Negocio arrocero entre Vietnam y Cuba transforma paradigmas en cesión de tierras

Trán Trony Pai muestra las plantas de arroz cultivadas por la empresa vietnamita Agri VMA en Los Palacios, en la provincia de Pinar del Rio, en el oeste de Cuba. El plan es mejorar el rendimiento de los arrozales en el país, con tierras muy diferentes a los de la nación asiática. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

LOS PALACIOS, Cuba – El arrendamiento de tierras a una empresa privada vietnamita en el complejo arrocero ubicado en el municipio de Los Palacios, en la provincia de Pinar del Río, en el oeste de Cuba, avanza como un modelo sin precedentes para el país, con la expectativa de mejorar la disponibilidad nacional del cereal.

La empresa asiática Agri VMA ya está cosechando las primeras toneladas de granos de arroz en las 924 hectáreas –de 1000 que ha recibido hasta ahora en arrendamiento por un plazo de tres años–, que cultivó en tierras cubanas en los primeros meses de 2025.

El rendimiento promedio supera las 7,2 toneladas por hectárea, muy superior a las 1,6 que se consiguen en la provincia por productores y recursos con otras semillas -autóctonas o importadas– en medio de la escasez de fertilizantes y otros productos químicos.

“Esta siembra es con el paquete tecnológico completo (de Vietnam): una semilla híbrida de arroz cáscara húmedo, y con todo el fertilizante, herbicida, fungicida e insecticida que lleva (necesita). Por eso se obtiene ese rendimiento”, detalló Ariel García, director de la estatal Empresa Agroindustrial de Granos Los Palacios, en un  encuentro con un grupo de periodistas, IPS entre ellos.

Esa empresa es la que entregó a Agri VMA 1000 hectáreas en usufructo. Con una capacidad de manejar 56 000 hectáreas en diferentes cultivos, destina 23 000 a arrozales, de las que le quedan muchas tierras ociosas, pues actualmente apenas cultiva 6000 hectáreas.

“Se espera que ese arroz sea negociado con el Estado cubano y que todo se quede aquí, porque el objetivo es sustituir importaciones, y no tener que traer el arroz de Vietnam a Cuba. Es más factible hacerlo aquí”: Ariel García.

En febrero de 2023, empezó oficialmente el convenio entre Cuba y Agri VMA, luego de una serie de evaluaciones de factibilidad del proyecto. La zona de Los Palacios destaca por las fuentes naturales de agua para riego, campos planificados para la mecanización agrícola y un alto nivel técnico de los agricultores.

Sin embargo, estos suelos se erosionan con facilidad, son arenosos y pobres en nutrientes, debido la explotación continua, algo que ha podido paliarse con fertilizantes, por lo que Agri VM, para llevar adelante el proyecto, trasladó a la zona de siembra, materiales, equipamiento, insumos y personal especializado desde su país.

“El clima es muy bueno para la agricultura y está bien como los cubanos trabajan aquí, pero faltan muchos fertilizantes, por eso trajimos todo. Aquí el mayor problema es el transporte, el combustible, que estamos resolviendo con la empresa cubana”, dijo al grupo de periodistas un especialista agrónomo de la parte vietnamita, Trán Trony Pai, a través de un traductor.

El rendimiento no está muy lejos de las ocho toneladas de arroz por hectárea que  suelen obtener en su propio país para grandes extensiones. “Queremos más rendimiento (en su negocio en Cuba), pero es la primera vez que sembramos aquí. Hay muchas cosas que estamos aprendiendo también: por ejemplo, a conocer la tierra”, agregó.

Antes de sembrar las actuales casi 1000 hectáreas, Agri VMA experimentó con 16 de ellas con sus semillas híbridas, con un rendimiento fuera de temporada de 6,5 toneladas de arroz por hectárea. La superficie arrendada podría ampliarse hasta 5000 hectáreas si los resultados terminan siendo favorables.

En Cuba se realizan habitualmente dos siembras de arroz al año,  conocidas como campañas de “frío”  (noviembre-febrero)  y de “primavera”  (mayo-agosto),  que corresponden a los períodos de menor y mayor pluviosidad, respectivamente.

Una maquina cosechadora opera en una plantación de arroz, en los Palacios, en la provincia de Pinar del Rio, en el oeste de Cuba. El grano cosechado en las tierras entregadas en usufructo a la empresa vietnamita Agri VMA tiene mucho mayor rendimiento que el obtenido por los productores cubanos. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Modelos de negocio

Este arroz cosechado es enteramente propiedad de la compañía vietnamita. La parte cubana gana ingresos por la renta de la tierra y por mediar en la contratación de la fuerza de trabajo.

También por prestar servicios en el proceso de producción del grano, como en la preparación de los suelos, en la cosecha, o el secado y la molienda en la industria local, aunque no se ha especificado la cifra de tales dividendos.

