Bolivia gira a la derecha  en elecciones del domingo

En un balotaje, entre el expresidente Jorge "Tuto" Quiroga (I) y el senador Rodrigo Paz (D), los bolivianos escogen este domingo 19 a su nuevo gobernante. La campaña ha estado marcada por la crisis económica y cualquiera que sea el ganador quedarán atrás dos décadas de gobiernos izquierdistas. Imagen: Comandos de campaña

LA PAZ – Bolivia elige presidente este domingo 19 en un balotaje entre el derechista Jorge “Tuto” Quiroga y el centrista Rodrigo Paz, dejando atrás dos décadas de gobiernos de izquierda y en medio de una crisis económica marcada por la escasez de divisas y de combustible.

En una primera vuelta, el 17 agosto, el izquierdista Movimiento al Socialismo, que gobernó con el líder cocalero Evo Morales (2007-2019) y desde 2020 con el actual mandatario, Luis Arce, se presentó dividido, una facción llamó a votar nulo, y fue ampliamente superado por las candidaturas de derecha liberal y conservadora.

Por sobre la diatriba política, este año la vida en este país andino y amazónico de 13 millones de habitantes ha estado marcada por la crisis económica, resultado en primer lugar de la caída de ingresos por las exportaciones de hidrocarburos, como consecuencia de falta de inversión y deficiencias de gestión.

El resultado ha sido un descenso en la actividad económica, merma de divisas para hacerse con bienes importados, inflación en productos de primera necesidad y una exasperante escasez de combustible.

Ese contexto marcó el abanico de ofertas y propuestas para superar la crisis en la carrera contrarreloj emprendida por Paz y Quiroga para imponerse en el balotaje, que este país estrena pues ningún candidato pudo superar 50 % de los votos en agosto.

En esa primera vuelta, Paz llegó primero, con 32 % de votos, sorprendiendo a los pronósticos que durante meses le ubicaron en un distante tercer lugar y con una intención de voto mucho menor de la que llegó a cosechar, en tanto Quiroga logró 27 % de las papeletas.

Ahora, para el balotaje, las encuestas divulgadas hasta hace una semana favorecen a Quiroga. Un estudio de la encuestadora Ipsos-Ciesmori le otorgó 44,9 % de las preferencias, frente a 36,5 % de Paz, con un 13 % entre indecisos y de quienes pensaban votar en blanco.

Otra encuesta, de Captura Consulting, indicó que Quiroga encabeza las preferencias, con 42,9 %, mientras que Paz alcanza el 38,7 %, y registró 10 % de indecisos. El registro electoral cuenta 7,9 millones de electores.

Paz ha minimizado los números de las encuestas, recordando que semanas antes de la primera vuelta los sondeos le daban apenas ocho por ciento de intención de voto y al final cuadruplicó esa cifra, mientras que Quiroga confía en capitalizar apoyos desde distintos grupos de derecha y su imagen de ser la opción con más experiencia.

Quiroga, ingeniero industrial de 65 años, partidario del liberalismo económico, fue primero vicepresidente del país durante el gobierno del general Hugo Banzer (1997-2001), y lo reemplazó durante un año (2001-2002) en la presidencia, debido a la renuncia del titular por problemas de salud.

Desde entonces buscó varias veces la presidencia, sin resultado, y sobre todo destacó por su sostenida campaña internacional en contra del liderazgo y la gestión de Morales, Arce y el MAS, y por su participación en actividades para confrontar a las izquierdas en América Latina.

Esa experiencia la presenta como su principal capital político y relacional para superar la crisis que afecta a Bolivia, incluyendo en sus propuestas una amplia apertura a la inversión extranjera -incluso con cambios en la Constitución- y acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.

Paz, de 58 años, con estudios de economía y relaciones internacionales, es hijo del expresidente socialdemócrata Jaime Paz Zamora (1989-1993), que en años recientes devino en dirigente del Partido Demócrata Cristiano y senador por esa agrupación.

Emergió en la recta electoral de este año como alejado de la confrontación MAS-antiMAS que ha marcado la política boliviana, y como nueva cara entre viejos políticos pudo conectar con sectores populares, ayudado por su popular compañero de fórmula y candidato a vicepresidente, el expolicía Edman Lara.

Paz ofrece un “capitalismo para todos”, propone una transición más suave en el abandono del recetario izquierdista y dar más recursos y poder a las regiones. Ambos candidatos proponen eliminar -radical o gradualmente- los subsidios al combustible.

El eco que finalmente encuentren las propuestas de uno y otro en el electorado estará marcado por la percepción de la situación económica, pues las encuestas señalan que para 80 % de los bolivianos el principal problema del país es la economía.

Quien gane el domingo puede encontrar así un campo minado por esa realidad y porque el MAS -casi borrado de los poderes, con apenas 10 de 166 legisladores nacionales- es una fuerza experimentada en la lucha de campo y calle, y sus nuevos y viejos líderes aguardarán oportunidades para revivir a la izquierda.

En el plano internacional, La Paz previsiblemente se alejará de los gobiernos de izquierda en la región -incluso con ruptura frente a Cuba, Nicaragua y Venezuela si gana Quiroga- y buscará mejorar las relaciones con Washington, las que por décadas han tenido al cultivo de coca como un tema de agenda.

A-E/HM

 

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