Se insta a los países ricos a reducir la deuda climática de los países en desarrollo

Niños en Bangladés se desplazan en bote por el brazo desbordado de un río para asistir a la escuela. Bangladés es una de las zonas de mundo más vulnerables al cambio climático. Imagen: Suman Paul Himu / Unicef

NACIONES UNIDAS – En los últimos años, la financiación internacional para el clima ha disminuido drásticamente, lo que ha dejado a miles de millones de personas en los países del Sur en desarrollo cada vez más vulnerables a los desastres naturales y sin capacidad para adaptarse de manera eficaz.

Con los importantes recortes en la ayuda exterior, se prevé que estas comunidades sean las más afectadas por la crisis climática, mientras que los países más ricos seguirán cosechando beneficios económicos.

Una nueva investigación de Oxfam y el Centro de Justicia de la organización Care, titulado el Informe Sombra sobre la financiación climática 2025: análisis de los avances en la financiación climática en el marco del Acuerdo de París, evidencia las graves deficiencias en la financiación climática para los países en desarrollo del Sur global y las profundas implicaciones que esto tiene para la resiliencia climática.

El informe se produce en preparación de la 30 Conferencia de las Partes (COP30) sobre cambio climático, en la que líderes mundiales, delegados de los gobiernos y grupos de la sociedad civil se reunirán en Belém, en Brasil, del 10 al 21 de noviembre para debatir estrategias destinadas a reforzar la cooperación mundial, promover el desarrollo inclusivo y sostenible y acelerar los esfuerzos para hacer frente a la crisis climática.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) afirma que se prestará especial atención a la asignación de fondos públicos para las iniciativas de mitigación y adaptación en los países en desarrollo, con el objetivo de movilizar al menos 300 000 millones de dólares anuales para 2035 para los países en desarrollo y 1,3 billones (millones de millones) de dólares anuales durante el mismo periodo.

En el informe, Care y Oxfam constataron que los países en desarrollo están pagando desembolsos desproporcionadamente elevados a las naciones ricas a cambio de préstamos de financiación climática comparativamente modestos, gastando unos siete dólares por cada cinco dólares que reciben a cambio.

Esto, sumado a «los recortes más drásticos de la ayuda exterior desde la década de 1960», supone una caída de casi 9 % en la financiación climática en 2024, que se prevé que disminuya entre un 9 y un 17 % más en 2025.

«Los países ricos están fallando en la financiación climática y no tienen ningún plan para cumplir sus compromisos de aumentar el apoyo. De hecho, muchos países ricos están recortando la ayuda, dejando que los más pobres paguen el precio, a veces con sus vidas», afirmó John Norbo, asesor sénior sobre el clima de Care Dinamarca.

A su juicio, la COP30 debe ser la cumbre que haga justicia climática » y no otra ronda de promesas vacías».

En 2022, los países del Norte industrial informaron de que habían prometido aproximadamente 116 000 millones de dólares en financiación climática para los países en desarrollo.

Sin embargo, la cantidad real entregada es menos de un tercio del total prometido, estimada en solo entre 28 000 y 35 000 millones de dólares.

Casi 70 % de esta financiación se proporcionó en forma de préstamos, a menudo concedidos a tipos de interés estándar sin concesiones.

Como resultado, los países ricos están sumiendo a los países en desarrollo en una deuda aún mayor, a pesar de que estos países son los que menos contribuyen a la crisis climática y carecen de los recursos para gestionar sus efectos.

Se estima que los países en desarrollo tienen una deuda de aproximadamente 3,3 billones de dólares.

En 2022, los países en desarrollo recibieron aproximadamente 62 000 millones de dólares en créditos climáticos, lo que se prevé que genere más de 88 000 millones de dólares para los países ricos, lo que supone un beneficio de 42 % para los acreedores.

Los países que concedieron los préstamos en condiciones más favorables en materia de financiación climática fueron Francia, Japón, Italia, España y Alemania.

«Los países ricos están tratando la crisis climática como una oportunidad de negocio, no como una obligación moral», afirmó Nafkote Dabi, responsable de política climática de Oxfam.

Añadió que «están prestando dinero a las mismas personas a las que han perjudicado históricamente, atrapando a las naciones vulnerables en un ciclo de deuda. Se trata de una forma de especulación con la crisis».

A pesar de que los países ricos concedieron préstamos elevados a los países en desarrollo, los países menos adelantados (PMA) solo recibieron 19,5 % del total de la financiación pública para el clima entre 2021 y 2022, mientras que los pequeños Estados insulares en desarrollo (Peid) recibieron aproximadamente 2,9 %.

Solo 33 % de esta financiación se destinó a la adaptación al clima, una medida «críticamente infrafinanciada» según Oxfam, ya que la mayoría de los acreedores prefieren invertir en esfuerzos de mitigación que ofrecen un rendimiento financiero más rápido.

Además, solo 3 % de esta financiación se destinó a iniciativas de igualdad de género, a pesar de que las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por la crisis climática.

El informe también subraya los graves efectos de la mala asignación de la financiación climática y los recortes de fondos, ya que las comunidades vulnerables en entornos especialmente sensibles al clima se encuentran con muchos menos recursos para adaptarse a los desastres naturales.

En 2024, las comunidades del Cuerno de África se vieron devastadas por brutales ciclos de sequías e inundaciones, que desplazaron a millones de civiles y empujaron a decenas de millones a la inseguridad alimentaria.

En el estado brasileño de Rio Grande do Sul, las inundaciones masivas causaron más de 180 muertes de civiles, desplazaron a 600 000 personas y los daños resultantes provocaron pérdidas por valor de miles de millones de dólares.

Según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), alrededor de 35 millones de niños y niñas de Bangladés sufrieron interrupciones escolares en 2024 debido a olas de calor, ciclones e inundaciones, lo que supone un grave riesgo para su desarrollo a largo plazo.


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El Pnuma advierte de que las temperaturas globales están en camino de aumentar hasta unos «catastróficos» 3 °C a finales de siglo, y se prevé que los fenómenos meteorológicos extremos se intensifiquen aún más.

Ante la cercanía de la COP30, Oxfam ha instado a los países ricos a que cumplan sus compromisos de financiación climática, incluida la entrega de los 600 000 millones de dólares prometidos para el periodo 2020-2025, en consonancia con el objetivo de la ONU de movilizar 300 000 millones de dólares al año.

La organización también ha pedido un aumento sustancial de la financiación mundial para la adaptación al clima y la gestión de pérdidas, junto con la aplicación de impuestos más elevados a las personas más ricas y a las empresas de combustibles fósiles, lo que podría generar unos 400 000 millones de dólares al año.

Además, Oxfam ha hecho hincapié en la necesidad de que los países desarrollados dejen de aumentar la deuda de las naciones vulnerables al clima, ampliando la proporción de subvenciones y financiación en condiciones especilmente favorables en lugar de créditos estándar.

T: MF / ED: EG

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