“Se espera que ese arroz sea negociado con el Estado cubano y que todo se quede aquí, porque el objetivo es sustituir importaciones, y no tener que traer el arroz de Vietnam a Cuba. Es más factible hacerlo aquí”, dijo García.

Los más críticos de este acuerdo mercantil, sin precedentes en la agricultura cubana, lo catalogan como un modelo rentista, en el que Cuba obtiene ganancias muy limitadas.

No obstante, importar el arroz ya cosechado y beneficiado, no solo supone un mayor costo debido al transporte. Además, debido a las sanciones de Estados Unidos a esta nación insular caribeña, encontrar una compañía naviera dispuesta a traer los granos a puertos cubanos puede convertirse en una travesía llena de obstáculos.

La meta declarada por las autoridades de la isla es producir y consumir el arroz en Cuba, con un costo estimado de 565 dólares por tonelada. Al mantenerse dentro del país, el grano resultaría menos vulnerable a las crisis internacionales.

En 2024, Cuba produjo alrededor de 80 000 toneladas de arroz, cifra que representó solo 11 % de la demanda interna y 26,3 % de la cantidad de 2018, año con el mayor índice productivo del cereal en las últimas décadas. El grano es esencial en la dieta cubana y el alimento en carbohidratos más consumido en el país.

Cuba gastó el año pasado más de 300 millones de dólares para importar 407 000 toneladas de arroz para compensar su déficit.

Un trabajador supervisa la descarga de los granos de arroz cosechados en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Camilo Cienfuegos, en el municipio de Los Palacios, en el oeste de Cuba. El convenio con los vietnamitas reactivó este secadero y molino y posibilitó nuevos empleos. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

El acuerdo con Agri VMA no solo comprende este modelo de negocio, de arrendamiento de tierras en que los vietnamitas asuman todo el gasto de su explotación, sino otros dos adicionales.

Uno, con una participación más activa de la parte cubana y cuya producción se divide en partes iguales, y otro en que Agri VMA solo venderá sus semillas, fertilizantes y otros insumos a productores cubanos.

Respecto a este último, explicó a medios locales, Thi Thom, directora de Agri VMA, que desde enero de este año, su empresa comenzó a entregar materiales a la Empresa Mayorista de Suministros Agropecuarios (Emsa).

Además, se realizan investigaciones y registran materiales agrícolas como semillas, fertilizantes y pesticidas vietnamitas que sean adecuados y satisfagan la demanda del mercado cubano.

Más allá de la rareza de que se entregue tierras a una empresa extranjera, para su explotación, en un país caracterizado por su proteccionismo con las tierras, analistas esperan que esta práctica se haga más usual.

Al fin y al cabo, recuperar la agricultura es una prioridad estratégica para el país, que importa actualmente cerca de 80 % de los alimentos que consumen sus casi 10 millones de habitantes.

Trabajadores laboran en el secado artesanal del arroz cosechado por una cooperativa en los Palacios, en la occidental provincia cubana de Pinar del Río. Imagen: Jorge Luis Baños / IPS

Beneficios a trabajadores locales

El convenio entre Agri VMA y Cuba tiene un impacto positivo en los ingresos de los habitantes de Los Palacios.

La empresa vietnamita ha firmado un contrato con 47 trabajadores cubanos: poco, si se tiene en cuenta que la Empresa Agroindustrial de Granos del municipio tiene 1315 empleados, pero su presencia ha reactivado parte de una industria local que se encontraba prácticamente en desuso.

Así sucedió con el secadero y el molino de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Camilo Cienfuegos, que pertenece a la Empresa Agroindustrial de Los Palacios, la cual se encontraba paralizada desde que su infraestructura recibió daños por el huracán Ian en septiembre de 2022.


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En enero de 2025, empezaron sus labores de restauración, en preparación para la cosecha de las tierras arrendadas a Agri VMA.

También se rehabitaron nuevas fuentes de empleo y sus trabajadores ganaron durante los primeros meses un salario básico mensual de hasta 5000 pesos, unos 42 dólares según la tasa de cambio oficial de 120 pesos por un dólar, y 13 dólares según la tasa informal, la más usada.

Sin embargo, con las utilidades que obtendría la empresa cubana por prestar los servicios de molienda y secado, su salario podría aumentar desde este mes de junio hasta cuatro veces esa cantidad, mientras que los productores agrícolas que laboran las tierras en usufructo ya obtienen una mensualidad cinco veces superior, dijo a IPS García, el director, en un diálogo posterior separado.

El salario medio en Cuba es de unos 48,7 dólares según la tasa oficial o 16 dólares, de acuerdo a la informal.

“En Paso Real, mi localidad (dentro del municipio de Los Palacios), le gente vive y trabaja con el campesino y el arroz. Una de las dos únicas industrias de aquí es este molino-secadero. Es bueno que haya vuelto a funcionar. Ahora estamos trabajando como se ha trabajado siempre”, dijo a IPS Pedro Madera, de 32 años, operador de maquinaria de la UEB.

ED: EG

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