GINEBRA – Las condiciones meteorológicas extremas y las consecuencias del cambio climático están afectando el desarrollo de África, exacerbando el hambre, la inseguridad y los desplazamientos, indicó un informe publicado este lunes 12 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, expuso que el informe “refleja la realidad urgente y creciente del cambio climático en todo el continente”, a la vez que propone apelar a la transformación digital para mejorar las previsiones meteorológicas y las alertas tempranas ante los fenómenos extremos.
El “Informe sobre el estado del clima en África 2024” revela “un patrón marcado de fenómenos meteorológicos extremos, en el que algunos países se enfrentan a inundaciones excepcionales causadas por precipitaciones excesivas, y otros soportan sequías persistentes y escasez de agua”, abundó Saulo.
El reporte destaca los retos para la agricultura y el medio ambiente; la seguridad alimentaria, hídrica y energética; y la salud y la educación, haciendo hincapié en las oportunidades y las nuevas herramientas para hacer frente a los retos.
La agricultura, la productividad laboral y la educación fueron perturbadas a lo largo de 2024, el año más cálido o el segundo más cálido, y la última década ha sido la más cálida registrada.
La temperatura media en superficie en toda África en 2024 fue aproximadamente 0,86 grados centígrados (°C) superior a la media de 1991-2020. El norte del continente registró la temperatura más alta, 1,28 °C por encima de la media, convirtiéndose en la subregión que más rápido se está calentando.
Las temperaturas de la superficie del mar fueron las más altas registradas, por delante de las de 2023, especialmente en el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
Este aumento de temperaturas en los océanos perturba los ecosistemas marinos y puede intensificar las tormentas tropicales. Además, el aumento del nivel del mar podría plantear amenazas adicionales a las comunidades costeras.
El sur de África experimentó condiciones de sequía perjudiciales, especialmente en Malaui, Zambia y Zimbabue, que sufrieron la peor sequía en al menos dos décadas. El rendimiento total de los cereales en la zona fue 16 % inferior al de los últimos cinco años.
El bajo nivel de las aguas y la escasa producción hidroeléctrica del lago Kariba, el mayor embalse artificial del continente, entre Zambia y Zimbabue, provocaron prolongados cortes de electricidad y trastornos económicos.
África occidental, central y oriental sufrieron inundaciones devastadoras que afectaron a millones de personas, causando varios centenares de víctimas y cientos de miles de desplazamientos.
Pero en África oriental las precipitaciones de la temporada de octubre a diciembre fueron inferiores a la media, lo que suscitó preocupación por la seguridad alimentaria.
El norte del continente registró su tercera cosecha consecutiva de cereales por debajo de la media, debido a las escasas precipitaciones y a las temperaturas extremadamente altas.
El informe recuerda que muchos países están adoptando la transformación digital para mejorar las previsiones meteorológicas y las alertas tempranas.
Para ello apelan al uso de la inteligencia artificial, las herramientas de comunicación móvil y los modelos avanzados de predicción meteorológica, que están mejorando la precisión y el alcance de los servicios.
Varias agencias de la región africana han adoptado medidas digitales, como Kenia, que proporciona previsiones meteorológicas a agricultores y pescadores a través de aplicaciones móviles y mensajes SMS.
Nigeria utiliza plataformas digitales para difundir avisos agrícolas vitales e información climática.
Sudáfrica ha integrado herramientas de previsión basadas en inteligencia artificial y modernos sistemas de radar para realizar predicciones meteorológicas.
Sin embargo, se requiere una mayor inversión en infraestructuras, marcos más sólidos de intercambio de datos y una prestación de servicios más inclusiva.
Se necesita un mayor sentido de la urgencia para mejorar los sistemas de alerta temprana y reforzar la resiliencia y la adaptación al clima.
El informe insta a los gobiernos, los asociados para el desarrollo y el sector privado a acelerar las inversiones climáticas inteligentes.
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