¿La COP30 revitalizará el proyecto de la Gran Muralla Verde de Nigeria?

Jabiru Muhammed posa junto a un árbol plantado en su aldea, Jigawa, en el noroeste de Nigería, como parte del proyecto de la Gran Muralla Verde. Imagen: Promise Eze / IPS
Promise Eze

DUTSE, Nigeria – Las mejores intenciones de crear un muro verde para capturar millones de toneladas de carbono y al mismo tiempo combatir la desertificación se topan con la falta de financiación y el bandolerismo en el estado de Jigawa, al noroeste de Nigeria.

En 2017, Jabiru Muhammed, de 45 años, apenas podía contener su entusiasmo cuando el jefe de la aldea de Batu, en el estado de Jigawa, del que Dutse es su capital, anunció que su comunidad colaboraría con funcionarios de la Agencia Nacional para la Gran Muralla Verde (Naggw, en inglés) para plantar árboles en una extensa área de la aldea.

Muhammed recordó cómo el jefe de la aldea les explicó a los residentes que la plantación de árboles ayudaría a restaurar las tierras dañadas por la desertificación, que ya ha devastado más de la mitad del estado de Jigawa, y a proteger sus cultivos de los vientos polvorientos provenientes del Sahara.

“Este es un proyecto extraordinario”, dijo Muhammed. “Hemos perdido mucha tierra debido a la desertificación y a la expansión del desierto del Sahara desde la vecina República de Níger. Antes del proyecto, cada vez que cultivábamos en la zona, los vientos polvorientos que transportaban arena destruían nuestros cultivos. Pero ahora, el problema se ha reducido, ya que los árboles actúan como barrera contra los vientos polvorientos”, dijo a IPS.

El estado de Jigawa, otrora conocido como una de las regiones agrícolas más fértiles del noroeste de Nigeria, se ha visto gravemente afectado por la desertificación en los últimos años. Esta creciente amenaza ambiental es uno de los desafíos más apremiantes de Nigeria, especialmente en la región norte.

Cada año, el país pierde aproximadamente 350 000 hectáreas de tierra debido al avance del desierto, una de las tasas de desertificación más altas del mundo. Se estima que el país pierde alrededor de 5.100 millones de dólares anuales debido a la rápida propagación de la sequía y las condiciones desérticas, lo que obliga a muchas comunidades a reubicarse.

Desde 1920, el desierto del Sahara ha crecido casi un 10%, avanzando gradualmente hacia la región del Sahel. En Nigeria, 11 de los 36 estados se ven afectados, con dunas de arena que se extienden y degradan las tierras.

Para hacer frente a esta creciente amenaza, la Unión Africana (UA) presentó un ambicioso plan. En 2005, el entonces presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo, propuso la creación de una “muralla de árboles” para detener el avance del desierto. La UA aprobó la idea dos años después, y la iniciativa se conoció como la Gran Muralla Verde.

La muralla es un cinturón verde de 8000 kilómetros de largo y 15 kilómetros de ancho que se extiende desde Senegal, al oeste, hasta Yibuti, al este. Atraviesa 11 países africanos: Burkina Faso, Chad, Yibuti, Eritrea, Etiopía, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal y Sudán.

En Nigeria, la Naggw está implementando el proyecto en 11 estados del norte, entre ellos Sokoto, Kebbi, Zamfara, Katsina, Kano, Jigawa, Bauchi, Gombe, Yobe, Borno y Adamawa.

Los objetivos principales son restaurar tierras degradadas, detener la expansión del desierto, mejorar la conservación del suelo y el agua, apoyar la agricultura y la producción ganadera, crear empleos verdes y ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático.

Para 2030, se espera que la Gran Muralla Verde se convierta en la estructura viva más grande del planeta, tres veces mayor que la Gran Barrera de Coral de Australia. Su objetivo es capturar 250 millones de toneladas de carbono, restaurar 100 millones de hectáreas de tierras degradadas y crear 10 millones de empleos sostenibles en toda África.

El tramo nigeriano de la Gran Muralla Verde se extiende a lo largo de unos 1500 kilómetros. El esfuerzo del país se centra en plantar una franja de 15 kilómetros de ancho de árboles resistentes a la sequía en los estados del norte afectados.

