Opinión

A los legisladores republicanos no les importa la mortalidad en EEUU

Este es un artículo de opinión de Joseph Chamie, demógrafo, consultor independiente y exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas.

En Estados Unidos, las madres mueren por causas relacionadas con el embarazo a tasas mucho más altas que en cualquier otro país rico. Imagen: Shutterstock

PORTLAND, Estados Unidos – La reciente legislación aprobada por el Congreso de Estados Unidos, curiosamente llamada Una gran bonita ley (OBBB, en inglés), y firmada por el presidente, revela que a los legisladores republicanos no les preocupa la mortalidad excesiva y prematura en el país.

Si los representantes y senadores republicanos estuvieran realmente preocupados por el aumento previsto de muertes, la OBBB no habría mostrado tanta indiferencia ante su impacto potencialmente dañino en la vida y el bienestar humanos.

En los próximos meses, es probable que la OBBB provoque un aumento de muertes excesivas y prematuras en Estados Unidos, afectando especialmente a grupos vulnerables, como personas y familias de bajos ingresos, niños, personas con discapacidad y adultos mayores.

La falta de preocupación de los legisladores republicanos ante la mortalidad excesiva y prematura prevista como consecuencia de la OBBB queda patente en la sincera declaración de un senador republicano de Iowa durante una reciente asamblea pública.

Cuando un constituyente expresó su preocupación por las posibles muertes derivadas de los recortes a Medicaid en el proyecto de ley de presupuesto, el senador republicano respondió diciendo: «La gente no… bueno, todos vamos a morir, así que por el amor de Dios».

El autor, Joseph Chamie

El comentario del senador, afirmando «todos vamos a morir», ejemplifica la falta de preocupación y empatía de los funcionarios federales republicanos ante el impacto potencialmente mortal de los recortes de la OBBB a Medicaid, la asistencia alimentaria (Snap), los cambios a la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) y otros asuntos cruciales.

De hecho, el recorte presupuestario a Medicaid, que representa una reducción de aproximadamente un billón (millón de millones) de dólares durante los próximos 10 años, supera con creces cualquier otro recorte que Estados Unidos haya realizado a su red de seguridad social.

El Medicaid es el programa conjunto, federal y estadal, que cubre costos médicos de las familias más desfavorecidas, mujeres embarazadas y adultos mayores.

La Oficina de Presupuesto del Congreso estadounidense predice que los recortes a Medicaid provocarán que millones de personas pierdan su cobertura médica.

Se espera que los diversos recortes y cambios resultantes de la OBBB aumenten las tasas de personas sin seguro, reduzcan el acceso a los servicios de salud, exacerben las disparidades en materia de salud y provoquen tasas de mortalidad más altas en todo el país.

Los millones de ciudadanos estadounidenses sin cobertura médica ni acceso a la atención probablemente harán que las personas dejen de recibir atención preventiva, tratamientos y recetas médicas, lo cual contribuirá a un aumento de enfermedades y muertes prevenibles.

Investigadores de salud pública y políticas de la Universidad de Yale y la Universidad de Pensilvania han informado a los legisladores del Congreso que la OBBB podría provocar más de 51 000 muertes evitables al año en Estados Unidos.

Esto se debería a la cancelación de la afiliación a Medicaid y al Mercado de Seguros Médicos, la reducción de la atención en residencias de ancianos y la pérdida de subsidios a medicamentos para personas mayores de bajos ingresos.

Además, imponer requisitos laborales a las personas que reciben seguro médico a través de programas como Medicaid no ha demostrado aumentar los niveles de empleo. Al contrario, restringe el acceso a la atención médica necesaria.

Con la expansión de los subsidios a los combustibles fósiles y los biocombustibles, la OBBB también podría provocar un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que podría causar más fenómenos meteorológicos potencialmente mortales y contribuir a un estimado de 900 muertes prematuras anuales en Estados Unidos por contaminación atmosférica local para 2035.

Además de la OBBB, el gobierno estadounidense también ha implementado recortes presupuestarios en agencias y departamentos relacionados con la justicia, la salud, la educación, la vivienda, el medio ambiente, la investigación científica básica y la previsión meteorológica.

El gobierno ha despedido a meteorólogos, congelado puestos críticos en la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (Fema, en inglés) y reducido las subvenciones de coordinación en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa, en inglés).

Además, ha reducido el personal, incluyendo a los trabajadores de los centros de llamadas, y ha recortado la financiación de agencias esenciales para emitir alertas de emergencia ante fenómenos meteorológicos extremos y coordinar respuestas oportunas, lo que probablemente provoque más muertes.

