Madres solas y sin pensión alimenticia, un factor de pobreza en Brasil

Una madre junto a su hijo, al que cría en solitario en un asentamiento rural de Brasil. Estas mujeres se llaman en el país madres solo, en una asimilación de quienes interpretan un solo en la música, como solistas con acompañamiento o no de otros instrumentos musicales. Imagen: Fernando Frazão / Agência Brasil

RÍO DE JANEIRO – Cobrar las pensiones alimenticias es un calvario en Brasil, aunque sean reconocidas como una prioridad, lamentó el abogado Rolf Madaleno que lleva 46 años de actividad en el derecho de familia en el sureño estado de Rio Grande do Sul.

Además de la batalla judicial, se trata de un grave problema nacional. Brasil ya tiene más hogares bajo responsabilidad de mujeres que de hombres. El censo de 2022 apuntó que este grupo representa ya 49,1 % de los hogares y está en rápido aumento, ya que en 2010 eran solo 38,7 %, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).

Pero la Encuesta Nacional por Muestreo de Domicilio Continuo, del mismo Ibge y más detallada, apuntó a que eran 50,8 % los hogares bajo liderazgo femenino en solitario en el tercer trimestre de 2022, es decir 38,1 millones de familias en un total de 75 millones.

Buena parte de esas jefas de familia tienen hijos en edad escolar y no reciben las pensiones alimenticias obligatorias de sus excompañeros, incluso en muchos casos aunque hayan sido llevados a la justicia. Es un fator de la pobreza e inseguridad alimentaria que afectan principalmente a niños y mujeres.

“Es fuerte la resistencia al pago de la pensión alimenticia y se debe principalmente al resentimiento, al deseo de venganza contra la pareja, especialmente si ella ya tiene otro compañero”: Rolf Madaleno.

En un intento por hacer cumplir fallos y acuerdos judiciales, tres diputadas progresistas propusieron en 2023 un proyecto de ley que establecería el pago por débito automático en la cuenta bancaria de la pareja deudora, masculina en su casi totalidad.

El proyecto de ley, que no tiene fecha de aprobación, se justifica al destacar, con base en datos de 2022, que la justicia acoge cada año unos 576 000 nuevos pedidos de pensión alimenticia y adopta 1,7 millones de decisiones sobre ese tipo de acciones judiciales cada año. Es decir las órdenes de ejecución de cobranza casi triplican las acciones demandadas.

Eso representa una parte mínima del universo de la insolvencia, “equivalente a la cantidad que maneja un solo gran bufete”, según Madaleno, miembro de la dirección nacional del Instituto Brasileña de Derecho de Familia, que cuenta con más de 22 000 afiliados, entre abogados, asistentes sociales, jueces y otros operadores de la justicia.

Los jueces de los tribunales de la familia acumulan en general más de 2000 procesos cada uno en espera de sus decisiones, estimó.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva en un acto de su campaña «Brasil sin hambre». Hacer efectivo el derecho a la pensión alimenticia de las madres que se ven forzadas a criar en solitario a sus hijos ayudaría a reducir la pobreza y el hambre en el país. Imagen: Ricardo Stuckert / PR

Pocas recurren a la justicia

La mayoría de las madres que no reciben la pensión para sus hijos del padre no recurre a acciones judiciales, ante la consecuente demora e ineficiencia de la justicia.

Josefa Gomes, una “madre solo” como se acordó denominar en Brasil a las mujeres que se encargan solas de sus familias, prefirió no cobrar en los tribunales una pensión del padre de su segundo hijo, ahora ya de 24 años.

Ese solo se toma de la música, al considerar que interpretan «un solo» en la familia, la parte de la composición musical en que un instrumentista o un vocalista se destaca como solista, acompañado o no por algún instrumento más.

Contó a IPS que “él aportaba algún dinero cuando le daba la gana, un mes si otros no. No podía contar con él para nada”, al contrario del padre de la hija mayor, que siempre pagó regularmente la pensión cada mes, incluyendo el plan de salud.

“La justicia da mucho trabajo, requiere muchas audiencias, mucho aburrimiento y tiempo”, justificó para explicar su decisión de criar a su hijo prácticamente sola, con los ingresos que obtiene en el servicio doméstico como trabajadora externa durante dos días a la semana en dos residencias en barrios de clase media en Río de Janeiro.

Le lleva dos horas cada jornada llegar en autobús a sus dos lugares de trabajo desde su vivienda en la vecina ciudad de São Gonçalo.

Como la mayoría de las madres no recurre a la justicia, las medidas para una cobranza judicial más eficaz tienen efectos limitados.

Soluciones para la pobreza y vulnerabilidad de las madres solo dependen de políticas públicas enfocadas directamente en esas madres, destacó Iara Souza, profesora de derecho en la Universidad Federal de Ouro Preto, una ciudad histórica de 75 000 habitantes del sureste de Brasil.