Algunos árboles en el sitio del proyecto de la Gran Muralla Verde en Jigawa. Imagen: Promise Eze / IPS

Para Tela Jubrin, otro residente que participó en la plantación de árboles en Jigawa, el proyecto fue una verdadera salvación. Como muchos jóvenes de la zona, Jubrin había emigrado a Lagos en busca de trabajo tras las repetidas pérdidas de cosechas causadas por los vientos polvorientos. Pero cuando se enteró del proyecto de reforestación, decidió regresar a casa.

“Solía ​​ir con mis amigos a plantar árboles, y recuerdo que, como comunidad, llegamos a plantar hasta 10 000. Si no fuera por este proyecto, la gente ni siquiera se quedaría en esta comunidad. Aquí, creemos que el proyecto es nuestro, no solo del gobierno, porque somos los principales beneficiarios”, dijo Jubrin.

Desafíos

Si bien el proyecto ha avanzado en Jigawa, su implementación ha enfrentado serios desafíos en otras partes del norte de Nigeria. En estados como Zamfara, Borno y Yobe, grupos armados e insurgentes han obligado al abandono de los sitios de reforestación. Los trabajadores ambientales y las comunidades locales luchan por mantener el proyecto en medio de constantes amenazas a su seguridad.

Nigeria ha combatido durante años una compleja red de inseguridad impulsada por grupos yihadistas y bandidos armados. En el noreste, Boko Haram y la Provincia del Estado Islámico de África Occidental (Iswap, en inglés) continúan atacando comunidades rurales, desplazando a millones de personas e interrumpiendo proyectos agrícolas y ambientales.

En el noroeste, bandidos fuertemente armados asaltan aldeas y secuestran a los residentes para pedir rescate, lo que hace que amplias zonas sean inseguras para el trabajo agrícola o ecológico.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados advirtió en 2022 que la disminución de los recursos y la escasez de alimentos podrían provocar nuevas oleadas de conflictos y desplazamientos en todo el Sahel.

Esa advertencia se está convirtiendo ahora en realidad en Nigeria, donde se están produciendo enfrentamientos violentos por la tierra y el agua a medida que las personas expulsadas de las zonas afectadas por el desierto se desplazan hacia el sur.

Estos desafíos han frenado el progreso de la Gran Muralla Verde, dejando miles de hectáreas sin plantar y amenazando sus objetivos ambientales y económicos.

Entre 2015 y 2024, Naggw afirmó que su Programa de Restauración y Gestión de Tierras produjo más de 37 millones de plántulas de árboles y recuperó cerca de 12 000 hectáreas de tierras degradadas, a pesar de las dificultades.

Sin embargo, expertos consultados por IPS señalaron que esto aún está lejos de ser suficiente para contribuir significativamente al objetivo de 100 millones de hectáreas previsto para toda la Gran Muralla Verde en África para 2030.

Lawan Cheri, decano de la Facultad de Ciencias Administrativas del Instituto Politécnico Federal de Damaturu, en el estado de Yobe, explicó que la inseguridad obliga a las personas a huir de las zonas donde se desarrollan los proyectos, lo que incrementa la presión sobre la tierra y el agua en áreas más seguras.

“Cuando las personas se desplazan, ejercen mayor presión sobre la tierra y el agua en los nuevos lugares donde se asientan. Algunas incluso se trasladan más al norte, a la República de Níger, lo que agrava la crisis de refugiados”, afirmó.

La desertificación está degradando la tierra en el norte de Nigeria. Imagen: Promise Eze / IPS

“Cuando la inseguridad obliga a la gente a desplazarse, las plantaciones quedan abandonadas”, añadió Lawal.

“Si los árboles no son lo suficientemente resistentes, mueren. Algunas zonas destinadas a nuevas plantaciones ahora son inaccesibles. Cuando las personas desplazadas se mudan, dependen de los bosques para obtener leña y refugio, lo que agrava la deforestación”, añadió.

En el estado de Zamfara, donde los bandidos controlan gran parte del campo, el agricultor Danjuma Musa afirmó que el proyecto se ha detenido en zonas como Shinkafi, Kaura y Mafara, donde se había planeado la plantación de árboles.

