ROMA – En Haití, Malí, Palestina, Sudán y Sudán del Sur hay riesgo de que personas mueran por inanición y otros ocho puntos críticos de hambre se esparcen por naciones de África y Asia, alertaron agencias de las Naciones Unidas en un reporte divulgado este lunes 16.
En los cinco puntos de mayor preocupación “las personas enfrentan hambre extrema y riesgo de inanición y muerte en los próximos meses, a menos que haya una acción humanitaria urgente y un esfuerzo internacional para reducir el conflicto, detener el desplazamiento y montar una respuesta de ayuda a gran escala” dice el reporte.
“Este informe lo deja muy claro: el hambre hoy en día no es una amenaza lejana; es una emergencia diaria para millones de personas”, declaró Qu Dongyu, director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Cindy McCain, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que elaboró el informe junto a la FAO, dijo que “este informe es una alerta roja. Contamos con las herramientas y la experiencia para responder, pero sin financiación ni acceso, no podemos salvar vidas”.
Los riesgos de hambruna o niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda, debidos a la intensificación o persistencia de conflictos, crisis económicas y desastres naturales, se ven exacerbados por las crecientes restricciones de acceso y la grave escasez de financiación, exponen los autores del reporte sobre el hambre.
Además de los cinco territorios mencionados, la FAO y el PMA presentan como puntos críticos a Burkina Faso, Chad, Nigeria, la República Democrática del Congo y Somalia en África, y a Myanmar, Siria y Yemen en Asia.
En Haití, niveles récord de violencia de pandillas e inseguridad están desplazando comunidades y obstaculizando el acceso a la ayuda. Más de 8400 desplazados internos ya enfrentan niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda en el área metropolitana de Puerto Príncipe.
El nivel catastrófico en que se considera a esas personas corresponde la Fase 5, la más elevada en las cinco -con riesgo de hambruna o muerte por inanición- de la Clasificación Integrada en Fases (CIF) empleada por las agencias de la ONU.
En Haití hay centenares de miles de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda -entre los 1,3 millones de desplazados- y se considera que al menos la mitad de sus 11,5 millones de habitantes requiere asistencia humanitaria urgente.
En Palestina, la probabilidad de hambruna en la Franja de Gaza aumenta a medida que las operaciones militares a gran escala dificultan la entrega de alimentos y asistencia humanitaria no alimentaria vital.
Además de la crisis humanitaria que se desarrolla en la Franja de Gaza, los altos precios de los alimentos, junto con el agotamiento de los medios de vida y el bloqueo comercial, aceleran el colapso económico.
El informe proyecta que toda la población de Gaza -2,1 millones- enfrentará niveles de inseguridad alimentaria aguda de crisis o peor (Fase 3 o 4 de la CIF), y que 470 000 personas enfrentarán catástrofe (Fase 5), hasta septiembre de 2025.
En Sudán, donde chocan ejércitos rivales, se confirmó la hambruna en 2024 y se prevé que las condiciones persistan porque continúan el conflicto y los desplazamientos, mientras que el acceso humanitario es restringido.
Las circunstancias están llevando al país al riesgo de un colapso económico parcial, con una alta inflación que limita gravemente el acceso a los alimentos.
Se proyecta 24,6 millones de personas se enfrentarían a niveles de inseguridad alimentaria aguda de crisis (Fase 3 o 4), incluidas 637 000 personas en Fase 5.
El vecino Sudán del Sur se enfrenta a amenazas cada vez mayores derivadas de las tensiones políticas, el riesgo de inundaciones y los desafíos económicos. Se proyecta que aproximadamente 7,7 millones de personas -57 % de la población- enfrentarán altos niveles de inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 o más).
En dos regiones hay 63 000 personas que se teme entren la catastrófica Fase 5.
Mientras tanto, en Malí los altos precios de los cereales y el conflicto en curso – actúan insurgencias regionalistas e integristas islamistas- están socavando la capacidad de supervivencia de los hogares más vulnerables.
El informe FAO-PMA señala que unas 2600 personas corren el riesgo de catástrofe (Fase 5) hasta agosto de 2025 si no se proporciona asistencia a tiempo.
En Myanmar, también conocido por su antiguo nombre de Birmania, es probable que el impacto del reciente terremoto empeore la ya grave situación de inseguridad alimentaria, impulsada por la escalada del conflicto interno, los desplazamientos, las graves restricciones de acceso, y los elevados precios de los alimentos.
La República Democrática del Congo ha sido reintroducida en la lista de puntos críticos debido a la intensificación del conflicto, particularmente en el este del país, donde avanzaron este año fuerzas rebeldes apoyadas por la vecina Ruanda.
En cambio, Etiopía, Kenia, Líbano, Lesoto, Malawi, Mozambique, Namibia, Níger, Zambia y Zimbabue han sido eliminados de la lista de zonas críticas de hambre.
En África oriental y meridional, así como en Níger, las mejores condiciones climáticas para las cosechas y la disminución de los fenómenos meteorológicos extremos han aliviado las presiones sobre la seguridad alimentaria.
El Líbano también ha sido eliminado de la lista tras la reducción de la intensidad de las operaciones militares.
Sin embargo, la FAO y el PMA advierten que estos avances siguen siendo frágiles y podrían revertirse rápidamente si reaparecen las crisis.
Globalmente, se considera que padecen hambre más de 700 millones de los 8200 millones de habitantes del planeta.
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