La colectividad judía de Argentina expresó hoy una discreta conformidad con la renuncia del ministro de Justicia Rodolfo Barra, señalado por su pasado antisemita.
Barra fue remplazado por el hasta ahora viceministro Elías Jasán, un abogado judío que defendió al presidente Carlos Menem durante sus cinco años de cautiverio en plena dictadura militar, y considerado un "ultramenemista", según consignó este jueves el diario Clarín.
Menem intentó relativizar el alcance político de la dimisión de Barra al asegurar que su ministro tomó esa decisión porque "cumplió un ciclo".
"No hay que darle ninguna otra connotación a este tema", dijo Menem, pese a que, en el mismo momento el ministro saliente explicaba que renunció "para no crear un conflicto al gobierno" y como un gesto hacia la ofendida comunidad judía argentina, la más numerosa de América Latina.
"No tengo ningún complejo de ser judío, voy a ser un ministro que actúe como argentino, que es la patria que acogió a mis abuelos", aclaró.
Jassán valoró el gesto de renuncia para "evitar costos políticos al gobierno" y justificó tácitamente a Barra al señalar que los años 60 y 70 fueron "muy difíciles" para los jóvenes.
Lo importante es "ver si los que fueron capturados por movimientos totalitarios evolucionaron y abrazaron mas tarde la causa democrática", consideró.
Barra renunció luego que un semanario y un diario revelaron su participación en una organización antisemita y filonazi, su acción n la universidad durante la gestión de un rector de conocida militancia pronazi y su estadía en prisión por atacar una sinagoga.
El ex ministro admitió su compromiso pasado y lo atribuyó a un "idealismo juvenil".
También ensayó diversos modos de disculpa ante la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), pero los pedidos de investigación del Centro Simón Wiesenthal, el malestar de la organización humanitaria B'Nai Brith y la amenaza de una marcha de protesta de rabinos el lunes próximo lo decidieron a dimitir.
"Creo que la decisión de Barra fue correcta, su alejamiento resuelve una difícil situación en el gobierno", expresó el presidente de la DAIA, Rubén Beraja.
Beraja admitió que ahora pedirá una entrevista con Menem para manifestarle su disconformidad con el reciente nombramiento de un nuevo interventor en el canal de televisión estatal Atecé, Horacio Frega, que también tiene antecedentes antisemitas.
El rabino Daniel Goldman, interpretó por su parte que la salida de Barra "refleja el arrepentimiento del gobierno" y manifestó que la decisión "hace a la democracia más sólida".
Sergio Bider, del Centro Wiesenthal, consideró que la renuncia es "saludable", pero aclaró que el tema quedó "muy focalizado" en la comunidad judía y que, en verdad, se trata de un tema que "debera preocupar a toda la sociedad democrática".
Las organizaciones internacionales y los rabinos centraron su preocupación en la continuidad del ministro, en momentos en que se cuestiona la falta de resultados en las investigaciones por los atentados antijudíos perpetrados en 1992 y 1994.
El primero fue contra la embajada de Israel, con un costo de 30 muertos, y el segundo voló el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina, con un saldo de 89 muertos.
Ninguno de los dos fue aún esclarecido, aunque se sospecha que fueron cometidos por grupos fundamentalistas árabes apoyados en células nazis locales.
Barra fue funcionario del gobierno de Menem desde el primer día de su primera gestión, iniciada en 1989. Fue viceministro de Obras Públicas y de Interior, miembro de la Corte Suprema de Justicia y luego ministro.
Su compromiso actual con el organización católica internacional ultraconservadora Opus Dei lo llevó a convertirse en un ariete de la campaña oficial contra la legalización del aborto.
El domingo el diario Página 12 reveló que el ministro fue accionista de un albergue transitorio, como se denomina en Argentina a los hoteles por hora. El emprendimiento había sido una herencia paterna. (FIN/IPS/mv/dg/ip/96)
