La producción mundial de alimentos alcanza niveles récord

Cosecha de arroz, en un campo de Vietnam, preparada para su exportación. Los cereales y la carne de aves lideran el repunte de la producción mundial de alimentos, que alcanza niveles récord y favorece tanto el consumo como la reposición de inventarios, aunque persisten los riesgos derivados de la variabilidad del clima y de medidas que afectan el comercio internacional, según la FAO. Imagen: VGP

ROMA – La producción mundial de alimentos registra un repunte generalizado que producirá récords en arroz, trigo y otros cereales y en carne de aves, impulsando el consumo y la recuperación de inventarios, según previsiones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Ese repunte “es un punto positivo para la estabilidad del mercado, pero persisten amenazas que van desde el clima extremo hasta las relaciones comerciales frágiles”, advirtió el economista jefe de la FAO, Máximo Torero.

El nuevo informe semestral de la FAO sobre la producción alimentaria, publicado este jueves, se ha centrado en los mercados de los principales productos básicos: cereales, oleaginosas, azúcar, carne, lácteos y pesca.

 

Estima que la producción mundial de trigo y otros granos alcanzará niveles históricos, y el arroz registrará cifras récord tanto en Asia como en América Latina y el Caribe.

Los inventarios globales de trigo crecerán 3,6 %, situándose en su punto más alto hacia el final de la temporada 2025-26, mientras que las existencias de arroz aumentarán 2,2 %.

El incremento de la oferta ha contribuido a presionar a la baja los precios internacionales, aunque la FAO prevé un aumento sostenido del consumo, especialmente en los países de bajos ingresos y con déficit alimentario.

En el sector cárnico, la producción mundial crecerá 1,4 %, impulsada principalmente por la carne de aves, mientras que la bovina retrocederá debido a la reducción de ganado en Brasil y Estados Unidos.

El azúcar también tendrá un auge con cosechas excepcionales en Brasil, India y Tailandia, que elevarán la producción muy por encima del consumo, permitiendo aumentar las reservas globales.

En contraste, el consumo mundial de aceites vegetales superará a la producción, arrastrado por la menor oferta de soja debida a reducciones de la superficie cultivada en Argentina, Estados Unidos, India y Ucrania y Estados Unidos.

En cambio, el mercado del aceite de oliva da señales de recuperación tras la sequía que redujo drásticamente la producción y disparó los precios en 2023 y 2024.

Los precios mayoristas en España y Grecia han caído más de la mitad desde inicios de 2024, aunque se mantienen altos en Italia. En Túnez, las lluvias abundantes auguran una producción récord de más de 400 000 toneladas, lo que podría convertir al país en el segundo productor mundial en 2025-26.

Y la producción mundial de pesca y acuicultura crecerá 1,7 %, impulsada por un mayor consumo.

Por otra parte, la caída de precios en los alimentos está impulsando un repunte del consumo y del comercio internacional, que podría alcanzar su máximo histórico, aunque la FAO recordó que los aranceles en Estados Unidos podrían limitar el volumen de las exportaciones.

El índice de precios de la FAO, que hace un seguimiento mensual de los precios de un conjunto de alimentos comercializados a escala mundial, y que asigna una base de 100 puntos a los valores del período 2014-2016, se situó en octubre en un promedio de 126,4 puntos, 1,6 % por debajo de su nivel revisado de septiembre

En cuanto a los fertilizantes, la agencia reportó una recuperación en su uso durante la temporada 2024-25, tras un periodo de menor aplicación por escasez y altos costos.

El precio promedio de una canasta de fertilizantes se ubicó en 489 dólares por tonelada en septiembre de 2025, 40 % menos que el récord de abril de 2022, aunque todavía por encima de los niveles de 2024.

El informe proyecta que la factura mundial de importaciones de alimentos aumentará casi ocho por ciento en 2025, para llegar a 2,22 billones (millones de millones) de dólares.

El incremento se debe principalmente al alza de 34,5 % en los precios de productos como el café y el cacao, adquiridos en su mayoría por países de renta alta.

Los países de ingresos bajos verán una ligera reducción en su factura alimentaria, mientras que en África subsahariana el aumento será moderado.

La FAO concluyó que, aunque las señales de recuperación son alentadoras, la seguridad alimentaria mundial sigue dependiendo de la capacidad de los países para adaptarse a un entorno climático y comercial cada vez más incierto.

Por ello, “fortalecer la resiliencia del sistema agroalimentario sigue siendo nuestro mayor desafío”, concluyó Torero.

A-E/HM

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