NACIONES UNIDAS – En Myanmar, los ataques aéreos se suceden casi a diario. El fenómeno se ha vuelto común desde que estalló la guerra civil tras el golpe militar del ejército birmano en 2021 contra el gobierno democrático la Liga Nacional para la Democracia.
Varias organizaciones de derechos humanos denuncian que esos ataques aéreos se dirigen desproporcionadamente contra la población civil causando daños letales.
El Tatmadaw, el ejército birmano, utiliza ataques aéreos para combatir a grupos armados de resistencia, como las Fuerzas de Defensa del Pueblo (FDP), y recuperar zonas bajo control de esos grupos, que alcanzarían 42% del territorio del país, según una investigación de la BBC, publicada en diciembre del año pasado.
Tras el terremoto del 28 de marzo, el ejército birmano y otros grupos amados declararon un alto el fuego, pero los ataques continuaron. Myanmar Witness informó de 80 ataques aéreos entre el 28 de marzo y el 24 de abril, incluso en zonas declaradas en emergencia.
El Grupo Karen de Derechos Humanos informa que los ataques aéreos forman parte de una agresión de mayor alcance contra la población civil birmana.
Grupos de derechos humanos y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han constatado que el ejército ataca de forma mayoritaría a la población civil, no solo con bombas, sino también con ejecuciones de muchos detenidos e incendios masivos de viviendas.
El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, afirmó que estos ataques forman parte de un patrón de ataques en todo el país.
«Hay frecuentes informes de personas muertas, heridas o desplazadas por la violencia, así como de un aumento de los ataques contra infraestructuras civiles», dijo en una rueda de prensa el 16 de julio.
Ataques aéreos recientes, como el del 11 de julio contra un monasterio en la aldea de Lin Ta Lu, que dejó 23 muertos y 30 heridos, han vuelto a poner de relieve que el conflicto en el país está muy activo.
El ataque en Lin Ta Lu se produjo semanas después de que el ejército iniciara una ofensiva para recuperar territorios controlados por grupos de resistencia.
Lugares públicos y religiosos se han convertido en objetivos dentro de las acciones armadas.
Myanmar Witness, un proyecto del Centro para la Resiliencia de la Información que investiga los derechos humanos en Myanmar, informó sobre una tendencia a que las operaciones militares ataquen grandes concentraciones civiles, con 109 casos de ataques aéreos que dañaron lugares religiosos en 2024.
Una boda celebrada en un monasterio de la región de Magway fue bombardeada el 25 de febrero tras publicarse una invitación en redes sociales. Se estima que 11 personas murieron, en una práctica que tiene sus antecedentes en otros ataques a ceremonias nupciales el año pasado.
“Estas tendencias ponen de relieve que los lugares religiosos y culturales corren cada vez más riesgo de destrucción total como consecuencia del conflicto interno en el país”, informó Myanmar Witness.
Decenas de escuelas también han sido atacadas, con el resultado de muertes y lesiones infantiles. Muchos niños han dejado de asistir a la escuela por motivos de seguridad. Un ataque aéreo contra una escuela en la aldea de Oe Htein Kwin, en la región de Sagaing, el 12 de mayo, causó la muerte de unos 20 estudiantes y heridas a decenas.
El director de una escuela del Departamento de Educación y Cultura Karen informó al Grupo Karen de Derechos Humanos que los cuatro edificios de la escuela fueron destruidos por bombas en un ataque aéreo el 23 de marzo de 2024 en una aldea del distrito de Doo Tha Htoo.
El costo de la reconstrucción es elevado y desconocían si alguien podría ayudar.
“Me entristece ver la destrucción de mi escuela y me preocupa que los niños no puedan ir a la escuela…”, declaró el director. “No sé cómo describir mi miedo extremo. Se me parte el corazón al ver la escuela destruida. No puedo hacer nada ahora”, dijo.
Yadanar Maung, portavoz de la organización Justicia para Myanmar, acusó a los gobiernos y corporaciones internacionales que financian, arman y entrenan al Tatmadaw de potenciar las acciones violentas del ejército.
“La creciente violencia del ejército de Myanmar contra la población civil, incluyendo la intensificación de los ataques aéreos contra niños, no ocurre en el vacío”, declaró Maung a IPS.
El activista elogió la reciente desinversión de Airbus en AviChina Industry & Technology Company Limited debido a sus vínculos con la violencia en Myanmar.
“Otros deben seguir el ejemplo”, dijo Maung. “Los gobiernos también deben actuar con sanciones más severas y específicas contra el ejército, sus empresas, aliados y socios”, añadió.
El Mecanismo de Investigación Independiente de la ONU para Myanmar está investigando si las acciones del Tatmadaw pueden clasificarse como crímenes de lesa humanidad. El Mecanismo solicitó información sobre ataques aéreos para su investigación. Se está priorizando la investigación de ataques contra niños.
“Los ataques aéreos indiscriminados o dirigidos contra civiles pueden constituir crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad”, destacó el Mecanismo en un comunicado.
Los ataques aéreos dificultan que la ONU preste asistencia humanitaria a las personas necesitadas. Actualmente, una de cada tres personas en Myanmar sufre hambre aguda, según Dujarric.
“Hacemos un llamado urgente, y una vez más, a todas las partes para que respeten los derechos humanos y el derecho internacional humanitario”, dijo.
Myanmar recibe mucha menos atención que otras regiones en conflicto y situación de crisis. Sin el mismo nivel de atención, la guerra no puede terminar y la situación humanitaria no se aliviará.
Myanmar Witness afirmó que es importante seguir informando sobre la situación en Myanmar para mantener informadas a otras naciones.
Añadió que la situación es compleja y puede ser difícil de comprender para los extranjeros.
«La comunidad internacional no está tan al tanto de este conflicto interno continuo debido a que otros conflictos importantes acaparan la atención de los medios, en particular de los medios occidentales», planteó Myanmar Witness a IPS en una declaración escrita.
«Es importante seguir impulsando la difusión de noticias sobre Myanmar a la comunidad internacional tanto como sea posible», concluyó.
T: MF / ED: EG