COOPERACION-HAITI: Más vale tarde que nunca

Haití recibirá 1.100 millones de dólares (160 millones más de los solicitados) en préstamos y donaciones en los próximos dos años para cubrir el déficit presupuestal, comenzar la restauración de los servicios básicos y salir de la miseria que lo convierte en el país más pobre de América.

El anuncio, formulado al final de una conferencia de dos días en la sede del Banco Mundial en Washington, significó un éxito tanto para el gobierno interino de Gerard LaTortue como para los patrocinadores del encuentro, que fueron el propio Banco, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Banco Interamericano de Desarrollo.

"Estamos muy agradecidos", declaró en la noche del martes el ministro haitiano de Economía y Finanzas, Henri Bazin, en la conferencia de prensa final, pero señaló que los desembolsos deben hacerse efectivos puntualmente.

La organización humanitaria británica Oxfam Internacional expresó la misma preocupación. Tras congratular a los donantes por ofrecer más fondos de los esperados, advirtió que "deben garantizar que sus promesas se hagan realidad, y que los fondos no se estanquen en medio de la burocracia".

Oxfam lamentó que una parte importante de los fondos prometidos consistan en créditos y no en donaciones, porque de esa forma "no habrá un alivio de la deuda más rápido y profundo para Haití, sino que por el contrario, el país quedará más sumergido en una deuda insostenible".
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Otros grupos de la sociedad civil destacaron que el nuevo gobierno debe esforzarse más para que organizaciones populares participen en la reconstrucción del país caribeño.

La deuda externa de Haití suma más de 1.200 millones de dólares, casi cinco veces más que el valor de sus exportaciones anuales.

Caroline Anstey, portavoz del Banco, dijo a la prensa tras la conferencia que el Banco y otros donantes consideran varias formas de reducir la deuda bilateral y multilateral de Haití, pero que todavía no se adoptó ninguna decisión.

La conferencia de donantes se realizó luego de seis semanas de reuniones y consultas entre el gobierno de Haití, el sector privado, donantes internacionales y representantes de la sociedad civil haitiana, que resultó en un documento de evaluación de las necesidades titulado "Marco Interino de Cooperación".

El documento establece objetivos específicos de financiación para unos 20 sectores prioritarios hasta septiembre de 2006, siete meses después de la asunción de un nuevo gobierno.

El Marco reclama para los próximos dos meses la creación de 44.000 empleos, la recolección y disposición de la mitad de la basura acumulada en las zonas urbanas, la recuperación de 500 asentamientos precarios en la capital, Puerto Príncipe, y la duplicación de las horas diarias de disponibilidad de energía eléctrica, de seis a 12.

Si estas metas se cumplen, podrían significar el aumento de la credibilidad política del gobierno interino, instalado rápidamente tras la caída el pasado febrero del presidente Jean Bertrand Aristide, quien asegura que fue víctima de un "golpe de Estado" orquestado por Estados Unidos y otros países.

Según el ex mandatario, esos países lo obligaron a firmar su renuncia y a abordar un avión que lo conduciría, sin saberlo él, hacia República Centroafricana, mientras violentos rebeldes haitianos avanzaban sobre Puerto Príncipe.

Aristide se negaba a aplicar muchas de las reformas económicas impulsadas por Estados Unidos y otros países industrializados.

Hasta ahora, los partidarios del ex mandatario han permanecido al margen del gobierno interino, dominado por tecnócratas y miembros de la elite tradicional haitiana. Uno de los desafíos de las nuevas autoridades es ganarse la confianza del Partido Lavalas de Aristide, por lejos el mayor del país y con gran fuerza entre la mayoría pobre de Puerto Príncipe y otras grandes ciudades.

Tras la salida de Aristide del país, Estados Unidos, Francia y otros países enviaron fuerzas de paz, que se desplegaron principalmente en las áreas urbanas, dejando las zonas rurales en manos de rebeldes y ex miembros del ejército, que fue abolido en 1995.

La fuerza encabezada por Estados Unidos fue reemplazada a fines de junio por una fuerza multinacional de la ONU encabezada por Brasil, que también está casi restringida a las áreas urbanas.

Con un ingreso anual por habitante estimado en sólo 351 dólares en 2003, Haití es el país más pobre del hemisferio occidental y uno de los más pobres del mundo. La mitad de la población urbana no tiene acceso al agua potable, la expectativa de vida se sitúa en 53 años, y la incidencia del VIH/sida se estima en cinco por ciento.

El Banco Mundial y otros donantes creen que el gobierno de LaTortue, quien permanecerá en el poder hasta dos meses después de las elecciones previstas para diciembre de 2005, será "una oportunidad de dos años de duración para implementar reformas sociales, políticas y económicas reales", declaró Anstey.

El Marco Interino de Cooperación había solicitado 924 millones de dólares adicionales hasta septiembre de 2006, además de los 440 millones ya prometidos por distintos gobiernos.

En la conferencia, el Banco Mundial prometió 155 millones de dólares; el Banco Interamericano de Desarrollo, 260 millones, y la Comisión Europea, 325 millones, todo en donaciones.

Mientras, Estados Unidos anunció un paquete de ayuda de 120 millones de dólares, y Canadá, 135 millones. Varios países europeos, encabezados por Francia (la antigua potencia colonial de Haití), también realizaron nuevos compromisos bilaterales.

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