Se prevé que los recortes a Medicaid, la principal fuente de cobertura para niños en Estados Unidos, devastarán la atención pediátrica en zonas rurales y marginadas. Los funcionarios del gobierno estadounidense están desmantelando las políticas de vacunación con base científica y la atención pediátrica, lo que provocará un aumento de muertes, especialmente entre niños, por causas prevenibles.

Con el aumento previsto de muertes como resultado del OBBB, es probable que la clasificación de mortalidad de Estados Unidos entre los países desarrollados se deteriore. Incluso antes de la adopción de esta problemática legislación presupuestaria, la posición de Estados Unidos en cuanto a los niveles de mortalidad entre los países desarrollados ricos era, en el mejor de los casos, mediocre.

Por ejemplo, consideremos las muertes que ocurren durante el primer año de vida. La tasa de mortalidad infantil en Estados Unidos es significativamente superior a la media de otros países desarrollados.

En los últimos años, Estados Unidos se ha situado en el puesto 33 de 38 países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en este indicador crucial de mortalidad.

En 2023, la tasa de mortalidad infantil en Estados Unidos era de seis muertes infantiles por cada 1000 nacimientos, en comparación con una tasa de mortalidad infantil de aproximadamente 2 en Italia, Japón y Suecia (Imagen 1).

Imagen 1: Mortalidad infantil en Estados Unidos y países seleccionados: 2023 (muertes infantiles por cada 1000 nacidos vivos). Fuente: Gobiernos nacionales

Además, Estados Unidos tiene la tasa de mortalidad materna más alta entre los países ricos. Las madres en Estados Unidos mueren por causas relacionadas con el embarazo a tasas mucho más altas que las de cualquier otro país rico.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

En 2022, la tasa de mortalidad materna en Estados Unidos fue de 22,3 muertes por cada 100 000 nacidos vivos, muy por encima de las tasas de otros países de altos ingresos. Por ejemplo, la tasa de mortalidad materna fue de 3,4 en Japón, 7,6 en Francia y 8,4 en Canadá.

En cuanto a la longevidad, la esperanza de vida al nacer en Estados Unidos en 2023 era de 78 años. Sin embargo, la esperanza de vida variaba significativamente según los niveles de ingresos, y la brecha se amplió. En 2023, las personas más ricas dentro del 1 % superior de los condados de Estados Unidos vivieron 84 años, mientras que las del 50 % inferior vivieron en promedio 77 años.

Muchos países superan a Estados Unidos en esperanza de vida. Por ejemplo, Japón tiene una esperanza de vida de 87 años, Italia de 84 años y Suecia de 83 años (Figura 2).

Imagen 2: Esperanza de vida al nacer en Estados Unidos y países seleccionados: 2023. Fuente: Gobiernos nacionales

Si se tiene la fortuna de llegar a los 65 años en Estados Unidos, la esperanza de vida a esa edad es menor en comparación con la de muchos otros países desarrollados ricos.

Si bien la esperanza de vida en Estados Unidos a los 65 años es de casi 20 años, es mayor en otros países, como Australia, Francia, Japón y Suecia, donde es de aproximadamente 22 años (Imagen 3).

Imagen 3: Esperanza de vida a los 65 años en Estados Unidos y países seleccionados: 2023. Fuente: Naciones Unidas

 Es crucial reconocer que el aumento previsto de la mortalidad excesiva y prematura en Estados Unidos no se debe a un gobierno extranjero ni a un enemigo extranjero. Más bien, es autoinfligido por las políticas, acciones y decisiones de un gobierno liderado por los republicanos.

¿Cómo responderán los republicanos al aumento previsto de muertes prematuras? La historia sugiere que probablemente reaccionarán con sus tres D: Denegación, Desestimación y Distracción.

En conclusión, considerando el aumento previsto de muertes excesivas y prematuras debido a la OBBB y las políticas relacionadas de la administración estadounidense, así como la probable respuesta de los legisladores republicanos, incluido el presidente, parece que simplemente no les preocupa la mortalidad en Estados Unidos. (La fecundidad, en cambio, es un asunto completamente distinto).

Joseph Chamie es demógrafo y consultor, exdirector de la División de Población de las Naciones Unidas y autor de numerosas publicaciones sobre temas de población, incluido su libro más reciente: “Niveles de población, tendencias y diferenciales”.

T: MLM / ED: EG

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