MÉXICO – Desde este mes de enero, México cuenta con una nueva ruta industrial para los próximos seis años, donde la viabilidad de su componente energético enfrenta incógnitas fundamentales que lo ponen en riesgo.
La escasez de energía figura entre los principales obstáculos para el avance del programa económico de la presidenta Claudia Sheinbaum, en el cargo desde octubre.
El investigador Luca Ferrari, del Centro de Geociencias de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), identificó como obstáculos para su avance los recursos financieros y la oferta energética limitadas.
“Hay restricción presupuestaria y de cantidad de energía. Una mayor industrialización para exportación se va a topar con falta de energía o con una cantidad muy limitada, por inversiones necesarias y de donde van a salir. Estamos en una situación energética muy precaria, porque tenemos dependencia fósil y somos deficitarios de energía”, señaló a IPS.
Lanzado el 13 de enero bajo el título general de la Estrategia Nacional de Industrialización y Prosperidad Compartida, Plan México (PM) consta de 10 objetivos, 13 metas, 2000 proyectos y una inversión total prevista de 277 000 millones de dólares, que crearían 1,5 millones de empleos nuevos en manufactura y otros sectores.
Entre esas inversiones del plan, que es percibido internamente como una respuesta parcial a la llegada del ultraconservador Donald Trump a la presidencia estadounidense, se incluye una inversión de la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) por 23 400 millones de dólares.
De ellos se destinarán 12 300 millones para generación, 7500 millones para infraestructura de transmisión y 3600 millones para producción fotovoltaica descentralizada en las viviendas.
Además, el gobierno prepara las reglas para la participación nuevamente del sector privado en la generación eléctrica, modalidad suspendida desde 2018 para favorecer a la CFE y también a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Ese retorno incluiría, entre otras medidas, menores costos de compra de energía para el monopolio eléctrico y el uso de baterías de almacenamiento para mantener la estabilidad de la red eléctrica.
“Hay restricción presupuestaria y de cantidad de energía. Una mayor industrialización para exportación se va a topar con falta de energía o con una cantidad muy limitada, por inversiones necesarias y de donde van a salir. Estamos en una situación energética muy precaria, porque tenemos dependencia fósil y somos deficitarios de energía”: Luca Ferrari.
Como resultado, el plan agregaría 21 893 megavatios (Mw) a la matriz energética nacional, con el objetivo de alcanzar 37,8 % de energía limpia, frente al actual 22,5 %. Por ley, la CFE controla 54 % del mercado eléctrico y el resto está en manos privadas.
Al menos 17 proyectos de transmisión y distribución eléctricas se hallan en fase de estudio para su concreción en un momento indeterminado, pero su desarrollo sería independiente al nuevo PM, que sí incorpora varios proyectos que ya estaban en marcha, además de nuevos.
Con una capacidad instalada actual de 89 000 Mw, en 2024 aproximadamente 63 % de la generación eléctrica dependió de gas fósil, seguido por la termoelectricidad convencional (6,8 %), hidroelectricidad (5,9 %), energía eólica (5,8 %), solar fotovoltaica (5,2 %), nuclear (3 %) y geotermia (1 %).
Las fuentes renovables tienen una capacidad instalada de 33 517 Mw, pero solo aportan 22,5 % de la electricidad.
En diciembre de 2023 durante la anual cumbre climática de Dubái, México se adhirió al Compromiso Global sobre Renovables y Eficiencia Energética, que consiste en triplicar la capacidad instalada alternativa y duplicar la tasa de eficiencia energética en 2030. En ese aspecto, el PM se quedaría corto en la meta de generación limpia.
Gasifica, cariño, gasifica
Desde diciembre de 2018, cuando asumió la presidencia el populista de izquierda Andrés Manuel López Obrador, predecesor y mentor de Sheinbaum, México ha asumido la meta, hasta ahora no alcanzada, de la soberanía energética y uno de sus efectos ha sido el freno a la transición hacia combustibles menos contaminantes.
El nuevo paquete de proyectos de Sheinbaum continúa ese modelo pero también se aparta de sus extremos, en lo que pareciera la resurrección de la tan necesaria transición energética, en una estrategia marcada por aparentes contradicciones.
Para Carlos Asunsolo, gerente de Investigación y Política Pública del no gubernamental Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), el Plan México carece de detalles específicos, como las vías para alcanzar las metas.
“Son proyectos aislados que pueden ser interesantes. Es una manifestación de intenciones, pero debería leerse a la luz de otros instrumentos de política pública, como de clima y transición, junto con la necesidad es coincidir con una política energética integral”, analizó para IPS.
El experto citó preocupaciones sobre las condiciones de ejecución de los proyectos, su tipo, garantías de derechos humanos y transparencia.
“Son proyectos aislados que pueden ser interesantes. Es una manifestación de intenciones, pero debería leerse a la luz de otros instrumentos de política pública, como de clima y transición, junto con la necesidad es coincidir con una política energética integral”: Carlos Asunsolo.
Uno de los pilares del PM es el fomento a la relocalización (nearshoring) de empresas en sectores como la electrónica, la alta tecnología y la industria automotriz. Ello obedece a la alteración de las rutas de transporte marítimo mundial, las reverberaciones de la invasión rusa a Ucrania en 2022 y la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
Es un apartado que también necesita energía y proyecta avances en la construcción de 100 parques industriales, entre ellos 12 en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), un megaproyecto ya en curso a cargo de la Secretaría (ministerio) de Marina.
Ese corredor en el sureste del país, es uno de los tres más importantes heredados por el actual gobierno, junto al Tren Maya, en la suroriental península de Yucatán, y la refinería Olmeca, en el estado de Tabasco, también en el sureste. Los tres se integran al nuevo PM.
El CIIT conlleva la construcción y modernización de tres rutas de tren y de tres puertos entre la costa del Pacífico y atlántico el golfo de México.
Pero esas instalaciones, que buscan el desarrollo regional en el sureste y la sustitución de importaciones desde Asia, precisan de mucha energía. La generación renovable existente y por desplegar no bastaría en esa zona, lo que llevaría a México a profundizar su dependencia del gas importado desde Estados Unidos.
Desde 2010, el vecino norteamericano ha enviado a México más de 18 000 millones de pies cúbicos (p3) de gas vía gasoductos. En 2023, México consumió 8514 millones de p3 diarios, de los cuales importó 6141 millones desde Estados Unidos, lo que le convirtió en abastecedor de 72 % de todo el gas.
Además, el gobierno de López Obrador impulsó el Plan Sonora de Energías Sostenibles, que abarca energía fotovoltaica, explotación de litio y fabricación de automóviles eléctricos en el norteño estado de Sonora, y que ahora se incorpora al PM de Sheinbaum.
Uno de sus componentes es la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco, en esa localidad sonorense, cuya primera fase de 120 Mw opera ya desde 2023. Cuando se complete en 2026, aportará 1000 Mw, con una inversión total de 1600 millones de dólares.
Para Ferrari, el investigador de la Unam, la única posibilidad de más energía para sostener la promesa empresarial es el gas.
“Ya estamos en una situación ridículamente dependiente. En Estados Unidos la producción se ha estabilizado desde hace un año, es probable que caiga en los próximos años. No está garantizado el envío de gas a México”, previó.
Mientras, el especialista Asunsolo considera fundamentales el cuestionamiento de para quién y para qué la generación de más energía, el tamaño de los proyectos y la alimentación del consumo, en momentos en que la crisis climática aprieta sus tenazas en sitios muy vulnerables como México.
“Hay una clara apuesta para que CFE, mediante el gas, y Pemex, mediante hidrocarburos, sean la principal política energética. Solo cambiamos un problema por otro con el cambio de fuente. Si no se traduce en la reducción de hidrocarburos, solo se aumenta la capacidad de generación. Hay un mensaje confuso”, subrayó el experto del Cemda.
Durante su avance, el PM no solo va a tener que afrontar obstáculos energéticos para los analistas, sino que también habrá tendrá que sortear el creciente déficit hídrico.
El norte mexicano y porciones del centro, sur y sureste padecían algún grado de sequía al 15 de enero, lo que suscita incógnitas sobre la disponibilidad de agua para los grandes proyectos establecidos en el nuevo plan industrial.
ED: EG