WASHINGTON – Los países del Sur en desarrollo destinaron en 2023 la cifra récord de 1,4 billones (millones de millones) de dólares al servicio de su deuda externa, y los costos de los intereses llegaron a su nivel más alto en 20 años, informó el Banco Mundial en un reporte este martes 3.
Los pagos de los intereses aumentaron casi un tercio hasta alcanzar 406 000 millones de dólares, lo que redujo los presupuestos de muchos países para áreas críticas como salud, educación y medio ambiente, reconoció la institución multilateral.
El International Debt Report (Informe sobre la deuda internacional) indica que la presión financiera fue más intensa en los países más pobres y vulnerables, es decir, aquellos que reúnen los requisitos para recibir financiamiento de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que forma parte del Banco Mundial.
En 2023, esos países (78 del Sur en desarrollo, entre ellos 10 en América Central y el Caribe), que son de las economías más vulnerables del planeta, pagaron un monto sin precedentes de 96 200 millones de dólares para cubrir el servicio de su deuda.
Si bien los reembolsos del capital (pago del monto principal de la deuda) disminuyeron casi ocho por ciento hasta los 61 600 millones de dólares, los costos de los intereses se elevaron a un máximo histórico de 34 600 millones en 2023, cuatro veces el valor que tenían hace una década.
En promedio, los pagos de intereses de los países clientes de la AIF equivalen ahora a casi seis por ciento de sus ingresos de exportación, un nivel que no se registraba desde 1999. En algunos países, la proporción llega a 38 %.
A medida que las condiciones crediticias se endurecieron, el Banco Mundial y otras instituciones multilaterales se convirtieron en la principal fuente de asistencia de las economías más pobres, de acuerdo con el reporte.
Desde 2022, los acreedores privados extranjeros recibieron pagos del servicio de la deuda de prestatarios del sector público de economías que pueden recibir financiamiento de la AIF por casi 13 000 millones de dólares, más de lo que desembolsaron en concepto de nuevo financiamiento.
Por su parte, las instituciones multilaterales aportaron en 2022 y 2023 casi 51 000 millones de dólares más de lo que recaudaron en pagos por servicio de la deuda. Un tercio de esa suma (28 100 millones) correspondió al Banco Mundial.
“Las instituciones multilaterales se han convertido en la última fuente de ayuda vital para las economías pobres que luchan por equilibrar los pagos de la deuda con el gasto en salud, educación y otras prioridades clave para el desarrollo”, dijo Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior del Grupo Banco Mundial.
Eso significa que “en los países pobres muy endeudados, los bancos multilaterales de desarrollo actúan ahora como prestamistas de última instancia, una función para la que no fueron diseñados.
Para Gill, esa situación “es reflejo de un sistema de financiamiento defectuoso: salvo por los fondos del Banco Mundial y otras instituciones multilaterales, el dinero está saliendo de las economías pobres, cuando debería estar entrando”.
La pandemia covid-19 incrementó drásticamente la carga de la deuda de todos los países en desarrollo, y el posterior aumento de las tasas de interés mundiales ha dificultado la recuperación de muchos de ellos, destaca el reporte.
A finales de 2023, el total de la deuda externa de todos los países de ingreso bajo y mediano ascendía a la cifra sin precedentes de 8,8 billones de dólares (dos billones la de América Latina y el Caribe), un aumento de ocho por ciento respecto de 2020.
Y el alza porcentual fue más del doble en los países que pueden recibir financiamiento de la AIF, cuya deuda externa total ascendió a 1,1 billones, un incremento de casi 18 %.
En 2023, los préstamos externos se encarecieron considerablemente para todos los países en desarrollo. Las tasas de interés de los acreedores oficiales se duplicaron hasta superar cuatro por ciento. Las de los acreedores privados subieron más de un punto y alcanzaron seis por ciento, el valor más alto en 15 años.
Desde entonces, las tasas de interés mundiales han comenzado a bajar, aunque se espera que se mantengan por encima del promedio de la década anterior a la covid.
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