Las últimas encuestas de opinión en Costa Rica confirman la pérdida de credibilidad de los partidos políticos y anuncian que las elecciones de 1998 la ganará el candidato, independientemente de la fuerza a la que represente.
La pérdida de credibilidad de los partidos, un fenómeno mundial, se viene experimentando en Costa Rica desde varios años atrás, pero se ha acentuado recientemente.
Según una encuesta de la empresa Unimer, realizada para el diario La Nación de San José, 41 por ciento de los encuestados dijo no tener simpatías por algún partido político en particular. Además, 51 por ciento de los entrevistados aseguró que no sabe por cual partido votará en las elecciones de 1998.
Aunque esa actitud podría obedecer a la lejanía del proceso electoral, curiosamente los precandidatos capturan mayor interés de la población que los partidos que los respaldan.
El virtual candidato del opositor Partido Unidad Social Cristiana, Miguel Angel Rodríguez, cuenta la simpatía de 38 por ciento de los costarricenses. En tanto, el precandidato del gobernante Partido Liberación Nacional, José Miguel Corrales, es respaldado por 29,6 por ciento de la población.
Esto significa que 67,6 por ciento los votantes apoya a un candidato, pese a que 51 por ciento dice no tener un partido de su preferencia.
El politólogo Rodolfo Cerdas considera que la encuesta muestra claramente la grave crisis de algunas instituciones del país, que deberían ser sometidas a un exámen crítico antes de que su deterioro alcance a todo el sistema político.
El sociólogo Francisco Escobar considera que las opiniones de los costarricenses reflejan su repudio hacia los partidos en su papel de representantes de las mayorías.
Carlos Manuel Castillo, otro precandidato oficialista, dijo que la situación es preocupante porque la democracia se basa en un régimen de partidos y si estos se debilitan, se pone en peligro la democracia misma.
El presidente del partido Unidad Social Cristiana, Abel Pacheco, considera que la población tiene razón.
"Los partidos han prometido y no han cumplido, han sido invadidos por la corruptela. Ahora hay una tendencia a creer en el hombre, no en el partido", afirmó.
Esa línea de pensamiento justifica el masivo respaldo que obtuvo el presidente de la Asamblea Legislativa, Walter Coto, cuando la semana pasada abandonó la línea de su partido, Liberación Nacional, y votó junto a la oposición para designar al contralor general de la República.
Pese a que ahora corre el riesgo de ser sancionado por su partido, Coto recibió amplio respaldo de la población, que vio con buenos ojos su decisión de respetar un acuerdo previo y abandonar "la politiquería partidaria", según las encuestas. (FIN/IPS/mso/ag/ip/96)