BULAWAYO, Zimbabue – Un nuevo informe ha suscitado preocupación por la exclusión de los trabajadores pesqueros africanos de los protocolos comerciales entre sus gobiernos y los países industriales, lo que ha provocado el empobrecimiento de las comunidades que dependen de la pesca.
Esto se produce en un momento en que se está examinando el impacto de los protocolos comerciales de África con bloques como la Unión Europea (UE) y Estados Unidos en relación con la forma en que están afectando a la pesca local a pequeña escala.
Millones de personas dependen de la pesca en África, donde el sector proporciona empleo y nutrición, pero cada vez son más las quejas de los pescadores que carecen de representación organizada y de los investigadores que afirman que los pescadores han sido expulsados del negocio por empresas extranjeras ricas.
En una reciente investigción, titulada De las promesas a los peligros: la pesca a pequeña escala ignorada en la UE-Gabón, la Coalición para Acuerdos Pesqueros Justos utiliza el pequeño país africano como ejemplo de cómo los pescadores del continente están perdiendo en los acuerdos comerciales, pese a estar en primera línea de un sector lucrativo.
La coalición analiza cómo los Acuerdos de Asociación Pesquera Sostenible (SFPA, en inglés) han fallado a las comunidades pesqueras a pequeña escala, ya que «casi no han participado en estos procesos de toma de decisiones».
Gabón, un pequeño país situado en el centro de las costas occidentales de África, es un ejemplo de lo que sucede es un ejemplo de lo que sucede según la colación.
«Ahora que Gabón y la UE están considerando renovar el SFPA sobre el atún, las pesquerías locales siguen estando en gran medida excluidas de las negociaciones y ven pocos beneficios del acuerdo», afirmó Beatrice Gorez, coordinadora de la Coalición para Acuerdos Pesqueros Justos.
Gabón firmó un acuerdo comercial con la UE en 2021 y concedió a los barcos pesqueros europeos el derecho a pescar atún en aguas de ese país.
Cada año se capturan más de 32 000 toneladas de atún en aguas gabonesas, lo que convierte a este pequeño país africano en el segundo socio pesquero de atún de la UE.
Sin embargo, a pesar de estas enormes cifras, la Coalición para Acuerdos Pesqueros Justos afirma que, con la revisión del protocolo comercial prevista para el próximo año, se han establecido pocas medidas de protección para los pescadores locales.
La UE reconoció el papel crucial de la pesca a pequeña escala para la economía y la seguridad alimentaria de Gabón. Sin embargo, dado que el protocolo actual expira en 2026, las visitas parecían centrarse más en «identificar medidas futuras para maximizar el impacto del protocolo», afirmó Gorez.
La UE destina 2,6 millones de euros al año al cambio del acceso a las pesquerías de Gabón, y esos fondos se destinan a la gestión de la pesca, la lucha contra la pesca ilegal y la protección de «ecosistemas frágiles que contribuyen a la buena salud de las poblaciones y a la gestión de las zonas marinas protegidas».
Los pescadores locales afirman que, a pesar de estas garantías, las comunidades locales han sido excluidas de las negociaciones.
Así lo confirma la Federación Gabonesa de Actores de la Pesca a Pequeña Escala (Fegapa), fundada en 2023 y que actualmente agrupa a unas 20 cooperativas de pescadores, pescaderos y transformadores.
«Nunca se consultó a los pescadores sobre el acuerdo de pesca», afirma Jean de Dieu Mapaga, presidente de la Fegapa.
Añade que «es cierto que se habla de proyectos gubernamentales para desarrollar determinados centros pesqueros, pero nadie ha explicado nunca que estas inversiones estén vinculadas a la financiación de apoyo sectorial a la pesca a pequeña escala en el marco del acuerdo entre la UE y Gabón».
Gabón no es el único país africano que se enfrenta a estos retos en el sector pesquero, donde las empresas pesqueras internacionales tienen una gran presencia y las pequeñas comunidades pesqueras tienen que competir por las capturas.
«Este patrón no es exclusivo de Gabón. En países como Liberia, la llamada pesca ‘experimental’ ha servido igualmente como puerta trasera para acceder a recursos de alto valor para los que aún no se había establecido un excedente», señaló Gorez.
Añadió que «el apoyo sectorial de los acuerdos de asociación para la pesca sostenible no debe quedarse en teoría, sino que debe contribuir de forma concreta y transparente a estos esfuerzos nacionales, algo que, hasta la fecha, no ha sido el caso».
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
La Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (Uneca) afirma que los países africanos se enfrentan a retos acuciantes en la economía azul, entre ellos la disminución de las capturas de pescado y la caída de los niveles de ingresos de los pescadores locales debido a la sobrepesca.
«La economía azul de África tiene un potencial económico sin explotar», destacó Claver Gatete, secretario ejecutivo de la Uneca, en el Foro Regional Africano sobre Desarrollo Sostenible celebrado en Uganda en abril de este año.
Añadió que «sin embargo, la degradación marina, la débil gobernanza y la falta de inversión amenazan su sostenibilidad.
Estos sentimientos ponen de relieve las preocupaciones planteadas por las pequeñas comunidades pesqueras, que reclaman un lugar en la mesa de negociaciones entre sus gobiernos y bloques como la UE o potencias como Estados Unidos.
«La región de África Central tiene un sistema de transporte marítimo y fluvial históricamente poco competitivo, con infraestructuras y estrategias sectoriales inadecuadas», afirma la Uneca en una actualización de marzo que busca liberar «el vasto potencial de los recursos azules».
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirma que, aunque la pesca mundial ha aumentado, el potencial de África sigue sin explotarse.
«Las políticas específicas, la transferencia de tecnología, el desarrollo de capacidades y la inversión responsable son fundamentales para impulsar la acuicultura sostenible donde más se necesita, especialmente en África», señaló la FAO en un informe de 2024 sobre el estado de la pesca mundial.
El Banco Mundial estima que los sectores de la pesca y la acuicultura aportan 24 000 millones de dólares a la economía africana, al tiempo que dan empleo a más de 12 millones de personas.
La Coalición para Acuerdos Pesqueros Justos afirma que, para que las comunidades puedan obtener beneficios del sector, las consultas deben ser inclusivas, lo que también contribuirá en gran medida a combatir la pesca ilegal.
«La exclusión de la toma de decisiones ha dado lugar a una falta de comprensión de las realidades locales», lamenta Gómez.
T: MF / ED: EG