Opinión

¿Fortalecer la cooperación en Asia oriental mediante la Asean?

Este es un artículo de opinión de Jomo Kwame Sundaram, profesor retirado de economía, ex secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico y premio Wassily Leontief por promover un pensamiento económico sin fronteras.

KUALA LUMPUR Los acuerdos de cooperación del Sur global deben evolucionar para responder mejor a los retos contemporáneos y urgentes, en lugar de correr el riesgo de convertirse en camisas de fuerza irrelevantes atrapadas en el pasado.

Sudeste asiático

En 1967 se creó la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), inicialmente para abordar las tensiones regionales tras la formación de Malasia en septiembre de 1963.

La creación de Malasia había provocado problemas con Filipinas e Indonesia, mientras que Singapur se había separado de la nueva confederación en agosto de 1965.

La Asean no fue una creación de la Guerra Fría en el mismo sentido que la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (Seato, en inglés), uno de los varios acuerdos de seguridad regional establecidos por los estadounidenses a principios de la década de los años 50 del siglo pasado,  del que solo queda como significativo la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan).

La iniciativa más importante de la Asean fue declarar el Sudeste Asiático como Zona de Paz, Libertad y Neutralidad (Zopfan) en 1973, dos años antes del fin de las guerras de Indochina.

Cooperación económica regional

Desde entonces, la región ha sido testigo de cuatro iniciativas económicas importantes, la primera de las cuales fue la Zona de Libre Comercio de la Asean (Afta).

La Afta se creó en pleno apogeo del fervor por la liberalización del comercio a principios de la década de los años 90. Más allá de los efectos iniciales «puntuales» de la liberalización del comercio, desde entonces se han producido pocos cambios económicos reales.

Jomo Kwame Sundaram
El autor, Jomo Kwame Sundaram

El último libro (2008) del mahaguru (gran maestro, en sánscrito) de la liberalización comercial, Jagdish Bhagwati, Termites in the Trading System (Térmitas en el sistema comercial), consideraba que los tratados de libre comercio (TLC) plurilaterales y bilaterales preferenciales eran «termitas» que socavaban la promesa de la Orgnización Mundial de Comercio (OMC) de liberalizar el comercio multilateral.

Aunque aparentemente benefician a ambas partes, estos acuerdos son como termitas que erosionan sigilosamente los cimientos del sistema comercial multilateral al fomentar la discriminación, socavando así el principio de no discriminación.

El entusiasmo ingenuo por todos los acuerdos de libre comercio ha socavado en realidad el multilateralismo, lo que ha provocado un retroceso desde finales del siglo XX.

Tras la crisis financiera mundial de 2008-2009, todas las economías desarrolladas del Grupo de los 20 (G20) levantaron barreras proteccionistas, lo que confirmó su dudoso compromiso con el libre comercio.

Mientras tanto, las políticas comerciales de Estados Unidos desde la presidencia de Barack Obama (2009-2017), y especialmente este año, han ridiculizado el compromiso de la OMC con el multilateralismo de la Declaración de Marrakech de 1994.

Financiarización asimétrica

La crisis financiera asiática de 1997-1998 debería haber servido como una llamada de atención sobre los peligros de la financiarización, pero Occidente la descartó como algo simplemente debido a la arrogancia asiática.

Bajo la conducción del director gerente Michel Camdessus, la promoción de la liberalización de la cuenta de capital por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) incluso contravenía los propios Estatutos de ese organismo.

Cuando el japonés ministro de Finanzas  Kiichi Miyazawa y el viceministro Eisuke Sakakibara propusieron un plan de rescate financiero para Asia oriental, este fue rápidamente rechazado por el entonces subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, Larry Summers.

Finalmente, la Iniciativa de Chiang Mai fue desarrollada por la Asean+3, incluyendo a Japón, Corea del Sur y China como los tres países adicionales. Desde entonces, la garantía de facilidades de intercambio bilateral para emergencias financieras se ha multilateralizado.

Posteriormente, la Asean+3 lideró la Asociación Económica Integral Regional, concebida todavía principalmente en términos de liberalización comercial regional.

La no alineación en nuestros tiempos

El desarrollo de instituciones y acuerdos pertinentes en nuestros tiempos nos obliga a considerar de forma pragmática la historia, en lugar de principios abstractos y ahistóricos.

El año 2025 marca varios aniversarios importantes, entre los que destacan el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la conferencia a de Bandung, de 1955, entre países asiáticos y africanos, que anticipó la formación del movimiento de los no alineados.

El mundo parece haber perdido su compromiso de crear las condiciones para una paz duradera. A pesar de tanta retórica, el compromiso de la posguerra con la libertad y la neutralidad en el Norte global ha desaparecido en gran medida.

Tras el fin de la Guerra Fría, se consideró que el mundo era unipolar. Sin embargo, para la mayoría, ha sido multipolar, ya que la mayor parte del Sur global ha permanecido no alineada.

En cuanto al establecimiento de la paz, los aliados de Estados Unidos en la Otan han marginado cada vez más a las Naciones Unidas y, con ellas, al multilateralismo. El número de intervenciones militares desde el fin de la Guerra Fría ya supera al de aquella época.

Aunque la Asean no puede liderar de forma realista el establecimiento de la paz internacional, puede ser una voz mucho más fuerte en favor del multilateralismo, la paz, la libertad, la neutralidad, el desarrollo y la cooperación internacional.

El potencial de Asia oriental

La economía mundial se encuentra ahora estancada debido a las políticas occidentales. Por lo tanto, la Asean+3 ha cobrado mayor relevancia.

Justo antes de que el presidente Donald Trump anunciara el 2 de abril, Día de la Liberación, la imposición unilateral de aranceles, los gobiernos de Japón, China y Corea del Sur se reunieron a finales de marzo sin la Asean para coordinar sus respuestas, a pesar de su larga historia de tensiones.

La Asean corre el riesgo de perder cada vez más relevancia, debido a los limitados avances logrados desde el Acuerdo de Chiang Mai hace un cuarto de siglo. Peor aún, el liderazgo regional de la Asean rara vez ha ido más allá de la liberalización del comercio, que ahora, lamentablemente, ha perdido relevancia en tiempos «posnormales».

En lugar de arriesgarse a una creciente irrelevancia, la cooperación regional debe estar a la altura de los retos contemporáneos.

Trabajando en estrecha colaboración con socios que representan dos quintas partes de la economía mundial, los países de la Asean solo pueden salir ganando con una cooperación regional más amplia.

Los aranceles de Trump indican claramente que se ha acabado el «statu quo» y que Washington pretende rehacer el mundo. ¿Estará Asia oriental a la altura de este reto de nuestro tiempo?

T: MF / ED: EG

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