Hay un proyecto de ley “interesante” que fija los derechos de esas madres, en el ámbito de la asistencia social, del mercado de trabajo y beneficios previsionales, ejemplificó por teléfono a IPS desde esa urbe.

Una feria de agricultura familiar en Río de Janeiro. La producción alimentaria cerca de los mercados consumidores, con diversidad de productos, es otra política con que se busca combatir el hambre que afecta especialmente los niños y mujeres pobres, especialmente entre la población negra. Imagen: Fernando Frazão / Agência Brasil

Millones de necesitadas

Las familias bajo responsabilidad femenina con hijos y sin el cónyuge, las más vulnerables, sumaban 11,05 millones en el tercer trimestre de 2022, según los datos del Ibge ordenados por el Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos (Dieese).

Son las que presentan los menores ingresos por habitante y como resultado del trabajo, en este país con 212 millones de habitantes, según estableció el censo de 2022.

Las madres negras que crían solas a sus hijos, 61,7 % del total, enfrentan las condiciones más adversas ya que casi mitad de ellas, tres millones, están excluidas del mercado formal de trabajo, dependiendo de ingresos informales y programas sociales.

De todas formas, medidas que hagan más ágil, accesible y eficaz el proceso judicial son importantes por beneficiar directamente a una parte de las madres solo y desalentar el incumplimiento de derechos.

El nuevo Código del Proceso Civil, aprobado en 2015, le permite al juez adoptar “medidas inductivas y coercitivas” para forzar el pago de las pensiones y otras deudas. Pueden, por ejemplo, quitarle al deudor su pasaporte, el permiso de conducir o instrumentos de trabajo, detalló Souza.

El nuevo proyecto de las tres diputadas sería un avance, pero trata solo de facilitar la ejecución judicial del cobro de pensiones, por transferencia bancaria directa. Sin embargo, mucha gente carece de cuentas en el banco o puede cerrarlas para evitar el cobro de la pensión adeudada, razonó la profesora.

Es una creencia popular que no pagar la pensión alimenticia es el delito que más lleva a la cárcel el infractor. Casos de personas famosas, como futbolistas y actores de televisión, detenidas difundieron esa idea.

Una de las favelas de Río de Janeiro. En esos barrios hacinados y pobres de Brasil se concentran las madres que crían sus familias solas, sin acceso a la justicia para cobrar las pensiones alimenticias a sus exparejas cuando caen en irresponsabilidad paterna. Imagen: Mario Osava / IPS

Subterfugios

Pero en realidad la condena a prisión es inusual. “Si uno presenta una justificación para el no pago ante la justicia, escapa a la cárcel. Solo se detiene a los que no contestan a la intimación del juez”, aclaró Souza.

Además la detención se limita a un máximo de 90 días y solo se aplica en relación a la insolvencia en los tres últimos meses, es decir deudas antiguas no se penalizan con el encarcelamiento, explicó el abogado Madaleno a IPS, por teléfono desde Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul.

Ejecutar la cobranza “es un calvario tanto para la acreedora como para el abogado” porque hay muchos artificios para escapar al deber, acotó. A veces se paga solo algunos meses para evitar la cárcel y se deja acumular los demás, hay varios recursos para retardar el pago.

“Es fuerte la resistencia al pago de la pensión alimenticia y se debe principalmente al resentimiento, al deseo de venganza contra la pareja, especialmente si ella ya tiene otro compañero”, sostuvo Madaleno.

A veces prefieren la cárcel por algunos días, en desmedro de su imagen pública, que ceder a la acción de la ex pareja, sin considerar que ella necesita el dinero incluso para alimentar los hijos de ambos. El machismo cuenta mucho en estas decisiones, señaló el abogado.


También le pueden interesar:

Nuevos intentos de reducir la desigualdad de género en Brasil

Prioridad social en múltiples debates del G20 presidido por Brasil


Presionar de varias formas, “constreñir” a los deudores, puede reducir la insolvencia y aliviar las carencias de muchas mujeres, evaluó. Por eso apoya la iniciativa de las tres diputadas, que también propone extender el débito automático en la cuenta bancaria de las empresas de los deudores.

“Es una medida que sugerí en 1992 en un artículo, para alcanzar los deudores que ocultan su patrimonio en sus empresas”, una maniobra que puede desaparecer ahora, dijo. Pero aún tiene limitaciones, porque solo se aplicaría en las empresas en que el deudor es el único dueño, no puede afectar otro socio, por más minoritario que sea.

Hay que buscar nuevas formas de coaccionar el deudor. En Argentina, por ejemplo, se puede cobrar la pensión alimenticia en la cuenta de luz, ejemplificó Madaleno.

ED: EG

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe