La FAO muestra desafíos de los sistemas alimentarios para 2030

Compradores en el Mercado Central de Buenos Aires. Los sistemas alimentarios presentan avances alentadores pero también retrocesos preocupantes, de acuerdo con un estudio que ha medido 50 de sus indicadores en todo el mundo y propone hacer énfasis en los aspectos de gobernanza y resiliencia para avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible como el Hambre Cero. Imagen: DP Caba

ROMA – Los sistemas alimentarios en el mundo presentan avances alentadores y retrocesos preocupantes en la cuenta regresiva hacia el año 2030, de acuerdo con un estudio sobre 50 indicadores divulgado este martes 14 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Esa combinación de avances y retrocesos “subraya la urgencia de acelerar la transformación de los sistemas alimentarios” en el mundo, planteó Lawrence  Haddad, director ejecutivo de la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición.

El informe, “Gobernanza y resiliencia como puntos de entrada para transformar los sistemas alimentarios en la cuenta atrás hasta 2030”, publicado en la revista Nature Food, presenta el primer análisis exhaustivo de un cambio desde 2000 en los indicadores clave de los sistemas alimentarios.

El estudio rastrea 50 indicadores de sistemas alimentarios en todo el mundo, organizados en cinco temas: 1) dietas, nutrición y salud; 2) medio ambiente, recursos naturales y producción; 3) medios de vida, pobreza y equidad; 4) resiliencia; y 5) gobernanza.

Haddad expuso que “la compensación de ventajas y desventajas es inevitable entre los objetivos en materia de sistemas alimentarios, como empleos, clima, nutrición, seguridad alimentaria y resiliencia”, con la gobernanza y resiliencia como puntos clave.

Considera que “con una gobernanza más sólida y mejores datos, las compensaciones pueden mitigarse e, incluso, convertirse en sinergias. Este informe nos ayuda a comprender cómo hacerlo, y a acelerar los progresos hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)” que tienen en 2030 su año-meta.

Por ejemplo, el ODS2, Hambre Cero, tiene entre sus metas poner fina al hambre (1ue padecen unos 700 millones de personas), a las formas de malnutrición, duplicar la productividad agrícola y asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos.

El nuevo informe analizó 42 parámetros en materia de resiliencia y nutrición, y encontró que 20 han mejorado desde el año 2000, con realizaciones notables como aumentos significativos en el acceso a agua potable sana y la disponibilidad de hortalizas.

También se ha incrementado la conservación de recursos fitogenéticos y zoogenéticos, lo que refuerza la resiliencia de los sistemas alimentarios frente a los choques climáticos y a otras perturbaciones.

Siete indicadores muestran disminuciones importantes, como la mayor volatilidad de los precios de los alimentos, el empeoramiento de la responsabilización de los gobiernos, y una menor participación de la sociedad civil.

Esos cambios indican la existencia de desafíos en el mantenimiento de la estabilidad y la coherencia de las políticas en un contexto de crisis mundiales.

En el informe se destaca el modo en el que el cambio en una esfera, como la gobernanza o la calidad de la dieta, incide en otras esferas, haciendo hincapié en la necesidad de enfoques coordinados y transectoriales.

Estudios de casos realizados en Etiopía, México y Países Bajos ilustran la importancia local de esas dinámicas.

La investigación que dio soporte al informe fue un trabajo de colaboración entre expertos y organizaciones destacados, coordinado por la FAO, la Alianza y las universidades estadounidenses de Columbia y Cornell.

Jessica Fanzo, directora de la iniciativa Alimentos para la Humanidad de la Escuela del Clima de la Universidad de Columbia, afirmó que “necesitamos una reforma integral de nuestros sistemas alimentarios para poder proporcionar a la población mundial los alimentos nutritivos necesarios para crecer y desarrollarse”.

“Nos enfrentamos a una sindemia de retos: aumento de las enfermedades relacionadas con la alimentación, desnutrición continuada y un clima cambiante. Combatirlos exige cambios significativos y rápidos”, insistió Fanzo.

A-E/HM

 

 

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