“La inseguridad lo ha desbaratado todo”, dijo. “Algunas personas incluso talan los árboles mientras huyen de los terroristas, y no podemos hacer nada porque no podemos controlar la situación eficazmente”, agregó.

¿Puede surgir la esperanza de la COP30?

Mientras los líderes mundiales se alistan para reunirse en Belém, en la Amazonia de Brasil, para la 30 Conferencia de las Partes (COP30) sobre cambio climático, muchos esperan que la cumbre se centre más en los problemas climáticos de África, especialmente en el Sahel y el norte de Nigeria.

Expertos y activistas instan a los negociadores a ir más allá de las promesas y garantizar que los fondos climáticos se utilicen de forma transparente y que los proyectos se gestionen adecuadamente.

En la COP29, celebrada hace un año en Bakú, los líderes africanos exigieron apoyo financiero urgente para abordar la creciente crisis climática en la región. Si bien se fijó un nuevo objetivo de recaudar 300 mil millones de dólares anuales para 2035, la cumbre concluyó sin planes claros sobre cómo llegarían esos fondos al Sahel ni cómo beneficiarían a la región.

Nigeria es uno de los pocos países africanos que ha presentado su tercera contribución determinada a nivel nacional (NDC) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que coordina las COP climáticas.

El informe cita un estudio titulado “Panorama de la financiación climática en Nigeria” (2024), que concluyó que la financiación climática es insuficiente para cubrir las necesidades estimadas tanto para la mitigación como para la adaptación, “lo que explica el escaso progreso registrado en la implementación de la NDC 2.0”.

“Es imperativo desarrollar un marco de financiación climática que permita ajustar las necesidades del país a las vías de financiación disponibles, incluyendo estrategias para acceder a ellas”, señala el informe.

El informe destaca dos intentos por corregir este desequilibrio.

▪ El 16 de junio de 2025 se lanzó una emisión de bonos por valor de 50 000 millones de nairas (aproximadamente 33 millones de dólares) para financiar proyectos verdes cruciales destinados a mitigar el cambio climático, promover la sostenibilidad ambiental e impulsar un crecimiento económico inclusivo.

▪ Nigeria también ha desarrollado un Plan de Activación del Mercado de Carbono de Nigeria (Ncmap, en inglés), que prevé recaudar entre 736 millones y 2500 millones de dólares para 2030.

Bashir Isiya Ahmad, defensor de la justicia climática y la financiación en el estado de Borno, afirma que espera que la COP30 marque un verdadero punto de inflexión.

“No puedo asegurar que el cambio se produzca, pero tengo esperanzas. La conferencia se celebra en la región amazónica, conocida por sus extensos bosques. La experiencia de Brasil en silvicultura y biodiversidad me da cierta confianza en que la COP30 pueda impulsar avances reales en la financiación climática, la protección forestal y la conservación”, añadió.

Cheri, sin embargo, es menos optimista. “No espero mucho de la COP de Brasil”, dijo. “Habrá largos discursos y grandes promesas, pero se hará muy poco. Luego tendremos que esperar a la próxima COP”, añadió.

Admitió que la falta de financiación sigue siendo un problema grave en Nigeria, pero afirmó que la corrupción y la escasa rendición de cuentas han perjudicado aún más el proyecto de la Gran Muralla Verde.

La mala gestión ha obstaculizado durante mucho tiempo los esfuerzos de reforestación de Nigeria, ya que los fondos destinados a abordar el cambio climático y los desafíos ambientales a menudo son desviados o robados por funcionarios gubernamentales corruptos.

“Ni siquiera los pocos fondos que tenemos se utilizan correctamente”, declaró Cheri.

El año pasado, agregó, «se presupuestaron miles de millones de nairas para proyectos de reforestación, pero los informes mostraron que menos del diez por ciento se destinó a la Gran Muralla Verde».

«Alrededor de 90 % se destinó a proyectos no relacionados, como el alumbrado público. Necesitamos utilizar estos recursos con mayor cuidado y transparencia”, precisó.

T: MLM / ED: EG

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