BRATISLAVA – La seguridad alimentaria y los medios de vida en el sur del Líbano se encuentran gravemente amenazados, ya que las repercusiones de los bombardeos israelíes siguen sintiéndose en toda la región, según advierte un informe publicado este lunes 10 de noviembre.
Casi un año después de que se acordara el alto el fuego con Tel Aviv, muchos agricultores del sur del Líbano siguen sin poder acceder a sus tierras debido al desplazamiento, los continuos ataques israelíes y la contaminación del suelo, según un informe conjunto elaborado por Acción contra el Hambre, Oxfam e Insecurity Insight.
Los efectos de la guerra, junto con los continuos ataques y la ocupación israelíes, han arrasado las tierras de cultivo y destruido las cosechas y las infraestructuras alimentarias esenciales, lo que amenaza la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia en algunas de las zonas más fértiles y productivas del país, indica el reporte.
«La inseguridad alimentaria es una gran preocupación en el Líbano, ya que afecta a alrededor de una quinta parte de su población, y este informe muestra cómo los daños y los desplazamientos están devastando la producción en algunas de sus tierras más fértiles», declaró a IPS Suzanne Takkenberg, directora de Acción contra el Hambre en Líbano.
Agregó que «a medida que se acerca el invierno, cada vez más familias se enfrentan al hambre y la pobreza».
El informe, titulado «Lo hemos perdido todo: el impacto del conflicto en los agricultores y la seguridad alimentaria en el Líbano», pone de relieve los efectos de los repetidos ataques de las fuerzas israelíes contra las tierras agrícolas y la producción alimentaria libanesas.
Destaca también la perturbación duradera en el sector agrícola y los daños a la economía rural, ya que las semillas, el combustible y otros artículos necesarios para plantar y cosechar, como fertilizantes, forraje, mano de obra y equipos, son cada vez más difíciles de obtener.
Además, las carreteras dañadas hacen que, en ocasiones, el transporte de mercancías sea imposible.
El desplazamiento y la continua falta de acceso a la tierra son algunos de los principales problemas a los que se enfrentan los agricultores.
Casi la mitad de los agricultores entrevistados para el informe habían sido desplazados internamente y, casi un año después de que se acordara el alto el fuego, aproximadamente 82 000 personas siguen sin poder regresar a sus hogares debido a la ocupación israelí y la violencia armada continuadas.
La presencia continuada de tropas israelíes en el sur del Líbano, a pesar de la fecha límite de febrero de 2025 para su retirada, también impide a la población acceder a las tierras para cultivarlas.
«Las pérdidas agrícolas no solo se deben a los bombardeos o los incendios. Cuando los agricultores no pueden acceder a sus tierras debido al desplazamiento o la presencia militar, el resultado es el mismo: los campos quedan sin sembrar y los alimentos desaparecen», explicó a IPS Christina Wille, directora de Insecurity Insight.
Pero los agricultores también se han quejado de otro grave efecto de los bombardeos: la contaminación con/por restos explosivos de guerra (REG) y fósforo blanco.
El fósforo blanco puede tener efectos perjudiciales para la fertilidad del suelo y el crecimiento de las plantas, lo que afecta a la capacidad de los agricultores para cultivar y cosechar, con un efecto dominó en la seguridad alimentaria.
«Los REG también suponen un grave riesgo, ya que no solo pueden degradarse con el tiempo y contaminar el agua y el suelo, sino que también pueden provocar lesiones graves e incluso la muerte si los artefactos sin detonar explotan de forma inesperada», explicó Wille.
Agregó que «la contaminación por explosivos paraliza la vida. Mantiene a las personas desplazadas, los campos sin cultivar y comunidades enteras en el limbo. Los agricultores nos dijeron que la guerra no solo destruyó sus cultivos, sino también su confianza».
Destacó que «la seguridad alimentaria no solo tiene que ver con las semillas y el suelo. También tiene que ver con si las personas se sienten lo suficientemente seguras como para trabajar la tierra».

La magnitud de las pérdidas que han sufrido los agricultores desde el inicio del conflicto es inmensa.
«Nuestros hallazgos muestran que alrededor del 90 % de los agricultores que entrevistamos han visto disminuir su producción de alimentos desde octubre de 2023. Se trata de un colapso sistémico, no de una crisis estacional», dijo a IPS Drew East, investigador de Insecurity Insight.
La producción de alimentos de varios agricultores de las áreas de Khiam, Bodai, Saaideh, Baalbek y Aitaroun se ha detenido por completo, privándolos de sus principales fuentes de ingresos.
