NUEVA YORK – Los acontecimientos de 2024 muestran que los derechos humanos viven tiempos oscuros en el mundo, aunque hay quienes se atreven a resistir la opresión e impulsar el progreso, asentó en su informe anual divulgado este jueves 16 la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW).
Durante el año pasado “en gran parte del mundo, los gobiernos reprimieron y arrestaron y encarcelaron injustamente a opositores políticos, activistas y periodistas” dijo en la presentación del Informe Mundial 2025 de HRW su directora ejecutiva, Tirana Hassan.
“Tanto grupos armados como fuerzas gubernamentales mataron en forma ilegítima a civiles, obligaron a muchos a abandonar sus hogares y bloquearon el acceso a la ayuda humanitaria”, señaló la responsable.
Por otra parte, “en muchas de las 70 elecciones nacionales que tuvieron lugar en 2024, los líderes autoritarios ganaron terreno empleando su retórica y políticas discriminatorias”, agregó Hassan en la presentación del informe de 546 páginas que analiza las prácticas de derechos humanos en más de 100 países.
Ante el aumento del autoritarismo, la represión y los conflictos armados, HRW reclama que los gobiernos intensifiquen sus esfuerzos para respetar y defender los derechos humanos universales con más rigor y urgencia que nunca. Y la sociedad civil debe mantenerse firme a la hora de exigir rendición de cuentas.
El año 2024 estuvo marcado por conflictos armados y crisis humanitarias que expusieron el debilitamiento de las protecciones internacionales para la población civil, así como el devastador costo humano que implica ignorarlas.
Esto incluyó casos alarmantes de inacción internacional y complicidad en abusos que profundizaron el sufrimiento humano, particularmente en Gaza, Sudán, Ucrania y Haití, subrayó HRW.
El informe trata de mostrar una realidad que a menudo se pasa por alto: las democracias liberales no siempre son defensoras fiables de los derechos humanos, ya sea dentro de sus propias fronteras o en el exterior, destacó Hassan.
Por ejemplo, según la directora de HRW, “la política exterior del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha mostrado un doble rasero al continuar suministrando armas a Israel, a pesar de las violaciones generalizadas del derecho internacional en Gaza, mientras condena a Rusia por acciones similares en Ucrania”.
En Europa, la seguridad y el estancamiento económico “han servido como excusa para que un número creciente de países justifique su desprecio selectivo por los derechos, en particular los de grupos marginados, así como de personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas”, según el informe.
El racismo, el odio y la discriminación dominaron muchas elecciones en 2024, y HRW se inquieta porque la elección de Donald Trump en Estados Unidos abre “la posibilidad de que su nueva administración repita e incluso empeore las graves violaciones de derechos registradas en su primer mandato (2017-2021)”.
En otras regiones, como Rusia, El Salvador y el Sahel (el cinturón semiárido que cruza África central), “líderes autoritarios consolidaron su control, recurriendo al miedo y la desinformación para sofocar la disidencia y afianzar su poder”.
Sin embargo, en otros países surgieron señales de resiliencia democrática, afirmó Hassan, ya que los votantes rechazaron las agendas populistas y exigieron responsabilidades a líderes y partidos.
En América Latina, el informe de HRW destaca los casos de Brasil, Haití y Venezuela.
A Brasil le demanda que lidere con el ejemplo la COP30 (la 30 Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), frenando los planes de invertir 47 000 millones de dólares en combustibles fósiles hasta 2026, y los cuales incluyen nuevas exploraciones en la Amazonia.
Respecto de Haití, pide la atención de la comunidad internacional por la crisis de violencia desatada por pandillas criminales -5600 asesinatos en 2024, un millón de personas desplazadas de sus hogares- y la necesidad de auxilio humanitario para casi la mitad de sus 11,5 millones de habitantes.
Con relación a Venezuela, HRW considera que la represión y la crisis de derechos humanos aumentaron durante el proceso electoral del año pasado “y escalaron a niveles brutales luego de que las autoridades anunciaron, sin prueba alguna, que (Nicolás) Maduro había sido reelecto presidente”.
Hassan destacó que el año pasado reafirmó la importancia de exigir que los gobiernos de distintas regiones asuman un liderazgo firme y con mayor frecuencia en materia de derechos humanos y rendición de cuentas.
Ese estándar para su cumplimiento “se eleva cuando los gobiernos denuncian violaciones del derecho internacional, como hizo Sudáfrica al presentar un caso ante la Corte Internacional de Justicia acusando a Israel de violar la Convención sobre el Genocidio en Gaza”, dijo la directora.
También es el caso de varios Estados que han desafiado a los talibanes en Afganistán por violar la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres.
“Los tribunales internacionales que abren caminos hacia la justicia para las víctimas y sobrevivientes en Myanmar, Israel y Palestina, y Ucrania, y las personas activistas que impulsan el cambio en Georgia, Bangladesh y Kenia, son prueba de que la lucha por los derechos sigue más viva que nunca”, dice el informe de HRW.
Incluyó en los elogios en ese apartado “a quienes rechazan el autoritarismo en elecciones clave como las de Venezuela”.
“Cuando se protegen los derechos, la humanidad prospera. Cuando se niegan, el costo no se mide en principios abstractos, sino en vidas humanas. Este es el desafío, y también la oportunidad, de nuestra época”, concluyó Hassan.
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