KARACHI, Pakistán – Atif Manzoor, de 45 años, dueño del renombrado negocio de cerámica azul en la antigua ciudad pakistaní de Multán, tenía todas las razones para sentirse alegre a finales de noviembre, cuando por fin salió el sol. Durante tres largas semanas, la ciudad de los santuarios sufíes estuvo envuelta en una densa niebla.
Por casi tres semanas, declaró que el negocio había ido terrible, con “varios pedidos cancelados” y devoluciones de pagos anticipados. También tuvo que cubrir los costos de transporte, que ya habían sido pagos, después de que el gobierno impusiera restricciones sobre el tráfico pesado y cerrara las autopistas debido a la baja visibilidad.
Una densa neblina tóxica había cubierto las ciudades de la provincia de Punyab, en el este de Pakistán, hogar de 127 millones de personas, desde la última semana de octubre. Multán, con una población de 2,2 millones, registró un Índice de Calidad del Aire (AQI) mayor a 2000, superando a Lahore, la capital provincial, donde el AQI excedió los 1000.
Aunque el Índice de Calidad del Aire de Lahore ha mejorado, aún fluctúa entre 250 (muy perjudicial) y 350 (peligroso) según la escala de la empresa suiza IQAir, manteniéndola entre las ciudades con la peor calidad del aire en el mundo. Al momento de la publicación de este artículo, era de 477, es decir, “muy perjudicial”.
Calificando los niveles del Índice de Calidad del Aire en Punyab como “sin precedentes”, especialmente en Lahore y Multán, el secretario de Medio Ambiente de Punyab, Raja Jahangir Anwar, culpó de la crisis a las “regulaciones laxas en la construcción, la mala calidad del combustible, la circulación de vehículos antiguos que emiten humo y la quema de residuos de cultivos de arroz para preparar los campos para la siembra de trigo”.
Ellos son algunos de los factores que contribuyen a la neblina tóxica en invierno, cuando el aire cerca del suelo se vuelve más frío y seco.
Manzoor no era el único en su situación. La niebla había alterado la vida de todos en la provincia, incluidos estudiantes, oficinistas y aquellos que poseían o trabajaban en negocios que emitían humo, como hornos, restaurantes, construcciones, fábricas o transporte, luego de que las autoridades impusieran restricciones sobre ellos.
Ni siquiera los agricultores en zonas rurales se salvaron. Hasan Khan, de 60 años, un agricultor de Kasur, explicó que la falta de luz solar, la mala calidad del aire, los retrasos en el transporte que impedían a los trabajadores llegar a las granjas y la baja visibilidad estaban obstaculizando la labor agrícola y frenando el crecimiento de los cultivos.
“El esmog obstaculizó el crecimiento de las plantas al bloquear la luz solar y ralentizar la fotosíntesis. Además, como utilizamos riego por inundación, los campos permanecen encharcados por más tiempo, lo que provoca estrés en los cultivos, y los árboles comenzaron a perder sus hojas debido a la mala calidad del aire”, comentó.
Intervención divina o ideas visionarias
Después de semanas de niebla persistente, los residentes de Punyab estaban aclamando por la lluvia artificial, similar a la que se realizó el año pasado. Este proceso implica liberar químicos como el yoduro de plata desde aviones para inducir la lluvia.
Sin embargo, Anwar explicó que la lluvia artificial requiere condiciones meteorológicas específicas, incluyendo niveles adecuados de humedad, formaciones de nubes y patrones de viento. “Solo realizamos la siembra de nubes cuando hay al menos un 50% de probabilidad de precipitación”, señaló.
El 15 de noviembre, las condiciones meteorológicas favorables permitieron la siembra de nubes en varias ciudades y pueblos en la meseta de Potohar, en Punyab, lo que provocó lluvia natural en Islamabad y sus alrededores. El pronóstico también predijo que esto podría desencadenar lluvias en Lahore, la segunda ciudad más poblada de Pakistán.
El 23 de noviembre, Lahore recibió su primera lluvia invernal, la cual ayudó a disminuir la densa niebla contaminante que estuvo causando irritación en los ojos y molestias en la garganta, revelando el sol y un cielo azul claro.
Sin embargo, algunos creen que el aguacero fue el resultado de una oración colectiva por la lluvia, Namaz e Istisqa, realizada en todas las mezquitas de la provincia en busca de intervención divina.
Pero la siembra de nubes tiene sus críticas. Ghulam Rasul, consejero del Centro Conjunto de Investigación China-Pakistán y exdirector del Departamento Meteorológico de Pakistán, advirtió que la siembra de nubes podría reducir la niebla temporalmente, pero que no era una solución sostenible.
En cambio, podría generar condiciones de sequedad que empeoran la niebla y la bruma tóxica. También alertó que un exceso de la aplicación podría desencadenar lluvias intensas o de granizo,
Una vez la niebla tóxica se disipó y la calidad del aire mejoró, el gobierno levantó sus restricciones, permitiendo que las tiendas y los restaurantes (incluyendo parrillas, si el humo era controlado) permanecieran abiertos hasta las 8:00 PM y las 10:00 PM.
Las escuelas y universidades también han reabierto, y se ha levantado la prohibición impuesta sobre las obras de construcción, los hornos de ladrillos y los vehículos de transporte pesado (que llevan pasajeros, combustibles, medicamentos y alimentos), incluidas ambulancias, vehículos de rescate, de bomberos y del servicio penitenciario y policial.
Además, el gobierno de Punyab ha instalado 30 monitores de calidad del aire en Lahore y otras ciudades de la provincia.
Aunque el aire se haya despejado, según profesionales médicos, se espera que los problemas de salud que dejó a su paso persistan.
En los últimos 30 días, la cifra oficial de personas que buscaron tratamiento médico por problemas respiratorios en los distritos afectados por la tóxica niebla superó los 1,8 millones. En Lahore, la Agencia de Prensa de Pakistán (Associated Press of Pakistan) informó de 5000 casos de asma.
“Francamente, esta cifra parece bastante subestimada”, dijo Ashraf Nizami, presidente de la delegación en Lahore de la Asociación Médica de Pakistán.
“Esto es solo el comienzo”, advirtió Salman Kazmi, médico internista en Lahore. “Esperen más casos de infecciones respiratorias y enfermedades cardíacas en el futuro”, afirmó.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también había advertido que 1,1 millones de niños menores de cinco años en la provincia estaban en riesgo debido a la contaminación del aire.
“Los niños pequeños son más vulnerables debido a sus pulmones pequeños, su sistema inmunológico más débil y su respiración más rápida”, declaró la agencia.
Soluciones Ineficaces y Temporales
El gobierno de Punyab tomó varias medidas para controlar la niebla tóxica, pero pocos estuvieron impresionados.
El experto en gobernanza climática Imran Khalid culpó a la “mala gestión ambiental por la degradación de una calidad del aire que ya de por sí era mala en todo Pakistán” y calificó el plan contra la niebla tóxica como una “mezcla desordenada de medidas políticas generales” sin un plan medible a largo plazo.
Argumentó que el plan solo se enfoca en el smog estacional en lugar de adoptar un “enfoque colectivo regional durante todo el año” para combatir la contaminación del aire en toda la llanura indogangética, y no solo en Lahore o Multán.
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“Tomaré esto en serio cuando vea un plan de acción completo, precedido por un diagnóstico de las causas y seguido por una priorización de acciones con un cronograma de implementación supervisado por un comité con representación de la sociedad civil”, dijo Anjum Altaf, un profesional de la educación especializado en varios campos, incluidas las ciencias ambientales.
¡Hasta entonces son solo palabras!”, agregó.
Khalid señaló que los planes y las políticas solo pueden tener éxito si están basados en evidencia, son inclusivos, parten de un enfoque de abajo hacia arriba y “son implementados por autoridades bien capacitadas, respaldados por voluntad política y recursos, flexibles ante los desafíos y centrados en la salud de las personas”.
Otros argumentan que, a pesar de una comprensión clara de sus causas, la lenta respuesta a la crisis de la niebla, que lleva más de una década, refleja el problema de prioridades equivocadas.
“Todo se trata de prioridades”, dijo Aarish Sadar, un profesor de diseño, curador y escritor radicado en Lahore. “Hace años, cuando el gobierno quiso erradicar la epidemia de dengue, pudo hacerlo”, afirmó.
“Los mosquitos fueron eliminados una vez que llegaron a las casas de los funcionarios” dijo el agricultor Khan, coincidiendo en que cuando hay voluntad política, pueden lograrse los cambios notables.
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