La anarquía reinante en el este de Zaire obliga a decenas de miles de refugiados a huir de la ciudad de Goma, sobre la frontera con Ruanda, hacia Mugunga, situada un poco más hacia el oeste.
Miembros de agencias humanitarias en Goma informaron este jueves que más de 100.000 refugiados de Ruanda y Burundi se sumaron a los 300.000 ya establecidos en Mugunga.
"Mugunga recibe gente a cada hora", y este influjo lo convierte en el mayor campo de refugiados del mundo, dijo a los periodistas una funcionaria del Programa Mundial de Alimentos, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La región este de Zaire alberga 1,1 millones de refugiados, la mayoría de países vecinos como Ruanda y Burundi.
La ONU informó este jueves que está evacuando más de 100 miembros de organizaciones humanitarias internacionales establecidos en Goma, saqueada por soldados y civiles zaireños.
Esta es la tercera vez en un mes que la ONU debe evacuar trabajadores humanitarios del este de Zaire. A comienzos de octubre, el foro mundial retiró a 48 de ellos de Uvira, fronteriza con Burundi, mientras la lucha armada se acercaba peligrosamente.
Luego, el 26 de octubre, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) evacuó a 128 miembros de agencias humanitarias internacionales de la ciudad de Bukavu, donde la seguridad disminuía y la tensión crecía ante el inminente ataque de los rebeldes.
"La decisión de evacuar es extremadamente difícil, porque la necesidad de ayuda de emergencia en la región es cada vez mayor", manifestó Trevor Rowe, portavoz del PMA.
El actual conflicto en el este de Zaire surgió a comienzos de este mes, cuando el vicegobernador de la provincia de Kivu del Sur, Lwasi Ngabo Lwabangi, ordenó a la comunidad banyamulenge abandonar su ancestral provincia, bajo amenaza de guerra.
A medida que las noticias sobre el conflicto llegaban a Kinshasa, multitudes de zaireños saqueaban los hogares y comercios de los banyamulenge y de otros tutsis que huyeron de Ruanda tras sufrir varias oleadas represivas en los tres últimos decenios.
El conflicto amenaza con extenderse a toda la región de los Grandes Lagos. Kigali confirmó este miércoles que soldados ruandeses se infiltraron en Zaire el martes por la noche para obligar a retroceder al ejército que combate a los rebeldes tutsi.
La titular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, exhortó a los combatientes a detener los ataques a refugiados y civiles y a abrir "corredores humanitarios" para aquellos atrapados en el conflicto.
"Lo que más me duele son los informes de mujeres y niños atrapados en esta terible tragedia. Los primeros refugiados que llegaron al hospital de Goma tras los ataques de este fin de semana fueron 36 mujeres y niños heridos de metralla, y recibimos informes sobre una mujer que dio a luz en el camino", dijo.
Ogata urgió a las autoridades de la región a abrir pasajes seguros para los refugiados que desean volver a Ruanda. "Haremos todo lo posible por ayudarlos", agregó.
Pero la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional declaró este jueves que las agencias de la ONU sólo están preocupadas por los refugiados ruandeses bajo ataque en el este de Zaire.
"La situación de otras víctimas continúa siendo ignorada por la comunidad internacional", afirmó en una declaración enviada por fax a IPS.
"Las violaciones a los derechos humanos en Zaire no afectan sólo a los refugiados, sino también a civiles zaireños y a trabajadores de agencias humanitarias locales y extranjeras", puntualizó Amnistía.
Observó también que "la ONU y otras organizaciones exhortan a los ruandeses a regresar a sus hogares y se comportan como si los refugiados de Burundi y los desplazados de Zaire no merecieran protección también".
Así mismo, Amnistía manifestó su gran preocupación ante informes de que "cientos de civiles desarmados" fueron asesinados deliberadamente en las últimas semanas durante los enfrentamientos entre soldados y rebeldes zaireños, en Kivu del Sur. (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/ml/ip/96