Mientras tanto, los agricultores de las zonas del sur del Líbano y Bekaa, que han sufrido algunos de los peores incidentes del conflicto, han perdido no solo sus tierras, sino también sus hogares, su ganado y sus activos agrícolas.
Pero no solo se han arruinado los medios de vida de los productores.
«AAlgunos agricultores lo han perdido todo y esto tendrá repercusiones devastadoras no solo para ellos y sus familias, sino también para las comunidades a las que ayudan a alimentar», afirmó Wille.
Según el informe, la amenaza constante de violencia y los niveles de destrucción observados a lo largo del conflicto también han tenido un profundo impacto en el bienestar físico y psicológico de las comunidades afectadas.
«Los agricultores de todo el Líbano ya se encuentran en crisis, ya que las precipitaciones históricamente bajas han provocado la peor sequía jamás registrada. Esta tensión climática se ve agravada por los efectos continuos del conflicto, como la contaminación de la tierra, el acceso restringido y la interrupción de las cadenas de suministro», dijo Takkenberg.
A su juicio, «es necesario actuar con urgencia para devolver la esperanza a los agricultores y a las comunidades que dependen de ellos».
Los agricultores también advirtieron de la necesidad de ayuda urgente para hacer frente al empeoramiento del hambre y la pobreza en las comunidades.
Los expertos creen que, hasta que no se respete plenamente el alto el fuego acordado hace un año, los agricultores afectados no podrán recuperarse por completo.
«Los repetidos ataques contra las tierras agrícolas del sur del Líbano y Bekaa no solo están destruyendo los medios de vida, sino que también están socavando la seguridad alimentaria del Líbano», dijo Bachir Ayoub, director de Oxfam en el Líbano.
Agregó que «es necesario poner fin de inmediato a estas violaciones y retirar por completo las fuerzas israelíes para que los agricultores puedan regresar a sus tierras y reconstruir sus vidas con seguridad».
While, por su parte, destacó que «los agricultores identificaron tres elementos clave que les permitirían poner fin al ciclo negativo que afecta al sur del Líbano y reanudar plenamente la producción de alimentos: la ayuda financiera, el cese total de las hostilidades y la limpieza de las tierras contaminadas por restos explosivos de guerra».
El informe se publica pocos meses después de que los mismos grupos advirtieran de que al menos 150 000 personas se habían quedado sin agua corriente en todo el sur del Líbano, después de que los ataques israelíes hubieran dañado y destruido gran parte de las instalaciones de saneamiento e higiene (Wash, en inglés) desde el comienzo del conflicto.
Un informe detallaba cómo los repetidos ataques contra las infraestructuras hídricas libanesas entre octubre de 2023 y abril de 2025 habían provocado una interrupción prolongada del suministro de agua potable y causado pérdidas estimadas en 171 millones de dólares en los sectores del agua, las aguas residuales y el riego.
Eso sucede cuando la grave escasez de lluvias había agravado el problema, aumentando el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por el agua.
En el último informe, sus autores señalan que todas las partes en el conflicto tienen obligaciones claras en virtud del Derecho Internacional Humanitario de proteger los objetos indispensables para la supervivencia de la población civil, incluidos los alimentos, las zonas agrícolas, los cultivos y el ganado.
Además, han hecho un llamamiento para que se tomen medidas urgentes con el fin de impulsar un mayor apoyo material y financiero humanitario y para el desarrollo que ayude a paliar la situación, y han subrayado la necesidad de una retirada total de las fuerzas israelíes del territorio libanés como parte del alto el fuego.
«La petición más urgente podría ser ayudar a las personas a regresar a sus hogares y a sus trabajos de forma segura, y abordar la inseguridad alimentaria lo antes posible», afirmó Wille.
Takkenberg acotó que «ese no es el conflicto del año pasado. El informe narra la historia de comunidades que no solo luchan por recuperarse, sino que además sufren ataques continuos, como hemos visto de forma más intensa en los últimos días».
«Nuestros equipos están trabajando en este entorno tan volátil para ayudar a los necesitados, reconstruyendo invernaderos, restaurando carreteras, distribuyendo dinero en efectivo y proporcionando insumos agrícolas esenciales», agregó el reponsable de Acción contra el Hambre en el país.
Destacó que «trabajando codo con codo con las autoridades locales y las comunidades, estamos haciendo todo lo posible para reparar los medios de vida y crear un espacio para la renovación».
Pero, puntualizó, «en última instancia, esto no será posible hasta que tengamos una paz duradera».
T: MF / ED: EG


