Lluvia y frío caen como nueva calamidad sobre la Franja de Gaza

Las lluvias inundan lugares y carpas donde miles de familias de Gaza se refugiaron al huir de los bombardeos y ataques durante los dos años de guerra en ese territorio palestino. Una vez acordado un cese del fuego y aprobado en el Consejo de Seguridad de la ONU un plan de paz, las agencias humanitarias reclaman que se les permita un rápido y franco acceso de la ayuda que requiere la población. Imagen: Unops

NACIONES UNIDAS – Las lluvias y el frío han llegado como nueva calamidad a la Franja de Gaza, afectando a miles de familias que permanecen en campamentos de refugiados y a menos de seis semanas de iniciado un frágil cese del fuego tras dos años de la guerra que devastó el territorio.

“Los palestinos de Gaza están pasando frío y empapados tras las recientes lluvias, y la frustración va en aumento a medida que suben las inundaciones y se destruye lo poco que tienen”, dijo el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas y coordinador del Socorro de Emergencia, Tom Fletcher.

Se estima que más de 13 000 familias se han visto afectadas por las inundaciones, y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (Ocha), que dirige Fletcher, advierten de que la situación humanitaria sigue siendo muy difícil, y que muchas personas tienen dificultades para acceder a los artículos de primera necesidad.

Ocha y sus socios que trabajan en la provisión de refugios afirman haber ayudado a distribuir al menos 9000 tiendas de campaña, 83 000 lonas y 59 000 mantas desde el fin de semana, y tienen previsto distribuir miles más en los próximos días.

La entidad subraya que, ante el descenso de las temperaturas y la proximidad del invierno, es imprescindible que se permita a la ONU ampliar la respuesta de albergue para cubrir la enorme cantidad de necesidades en toda la Franja.

La Ocha solicita acceso irrestricto, rápido y sostenido; la apertura de pasos fronterizos adicionales; la facilitación del ingreso de tiendas de campaña, cuyo acceso está restringido actualmente, así como de equipos esenciales para el mantenimiento de los desagües pluviales y la reparación de las redes de saneamiento.

También demanda de las autoridades israelíes, que controlan el acceso a la Franja y cuyo ejército mantiene ocupada una mitad de ese territorio palestino, la autorización para que las organizaciones no gubernamentales de ayuda introduzcan suministros, así como la seguridad en el tránsito de convoyes humanitarios.

Desde el 10 de octubre, al menos nueve intentos de la ONU y sus socios para ingresar tiendas de campaña han sido rechazados.

En esa fecha se inició un alto al fuego -violado en repetidas ocasiones, con esporádicos bombardeos y ataques de infantería que han dejado decenas de víctimas- entre las fuerzas israelíes y la milicia islamista Hamas, siguiendo un plan impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Ese plan fue adoptado el lunes 17 de noviembre por el Consejo de Seguridad de la ONU, y prevé, entre otras cosas, que una Junta de Paz -dirigida por Trump- coordinará la entrega de asistencia humanitaria y se ocupará de tareas de reconstrucción y desarrollo de la Franja.

Una fuerza internacional, con unos 20 000 soldados de países con mayoría de población musulmana, debería garantizar la paz en el territorio palestino. Washington no participará, y contacta para que aporten efectivos a los gobiernos de Azerbaiyán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Turquía.

La guerra, iniciada después de que Hamas atacó el sur de Israel en octubre de 2023 y murieron más de 1100 personas, cobró cerca de 70 000 vidas de palestinos, unos 170 000 resultaron heridos, y la mayoría de los 2,2 millones de habitantes de Gaza, debieron desplazarse de sus hogares y refugiarse en campamentos improvisados.

La mayor parte de lo construido en Gaza se redujo a escombros -unos 60 millones de toneladas en ese espacio de 365 kilómetros cuadrados-, por lo que miles de familias, hayan regresado a o no a las áreas donde vivían antes de la guerra, sobreviven en frágiles carpas a modo de tiendas de campaña.

Las agencias de la ONU y organizaciones asociadas se multiplican para brindar asistencia de emergencia en alimentación, salud y abrigo, y por ello reclaman con urgencia que se permita un acceso acelerado de los camiones con ayuda.

El pasado fin de semana Israel finalmente abrió el paso desde su ciudad de Zikim, que limita con el norte de la Franja, vital para llevar ayuda a la ciudad de Gaza. Los equipos de la ONU recogieron allí 2700 palés, con unas 3600 toneladas de suministros esenciales.

En tres días la ONU y sus socios recolectaron en tres pasos fronterizos 5400 toneladas de ayuda, lo que incluye alimentos, tiendas de campaña, lonas, mantas, colchones, medicamentos y forraje para animales, a fin de paliar las necesidades exacerbadas con el arribo de la temporada de lluvias y frío.

A-E/HM

 

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