GINEBRA – Al menos 184 personas murieron en una sola masacre perpetrada durante el fin de semana por una pandilla en la barriada Cité Soleil de la capital de Haití, Puerto Príncipe, confirmó este lunes 9 el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.
Según sus informes “al menos 184 personas murieron en la violencia orquestada por el líder de una poderosa pandilla en la capital haitiana, en el distrito de Cité Soleil”, lo cual “eleva el número de muertos este año a 5000 personas” a causa de la violencia en el país caribeño, dijo Türk a la prensa en esta ciudad suiza.
En Puerto Príncipe, la oenegé Comité por la Paz y el Desarrollo confirmó la masacre, ordenada por Monel Mikano Felix, líder de la banda criminal Wharf Jeremie, en venganza por la muerte de su hijo enfermo el sábado, atribuyendo el deceso a rituales de brujería de personas mayores de 60 años en Cité Soleil.
El comité dijo que Felix, tras recurrir a la asesoría de un chamán, “decidió castigar cruelmente a todas las personas mayores y practicantes de vudú que, en su imaginación, serían capaces de lanzar un mal hechizo sobre su hijo”.
El vudú es una religión y conjunto de prácticas mágicas de origen africano que, con distintas variantes, se practica en Haití, en algunos países de África occidental y en el sur de Estados Unidos.
Según la información del comité, los efectivos de la banda identificaban a las víctimas en sus casas y las llevaban al bastión del líder para ser ejecutadas, muchas de ellas con machetes y otras armas blancas. Algunos cuerposfueron mutilados y quemados en las calles.
Haití, y en particular las barriadas de Puerto Príncipe -de un millón de habitantes- y áreas próximas al norte y sur, son presa de las bandas que han proliferado en los últimos años y controlan tres cuartas partes de la capital, según fuentes concordantes.
La situación se agravó desde que en febrero grupos armados lanzaron ataques y asaltos coordinados en la capital que provocaron no solo muchas muertes, sino el desplazamiento de decena de miles de familias de sus hogares y trabaron la posibilidad de ingresar y distribuir ayuda humanitaria en el país.
El entonces primer ministro Ariel Henry renunció en julio, un consejo de nueve miembros asumió el poder a título provisional, nombró un nuevo jefe de gobierno y hace un mes lo reemplazó por el actual, Alix Didier Fils-Aimé.
Entretanto, llegó a Haití un contingente de 400 policías de Kenia, más algunos agentes aportados por países del Caribe, a fin de conformar una fuerza int5ernacional de 2500 efectivos que respalde la lucha contra las pandillas por parte de la Policía Nacional de Haití, desbordada por la fiereza de las bandas criminales.
Por ejemplo, el pasado 3 de octubre, la banda Gran Grif lanzó un ataque contra la pequeña población de Pont Sondé, unos 60 kilómetros al norte de Puerto Príncipe, dio muerte a 70 personas entre hombres, mujeres y niños, dejó decenas de heridos, incendió 45 casas y destrozó 34 automóviles y otros bienes.
En el país, de 28 000 kilómetros cuadrados y 11,5 millones de habitantes, unas 700 000 personas se han desplazado de sus hogares para huir de la violencia y más de 40 % de la población requiere asistencia humanitaria urgente -alimentos en primer lugar-, según agencias de las Naciones Unidas.
En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que apoyó el envío de la misión armada en apoyo a la policía, se ha planteado convertirla en una fuerza de paz de la ONU, pero la propuesta ha chocado con la oposición de China y de Rusia.
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