El ganado vacuno en algunos países del Medio Oriente y de Europa central ha sido víctima de un nuevo serotipo de la fiebre aftosa, que no afecta directamente a los humanos pero incide en la vida y producción animal. Por contraste, América del Sur, en el pasado castigada por la enfermedad, está cada vez más libre de ese peligro. Imagen: Hashim Azizi / FAO