DESARROLLO: Banco Mundial promete menos condiciones

Los controvertidos ”créditos de ajuste” del Banco Mundial, que sacudieron las estructuras de los países del Sur en los años 90, serán sustituidos por reglas más orientadas hacia la reducción de la pobreza, anunció la institución. Los críticos no le creen.

Luego de un proceso de autocrítica, la institución con sede en Washington anunció el próximo establecimiento de una ”Política de Créditos para el Desarrollo” en sustitución de la que preconizaba ajustes estructurales, que fue instaurada en 1992.

Los préstamos de ajuste constituyen un tercio de los créditos concedidos por el Banco, que sumaron 18.500 millones de dólares el año pasado.

Pero críticos de las instituciones financieras multilaterales aseguran que permanecerán incambiados elementos fundamentales del préstamo de ajuste, entre ellos el establecimiento como condición para el crédito de cambios económicos estructurales que establezcan un marco macroeconómico ”apropiado” de acuerdo con el Banco.

Además, se mantendrá una estrecha colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI), señalan.

James W. Adams, vicepresidente del Banco, sostuvo en una entrevista publicada en el sitio de la institución en Internet que la nueva política otorgará a los países acreedores más poder para decidir sus propios planes economicos y tendrá un enfoque de largo plazo enfocado en el desarrollo.

”Estamos cambiando de una lista muy prescriptiva de políticas que eran parte de los primeros préstamos de ajuste, concentrados principalmente en restricciones fiscales y en reformas a las políticas comercial y de precios, a una lista más amplia de asuntos”, indicó Adams, en alusión a sectores como la salud, la educación y el ambiente.

El Banco Mundial, cuya misión declarada es reducir la pobreza, otorga dos tipos de préstamos: los ”créditos de ajuste” (ahora llamados ”política de desarrollo”), que influyen en las políticas económicas de los gobiernos, y los ”créditos de inversión”, que financian proyectos específicos, como la construcción de carreteras, oleoductos y otras obras de infraestructura.

Los programas de ajuste estructural han sido el aspecto más polémico de los créditos de ajuste en los últimos años, porque imponen a los gobiernos prestatarios condiciones con efectos a veces devastadores, como el recorte del gasto en salud y educación, la privatización de activos públicos, la desregulación de la economía y la apertura a las inversiones extranjeras en igualdad de condiciones con empresas nacionales.

En consecuencia, organizaciones no gubernamentales y los propios países prestatarios comenzaron a rechazar el ajuste estructural y acusaron al Banco de prescribir una misma serie de políticas a países y regiones diferentes.

Al anunciar su nueva estrategia, el Banco Mundial admitió esa y otras fallas de su antigua política. ”Creo que el Banco ha sido muy prescriptivo y ha presentado una misma receta a diferentes gobiernos”, reconoció Adams.

”Ahora, nuestro deseo es que los gobiernos desarrollen sus políticas”, expresó el funcionario, y anunció que la mayor parte de los créditos se destinarán a programas que ya han sido completados, y no a objetivos prometidos.

Esto significa que el prestatario podrá obtener un crédito para un proyecto en base a su desempeño, aun si los objetivos alcanzados no son exactamente los prometidos, explicó Stefan Koeberle, un asesor del Banco.

Según Adams, el nuevo enfoque también hará que los países se sientan más identificados con sus propias estrategias de desarrollo económico, una antigua demanda de los gobiernos prestatarios y grupos de desarrollo.

”Existe una voluntad más clara de que los gobiernos trabajen junto a la sociedad civil y otros actores en el área del desarrollo, elaborando políticas para reducir la pobreza”, agregó.

”El Banco está dispuesto a apoyar un programa nacional si considera que las políticas son sensatas, practicables, y que el gobierno y sus ciudadanos se identifican con ellas”, declaró Adams.

El término ”créditos para políticas de desarrollo” también se refiere a la importancia de examinar los esfuerzos del Banco para contrarrestar posibles efectos ambientales o sociales negativos de los proyectos que financia.

Según la institución, la nueva política es la culminación de más de dos años de consultas con partes interesadas, entre ellas gobiernos, representantes comunitarios, grupos de la sociedad civil, académicos y representantes del sector privado de todo el mundo.

Sin embargo, grupos que vigilan las actividades del Banco afirman que la nueva estrategia no es sincera y que podría ser un intento de la institución de transferir la responsabilidad por sus políticas a los gobiernos prestatarios.

”Esto es un gran fraude”, acusó Rick Rowden, de la organización ActionAid/Estados Unidos. ”Es una forma de decir que todo es culpa de los gobiernos prestatarios”, agregó.

Mientras, el Centro de Información sobre el Banco (BIC), otra organización no gubernamental con sede en Washington, reconoció ”algunos cambios positivos en comparación con las políticas actuales”.

Por primera vez, el Banco Mundial destaca la necesidad de identificar posibles impactos sociales y ambientales de sus créditos y de realizar consultas con los afectados, destacó el BIC.

No obstante, observó, ”estas disposiciones no logran responder a las numerosas críticas y de hecho no llegan a cumplir normas ya vigentes para ciertos tipos de créditos de ajuste”, concluyó.

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