La desinformación virtual permea la matanza de El Mozote en El Salvador

El campesino Benito Márquez junto al mural que recopila muchos de los nombres de personas asesinadas en la aldea de El Mozote y caseríos cercanos, en el este de El Salvador, en diciembre de 1981. Entre esos nombres figuran los de sus dos hermanos, Facundo y Segundo Márquez. Imagen: Edgardo Ayala / IPS

EL MOZOTE, El Salvador – A los 44 años de la considerada peor masacre de civiles en América Latina, en la que unas 1000 personas fueron asesinadas en diciembre de 1981 en  El Mozote, en el este de El Salvador, circulan en el ciberespacio videos y contenidos que niegan que existió tal matanza, o la minimizan, en una brutal distorsión de la realidad.

“Diría que son unos ignorantes todos esos que andan negando lo que pasó aquí, lo que está a la vista no necesita anteojos, mire, esto lo sabe el mundo entero”, dijo a IPS el campesino Benito Márquez, a un costado del mural que contiene los nombres de las personas acribilladas a sangre fría por unidades del ejército salvadoreño, en aquella acción.

Minutos antes, Márquez había encendido y colocado una velita al pie del mural, que incluye los nombres de sus dos hermanos, Facundo y Segundo Márquez, así como los de otros parientes suyos asesinados aquel diciembre de 1981.

Márquez, su esposa y sus cinco hijos se salvaron porque en 1980 ya se habían ido del caserío donde vivían, Cutuco, cerca de El Mozote, y se habían establecido en Las Pilas, en las cercanías de Arambala, un poblado vecino. Por ahí pasaron los soldados pero no se quedaron ahí, contó.

“Siempre he venido a este acto, nunca he fallado en venir, es una forma de homenajear a mis hermanos y a las demás personas; esta vez casi no vengo, no me siento bien de salud, el corazón ya me está fallando, pero hice el esfuerzo y aquí estoy”, afirmó.

Márquez, de 89 años, iba ataviado con camisa de vestir de manga larga, para rendir homenaje, con respeto, a todos los fallecidos, durante el acto conmemorativo celebrado el 13 de diciembre en la plaza central de El Mozote, en uno de cuyos costados se yergue el mural.

“Diría que son unos ignorantes todos esos que andan negando lo que pasó aquí, lo que está a la vista no necesita anteojos, mire, esto lo sabe el mundo entero”: Benito Márquez.

Entre el 9 y 13 de diciembre de 1981 unidades del ejército incursionaron en El Mozote y en otras aldeas aledañas del municipio de Meanguera, en el departamento de Morazán, en el este del país, y asesinaron a mansalva a unas 1000 personas, incluyendo niños, ancianos y mujeres embarazadas.

Esa zona era controlada por la entonces guerrilla izquierdista del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), convertido en partido político en 1992, con la firma de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a 12 años de guerra civil.

La cúpula militar consideraba a la población civil del área como apoyo de la guerrilla, y esa sería la lógica para que se decidiera asesinarlos.

Se calcula que el conflicto dejó más de 75 000 muertos y 8000 desaparecidos.

Ignacio Chicas y Gregorio Romero, a la entrada de la iglesia de El Mozote, en el este de El Salvador, donde en diciembre de 1981 sucedió una de las mayores masacres de civiles en América Latina, con un saldo aproximado de mil personas. Imagen: Edgardo Ayala / IPS

Negacionistas en la era de la desinformación

“Lo que ocurrió aquí lo vio la gente que vino a reconocer a estas personas después, lo documentaron”, recalcó Márquez, mientras caminaba despacio, apoyándose en un bastón.

Con la proliferación de las redes sociales y de los llamados creadores de contenido, en plataformas como YouTube o Tik Tok, circulan en el ciberespacio videos en los que tajantemente se afirma que la masacre de El Mozote no ocurrió y más bien lo que hubo fue civiles muertos en fuego cruzado durante combates entre soldados del ejército  y guerrilleros del FMLN.

Si bien esos materiales audiovisuales no son numerosos, sí son virulentos.

Uno de esos creadores de contenido es José Carlos Parada, quien se autodefine como historiador en su cuenta Causa Justa Pensionados Ipsfa, en referencia al Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada.

En un video difundido el 11 de diciembre, en el marco de la conmemoración de aquella matanza de civiles, Parada publicó nuevamente un video que ya había subido previamente a las redes, llamado Como se inventó lo de El Mozote.

“¿Sabías que el relato más difundido sobre la supuesta masacre de El Mozote es un mito, creado por los comunistas del FMLN? Su propósito es desprestigiar a la Fuerza Armada de El Salvador”, comienza preguntando Parada en el video, que ya registraba 68 000 visualizaciones.

Y agrega: “En este video descubriremos las causas y los propósitos detrás de la creación interesada de un conjunto de medias verdades y cínicas falsedades que han distorsionado la historia reciente de El Salvador”.

IPS contactó a Parada, vía Facebook, para que aclarara si es historiador formado académicamente, o es un entusiasta de la historia, pero al cierre de este reportaje no había respondido.

Otro youtuber, en su cuenta Sargento Marden Platero, señala que solo hubo 192 muertos en El Mozote y “sabemos que las cifras fueron infladas y muchas de las cosas que se han dicho fue propaganda política del FMLN” para evitar que los Estados Unidos mantuviera la asistencia militar a los gobiernos de El Salvador en su lucha contra las guerrillas izquierdistas.

