Manifestantes ecologistas exigieron, a las puertas del Palacio de las Naciones de la ONU en Ginebra, Suiza, la adopción de un tratado mundial vinculante para frenar la contaminación plástica. Sin embargo, la ronda que pudo ser definitiva, en esta ciudad, no logró alcanzar un consenso entre Estados que defienden la industria de los combustibles fósiles con los que se fabrica el plástico, y los países más angustiados por los daños que esos productos generan en tierras, ríos, océanos y en la salud humana. Imagen: Greenpeace