Tutela indígena es el enfoque probado para lograr ecosistemas oceánicos saludables

Aulani Wilhelm (I) y Lysa Win (D), en Niza, durante la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos. Imagen: Naureen Hossain / IPS

NIZA, Francia – La Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos  (Unoc3) ha contado con una importante presencia de pueblos indígenas, que insisten en que se tenga en cuenta su perspectiva y sus orientaciones en los esfuerzos mundiales por el uso sostenible y la conservación de los océanos.

El sentido de la responsabilidad hacia el océano y el reconocimiento de su historia son un ejemplo del que puede aprender la comunidad internacional de los pueblos indígenas, se reconoce en la Unoc3, que se realiza en la ciudad francesa de Niza desde el lunes 9 y hasta este viernes 13.

Lo que parece distinguir a la Unoc3 de sus predecesoras es una mayor motivación y reconocimiento por parte de los gobiernos mundiales y las organizaciones no gubernamentales (ONG) para trabajar junto a los grupos indígenas y las comunidades locales con el fin de alcanzar los objetivos globales.

Aulani Wilhem, directora ejecutiva de Nia Tero, aseguró a IPS que se ha producido un cambio en el lenguaje de los líderes, que ahora reclaman equidad, justicia y reconocimiento de los pueblos indígenas en la comunidad oceánica.

«Creo que hay un sentimiento cada vez mayor y compartido no solo sobre cuáles son las amenazas, sino también sobre por qué tenemos que unirnos y no dejar que las ideas específicas y los diferentes segmentos del espacio oceánico nos frenen y mantengan las discusiones en el interior», afirmó Wilhelm en la conferencia.

Nia Tero es una ONG dedicada a promover el papel y la influencia de los pueblos indígenas como administradores y guardianes del mundo natural en la protección de la vida planetaria.

Algunas de las iniciativas presentadas durante la Unoc3 ponen de relieve el importante papel que desempeñan los pueblos indígenas en la agenda.

Entre ellas se encuentra la anunciada Reserva Oceánica Melanesia, la primera reserva oceánica multinacional dirigida por indígenas, que abarcará las aguas nacionales combinadas de las Islas Salomón, Vanuatu y Papúa Nueva Guinea, con una superficie de más de seis millones de kilómetros cuadrados.

Wilhelm también señaló la formación de una alianza oceánica indígena, que tomó forma de manera orgánica durante la conferencia.

Algunos líderes gubernamentales han declarado que trabajarán con los pueblos indígenas y las comunidades locales, lo que, según Wilhelm, supone un importante cambio tanto en el lenguaje como en la intención.

Ya no estamos hablando de «hagamos algo por vosotros», sino de «busquemos a los líderes indígenas para que nos guíen y veamos cómo podemos colaborar con ellos», dijo la directora ejecutiva de Nia Tero.

A su juicio, «se trata de un cambio radical, nunca mejor dicho, en la dirección que está tomando la comunidad oceánica. Tenemos un largo camino por recorrer, pero estas son señales…, brasas que se están encendiendo y que están haciendo posible que esto suceda».

«Así que busquemos a esos líderes y apoyémoslos», pidió Wihelm sobre la participación de los pueblos indígenas en la protección de los océanos.

Insistió en que «el único enfoque probado para tener ecosistemas y personas realmente saludables es la tutela indígena, así que invirtamos en ello».

Para Wilhelm, la tutela indígena significa la conexión colectiva e intergeneracional con el mundo natural en general, o el sentido de pertenencia a un lugar. «Estos lugares son sus relaciones, son su familia. Son su hogar. No están separados», afirmó. «La tutela indígena no es algo que tengamos que crear. Ya existe», resaltó.

La tutela indígena también tiene que ver con la responsabilidad. Es la responsabilidad de cuidar el hogar y la vida que nos rodea, dijo Lysa Win, directora de Nia Tero Pasifik. Se trata de personas que han vivido durante siglos en un lugar, que tienen una conexión profunda con él y que han construido conocimientos y sistemas.

Win puso como ejemplo su hogar, las Islas Salomón, donde los pueblos indígenas siguen viviendo en sus territorios, sobre los que tienen soberanía y pueden aplicar sus conocimientos.

«Incluso cuando existen diferentes sistemas de conocimiento, se puede lograr un equilibrio en el uso de esa información sin insistir en que uno es mejor que el otro. Hay diferentes conocimientos, pero hay que complementarlos con los que tenemos», argumentó.