Tanto Platero como Parada mencionan fuentes “históricas y antropológicas” que no identifican, como base de sus argumentaciones, las que contradicen el Informe de la Comisión de la Verdad, el organismo surgido en el marco de los acuerdos de paz que pusieron fin a los 12 años de la guerra civil.

Ese informe, titulado “De la locura a la esperanza: la guerra de doce años en El Salvador” y dado a conocer el 15 de marzo de 1993, señala claramente que unidades del Batallón Atlacatl del ejército salvadoreño, en el marco de la llamada Operación Rescate, detuvieron, torturaron y ejecutaron deliberada y sistemáticamente a civiles — hombres, mujeres y niños — en El Mozote y en caseríos cercanos.

“Ese informe de la Comisión de la Verdad no vale, porque fue manipulado por las organizaciones que estaban a favor del FMLN para engañar no solo al gobierno y al pueblo, sino a la comunidad internacional”, declara el Sargento Platero, en su informe en YouTube.

El 13 de diciembre se conmemoró en El Mozote, en el este de El Salvador, el asesinato a sangre fría de civiles, con la colocación de ramos de flores y velas al pie del mural con los nombres de los fallecidos. Fue la mayor matanza colectiva de civiles durante la guerra civil en el país y ahora algunos negacionistas rechazan en las redes sociales su existencia o su magnitud. Imagen: Edgardo Ayala / IPS

El metaverso de la manipulación

La investigadora Ivón Rivera sostuvo que ese tipo de contenidos no aparece aisladamente, sino que se circunscribe a una estrategia comunicacional promovida por la élite política en el país, concretamente, por el presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien ha menospreciado la importancia de hechos históricos, como los acuerdos de paz, al calificarlos de una “farsa”.

Ese engaño fue montado, según ha dicho Bukele en reiteradas ocasiones, por las cúpulas del FMLN y del entonces gobierno de Alfredo Cristiani, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), ambos enemigos políticos del mandatario, etiquetado como neopopulista y criticado local e internacionalmente por su autoritarismo.

“Todo es parte de una estrategia de comunicación que ha mantenido en distintos ejes la actual administración pública y vemos este tipo de cuentas que predominan y que respaldan el rol de la Fuerza Armada en El Salvador”, explicó a IPS la investigadora Rivera, catedrática de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.

Y añadió: “Se trata de deslegitimar el conflicto armado precisamente para tratar de fundar o refundar la narrativa que ellos tienen, forma parte de un ecosistema mediático de las redes sociales”.

La exjueza Mirna Perla, en el acto de homenaje a las víctimas de la masacre de El Mozote, sosteniendo un cartel con la fotografía de su esposo Herbert Anaya, un defensor de los derechos humanos durante la guerra civil en El Salvador, asesinado en octubre de 1987. La abogada sostiene que existe la posibilidad de que los acusados en el caso penal de El Mozote evadan la justicia, ahora que finalmente se abrirá el juicio oral. Imagen: Edgardo Ayala / IPS

Esperanzas de justicia

El 10 de diciembre, los medios locales informaron que el caso penal de El Mozote y localidades vecinas ha pasado a la fase de juicio, la última etapa de un largo proceso, con lo que se abre la posibilidad de que las víctimas y sus familiares encuentren finalmente justicia.

“Se ve una luz de esperanza, si un país no progresa por medio de la justicia, no funciona bien, debe haber paz pero con justicia”, afirmó a IPS Ignacio Chicas, de 83 años, sentado en las gradas que llevan a la iglesia de El Mozote, junto a su amigo Gregorio Romero, de 85 años.

Chicas sobrevivió a la matanza porque tres meses antes, en septiembre de 1981, decidió irse de El Mozote, debido a que ya los operativos militares se acercaban cada vez más.

Por su parte, la exjueza Mirna Perla, que había llegado a la conmemoración de la masacre, afirmó a IPS que si bien es positivo que por fin el caso se eleve a juicio, los implicados de alguna forma van a evadir la justicia, ya que el sistema judicial del país está corrompido.

Mencionó que, aunque sean encontrados culpables, podrían “refugiarse” en un hospital alegando el padecimiento de enfermedades graves, o pasarán en detención domiciliaria mientras sus abogados interponen recursos legales, y en eso pueden pasar varios años.

“Mire, yo he sido jueza, y sé que las formas de evadir la justicia son múltiples. Además, los jueces pueden ser amenazados, pero también los civiles que conformen el tribunal”, sostuvo, aclarando que en ese proceso serán estos últimos quienes decidirán el destino de los acusados.

Archivado desde 1993 en el sistema judicial salvadoreño, el caso fue reabierto en septiembre de 2016, y en el banquillo de los acusados están actualmente 13 militares, entre ellos oficiales de alto rango. Es el grupo que queda vivo de los 33 acusados castrenses iniciales.

El operativo militar que terminó en la masacre fue planificado y ejecutado por el Alto Mando del Ejército del país, con el apoyo de militares hondureños, y encubierto por autoridades del gobierno de Estados Unidos, reveló en abril de 2021 la académica estadounidense Terry Karl, de la Universidad de Stanford.

Karl participó como perito en una audiencia sobre el caso, celebrada ese abril de ese año en San Francisco Gotera, capital del departamento de Morazán.

ED: EG

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