GINEBRA – Los niveles de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera aumentaron a un ritmo récord en 2024, anunciando un mayor calentamiento del planeta a largo plazo y fenómenos meteorológicos extremos, advirtió este miércoles 15 la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Ko Barrett, secretaria general adjunta de la OMM, dijo que “el calor retenido por el CO₂ y otros gases de efecto invernadero sobrealimenta nuestro clima y multiplica los fenómenos meteorológicos extremos”.
“En consecuencia, reducir las emisiones es esencial, no solo para nuestro clima, sino también para la seguridad de las economías y el bienestar de las comunidades”, agregó Barrett al presentar ese boletín de la OMM en esta ciudad suiza.
Las concentraciones promedio alcanzaron el año pasado las 423,9 partes por millón (ppm), frente a las 377,1 ppm registradas cuando se publicó el boletín respectivo de la OMM por primera vez, en 2004.
La organización expuso que las tasas de crecimiento del CO₂ se han triplicado desde la década de 1960, pasando de un aumento promedio anual de 0,8 ppm a 2,4 ppm al año en el decenio de 2011 a 2020.
La tasa creció a un récord de 3,5 ppm entre 2023 y 2024, el mayor incremento desde que se inició el monitoreo en 1957.
Según el nuevo informe, el incremento respondió a las continuas emisiones derivadas de la actividad humana, el aumento los incendios forestales, y la menor absorción por parte de los sumideros terrestres y oceánicos, una situación que amenaza con crear un círculo vicioso climático.
La OMM destaca que el CO₂ influye en el clima actual, que sus efectos persisten durante muchos siglos y que la subida de las temperaturas va acompañada de un incremento de los fenómenos meteorológicos extremos.
Cerca de la mitad del CO₂ emitido permanece en la atmósfera, mientras que el resto es absorbido por la tierra y los océanos, un almacenamiento que se está debilitando a medida que el calentamiento reduce la solubilidad de los océanos y agrava la sequía.
El aumento de 2024 se amplificó por un repunte de los incendios forestales y una menor absorción de CO₂ por la tierra y el océano en 2024, el año más cálido registrado, con un fuerte efecto del fenómeno El Niño, alteración de los ciclos de lluvia y sequía provocada por vientos cálidos sobre el océano Pacífico central.
Durante los años en los que se produce un episodio de El Niño, las concentraciones de CO₂ tienden a aumentar porque los sumideros terrestres de carbono pierden eficiencia a causa de la mayor sequedad de la vegetación y los incendios forestales.
Ese fue el caso de la excepcional sequía y los incendios que castigaron la Amazonia y el sur de África en 2024.
Oksana Tarasova, la científica coordinadora del boletín de la OMM, expresó preocupación por esta pérdida de eficiencia de los sumideros de CO₂ terrestres y oceánicos, que podría aumentar la cantidad de ese gas de efecto invernadero que permanece en la atmósfera y aceleraría el calentamiento global.
“El monitoreo sostenido y reforzado de los gases de efecto invernadero es fundamental para comprender estos ciclos”, indicó Tarasova.
El estudio de la OMM también alertó de que el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), los otros dos gases de efecto invernadero de larga duración más importantes, también establecieron récords de emisiones.
Los niveles de metano aumentaron a 1942 partes por mil millones (ppmm), 166 % sobre los niveles preindustriales (antes de 1750), mientras que el óxido nitroso alcanzó las 338 ppmm, un aumento de 25 %.
El metano (CH4) es causante de cerca de 16 % del efecto de calentamiento del clima provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración y tiene una vida media de unos nueve años. Cerca de 40 % del que se emite a la atmósfera procede de fuentes naturales que también son sensibles al clima, como los humedales.
Alrededor de 60 % restante proviene de fuentes vinculadas a la actividad humana, como la ganadería de rumiantes, el cultivo de arroz, la explotación de combustibles fósiles, los vertederos y la quema de biomasa.
El óxido nitroso (N2O) es el tercer gas de efecto invernadero de larga duración más abundante y procede tanto de fuentes naturales como de actividades humanas como la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales.
La concentración media mundial de este gas alcanzó 338,0 ppmm en 2024, esto es, un aumento de 25 % respecto al nivel preindustrial.
El informe de la OMM -publicado antes de la 30 Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), a celebrarse en Belém, Brasil, en noviembre-, enfatiza que el monitoreo global sostenido es vital para orientar la acción climática.
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