legislación indígena preparado por los mediadores del Congreso, un documento que las autoridades cuestionan.
Marco Bernal, delegado oficial a las negociaciones en Chiapas, reconoció que el proceso de pacificación se halla en una fase "complicada e intrincada".
El equipo de asesores del EZLN, entre quienes figuran antropólogos, escritores, indígenas y dirigentes de organizaciones no gubernamentales, sostiene por su parte que las negociaciones se encuentran en un momento crucial.
Según los asesores de la guerrilla, las condiciones del momento podrían conducir tanto a la consolidación del diálogo como a "un callejón sin salida".
Marcos señaló en su comunicado que si las autoridades no cumplen los pactos, el díálogo y la negociación pierden sentido". También dijo que el gobierno y a los partidos políticos buscan el voto popular "casa por casa" sólo para obtener más poder. (FIN/IPS/dc/ff/ip/97