Pero, se reconoce, puede ser difícil transmitir los principios que subyacen a la custodia indígena a personas ajenas a esas comunidades, especialmente en el contexto de un foro sobre el clima.

Según Wilhelm, existe el riesgo de presentar su visión del mundo en un lenguaje reduccionista con el fin de validarla, y eso puede resultar frustrante.

Win, por su parte, dijo a IPS que es consciente del lenguaje que utiliza cuando comparte su perspectiva como mujer indígena, ya que puede parecer engañosamente simple en comparación con el de otros.

Tanto ella como Wilhelm coincidieron en que, en los debates mundiales sobre el clima, la participación de los pueblos indígenas era tan importante, si no más, que los conocimientos que aportaban, y que tenían que dejar claro que no asistían en nombre de sus comunidades y que no hablaban en su nombre.

La tutela indígena tiene sus raíces en las comunidades que sienten una conexión intrínseca con el mundo natural, y los conocimientos y el parentesco que se derivan de esa conexión se transmiten de generación en generación.

Para Wilhelm, se trata de una mentalidad que determina la relación de las personas con el lugar y el reconocimiento del valor del océano.

Ayudar a otras personas a ver la importancia del cómo y el tiempo y los valores que se invierten en ello, eso es lo que va a guiar una mejor toma de decisiones, dijo.

«La gente quiere entender cuál es la magia de la tutela indígena. Es muy sencillo: se basa en las relaciones. Se trata realmente de guiarse por valores, valores de cuidado continuo, no de explotación y extracción. Ser capaces de tener lo suficiente y asegurarnos de que podemos prosperar y que los componentes ancestrales de la naturaleza pueden prosperar», afirmó.

Win añadió que la tutela indígena proviene de un lugar de fortaleza en el que las personas se adaptan al cambio y la transformación que está experimentando el océano.

«Con estos cambios, hemos creado conocimientos y también los hemos transformado con el tiempo, y eso es lo que aportamos, compartiendo nuestras historias aquí para que haya un lugar de esperanza. ¿Cómo podemos trabajar juntos para hacer frente a esta crisis?», planteó.

La Unoc3 ha brindado la oportunidad de intercambiar conocimientos. También ha brindado la oportunidad de aportar una perspectiva que prioriza el cuidado del océano a través del prisma del conocimiento del pasado y la consideración del futuro, en lugar de externalizar el problema.

Ha reunido, además, a generaciones con perspectivas muy diferentes sobre la acción climática.

Win señaló que el sentido de la responsabilidad hacia el lugar y las generaciones futuras es relevante para las mujeres líderes comunitarias.

Esto se puede ilustrar con el ejemplo de un panel celebrado en paralelo a la Unoc3, que incluyó la proyección del documental «Remathu: People of the Ocean», sobre Nicole Yamase, la primera mujer micronesia en bucear en las profundidades del océano.

Wilhelm describió también cómo Sylvia Earle, directora ejecutiva de Mission Blue y célebre bióloga marina, asistió al evento, donde ella y otras panelistas fueron muy sinceras y honestas sobre sus experiencias en el terreno y lo que eso significaba como muestra de apoyo a las mujeres más jóvenes.

Vinieron para asegurarse de que Nicole Yamase no se enfrentara a los mismos retos que ellas tuvieron cuando fueron pioneras en este campo… esa es la experiencia humana de lo que se siente cuando no eres suficiente a pesar de estar haciendo cosas extraordinarias por el océano, como ejemplo para otras mujeres, explicó Wilhelm.

«Las mujeres no son solo esa sensación de no ser suficientes, ¿cómo se supera eso y cómo se consigue que la comunidad te siga? Esa historia (la película) no trataba sobre Nicole, sino sobre ella como miembro de su comunidad y lo que significa poder devolver algo a la sociedad», afirmó la directora ejecutiva de Nia Tero.

Win dijo: «La voz indígena que estamos aportando no debe quedarse solo en el texto. No debe quedarse ahí. Deben ser lecciones globales y debemos mirarnos continuamente unos a otros, aprendiendo nosotros de ellos y ellos de nosotros. Hay que plasmar eso en soluciones y en textos en estos foros globales».

Wilhelm lamentó que «nuestras voces no han sido escuchadas, ni atendidas, ni incluidas».

Y pidió comenzar a hacerlo para defender la vida de los mares. «Estas son las voces y los depositarios del conocimiento que aportarán una perspectiva diferente sobre cuál es el problema y las soluciones que necesitamos para solucionarlo», concluyó.

T: MF / ED: EG

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