LONDRES – El Programa para Trabajadores y Trabajadoras Extranjeros Temporales (Tfwp en inglés) que mantiene Canadá facilita abusos escandalosos y la discriminación de las personas trabajadoras migrantes, denunció en su más reciente informe la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI).
Erika Guevara Rosas, directora de investigación y campañas de AI, dijo que “los abusos experimentados por los trabajadores y trabajadoras migrantes en Canadá son enormemente preocupantes, en especial tratándose de un país que afirma ser un líder en lo que se refiere a la protección de los derechos humanos”.
El informe, titulado “Canadá me ha destruido: Explotación laboral de trabajadores y trabajadoras migrantes”, expone el impacto del Tfwp, que permite que las entidades empleadoras (tanto empresas como personas físicas) contraten a trabajadores y trabajadoras migrantes sobre todo para empleos mal pagados.
Los sectores que más emplean esa mano de obra son la agricultura, el procesado de alimentos, el sistema de cuidados, la construcción y la hostelería.
Los visados del Tfwp vinculan a estas personas a una única entidad empleadora que controla su situación migratoria y sus condiciones laborales.
Guevara Rosas dijo que “muchas personas migrantes nos han dicho que llegaron a Canadá con la esperanza de obtener un futuro mejor, pero, por el contrario, sintieron que se las trataba como a esclavos”.
“Estos trabajadores y trabajadoras son vitales para poner comida en las mesas del país y cuidar de las personas mayores. Se merecen algo mucho mejor”, agregó.
AI basó su informe en entrevistas, durante los años 2023 y 2024 en las provincias de Quebec y Ontario, a 44 personas que fueron trabajadoras del programa TFWP, muchas de las cuales denunciaron el impago de salarios y exceso de horas de trabajo. Algunos contratos vistos por AI estipulaban cero días de descanso.
También algunas personas denunciaron que sus empleadores y supervisores usaban con ellas un lenguaje racista y que las insultaban llamándolas “burro”, “indio” o “mexicano de mierda”.
Uno de los casos recogidos en el informe es el de Benedicte, una mujer de Camerún, sufrió abusos psicológicos y sexuales de carácter racista a manos de su empleador en cuanto llegó a Canadá en 2015, con un visado vinculado de dos años para trabajar en una granja.
La obligaban a trabajar entre 70 y 80 horas semanales realizando tareas agrícolas y de otro tipo, incluidos trabajos domésticos, estaba considerablemente mal pagada y sometida a control constante.
Su empleador la engañó, prometiéndole traer a sus hijos a Canadá, para seguir explotándola. Finalmente cayó enferma y le diagnosticaron una anemia grave.
Cuando se marchó por fin de la granja, en julio de 2018, su empleador le canceló el visado dejándola en situación migratoria irregular. “No esperaba ser una esclava aquí”, dijo a los entrevistadores.
Muchas personas migrantes en el marco del Tfwp trabajan y viven en lugares remotos y, por tanto, su alojamiento y el acceso al seguro médico y al transporte dependen de su entidad empleadora.
Si caen enfermas, sufren una lesión o ya no son consideradas aptas para el trabajo, pueden rescindirles el contrato y ser objeto de una repatriación rápida.
Algunos trabajadores y trabajadoras denunciaron que su entidad empleadora los había amenazado con la repatriación y, en un puñado de casos, que los habían llevado al aeropuerto contra su voluntad.
“Muchos trabajadores y trabajadoras no denuncian los abusos que sufren por miedo a represalias como el despido improcedente, la no renovación de su contrato y la repatriación”, sostiene el informe.
Agrega que quienes sí denuncian tienen que lidiar con el complejo sistema de aplicación de la ley, que no está concebido para proteger a personas con estatus precario y quienes a menudo no saben moverse por los sistemas burocráticos en ninguna de las lenguas oficiales de Canadá, inglés y francés.
En 2023, los primeros países de origen de los trabajadores y trabajadoras del Tfwp fueron México, India, Filipinas, Guatemala y Jamaica, que representaron en total casi 70 % de los permisos trabajo concedidos.
Guevara Rosas dijo que “las autoridades canadienses conocen bien los abusos que se cometen en el marco del Tfwp y aun así han implementado medidas muy limitadas para abordar algunos de ellos, como aumentar las inspecciones”.
En particular, AI requiere que se expidan permisos de trabajo abiertos, pues “los trabajadores y trabajadoras migrantes deben tener libertad para cambiar de empleo y de empleador, igual que los canadienses”, concluyó Guevara Rosas.
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