BAYAMO, Cuba – La participación femenina en el sector privado aumenta su impacto en la economía de Cuba, a pesar de que todavía es minoría y enfrenta numerosos obstáculos por los prejuicios existentes contra las mujeres.
“Nunca imaginé que fuera a ser tan difícil emprender. Al ser mujer, a veces son complicadas las negociaciones con hombres que no tienen un nivel cultural”, dijo a IPS Elba Fernández, de 35 años, presidenta de la empresa privada EbellY, en la oriental provincia de Granma.
“Ven a una mujer, delicada, pequeñita… y tienen prejuicios con respecto a las capacidades de ella”, continuó la emprendedora de la provincia que ocupa el segundo lugar en Cuba, después de La Habana, con más aprobadas micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Enfocada a servicios de limpieza industrial y doméstica, en junio de 2023 EbellY se oficializó en la capital provincial de Granma, Bayamo –a unos 740 kilómetros de La Habana–, con un modesto capital inicial de 100 000 pesos (833 dólares según la tasa oficial de 120 pesos por un dólar), que le prestaron unos familiares.
Fernández también coordina la primera Red de Mujeres Emprendedoras de Bayamo, una iniciativa compuesta por lideresas de varios negocios y con el objetivo de compartir experiencias y buscar alianzas entre sus integrantes.
“Hay personas, en general de edad avanzada, que tienen prejuicios con la capacidad y la seriedad de la mujer a la hora de hacer un negocio y trabajar con el dinero”: Elba Fernández.
Un estudio en proceso del Departamento de Actores Económicos del gobierno provincial, que analizó 436 empresas y cooperativas no agropecuarias de un total de 848 en el territorio, arrojó que son mujeres 100 (16 %) de los 619 socios de la muestra.
Asimismo, las cifras oficiales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social señalan la existencia de 9069 mujeres entre los 27 463 trabajadores por cuenta propia de la provincia.
Las empresas privadas han aumentado su presencia en el panorama económico de esta nación insular caribeña desde que fueron permitidas por la ley en 2021, hasta alcanzar en junio de 2024 la cifra de 9075 mipymes aprobadas, de acuerdo a los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, aunque figuran 11 047 hasta mayo de este año en los registros del Ministerio de Economía y Planificación.
En la región oriental se evidencia con mayor fuerza la desigualdad de género, con un menor porcentaje de mujeres que participan en trabajos formales y renumerados.
Al cierre de 2023, las también orientales provincias de Holguín y Las Tunas marcaron los dos mayores índices de mujeres que dedican su tiempo exclusivamente a las tareas de trabajo doméstico (38, 1 % y 36, 3 %), según datos del Observatorio de Cuba sobre Igualdad de Género. Granma, por su parte, presenta un indicador de 30, 3 %.
Prejuicios y capacidades
Eliécer Castro, director de Desarrollo Territorial del gobierno de Granma, estimó en diálogo con IPS que deben ser más de 95 las lideresas de mipymes y proyectos de desarrollo local (PDL), otra forma de administración económica en este país insular caribeño.
La mayoría se dedica al sector del comercio y los servicios, mientras que, en el área de la construcción, de 226 mipymes, apenas tres están encabezadas por mujeres.
Constago, una empresa privada de construcción y mantenimiento de inmuebles radicada en Bayamo, es un negocio centrado en erigir viviendas subsidiadas por el Estado, que luego se entregan a personas en situación de vulnerabilidad económica y con problemas habitacionales.
“Para mí siempre ha sido fácil (lidiar con empleados hombres), por mis características personales. Me gusta escucharlos, cuidarlos, ponerme en sus zapatos, respetar sus horarios y salarios. Una es mujer, pero el trabajo de la construcción es fuerte y ellos no son esclavos”, dijo a IPS Yurisbel Ramírez, de 37 años, la presidenta de Constago.
Karina Milanés, por su parte, es la titular y única mujer de Pokarce, un PDL de Bayamo que elabora ladrillos y bloques a partir de arcilla.
Como siempre ha trabajado en la industria de materiales de la construcción, Milanés está acostumbrada a trabajar con hombres. “Hay que aprender a sobrellevarlo”, afirmó a IPS.
“La cuestión es tener talento de liderazgo y conocer lo que estás haciendo. Seas hombre o mujer, si lo que haces no sirve, las personas te pierden el respeto”, dijo a IPS el trabajador de Pokarce Yunier Porto, de 40 años.
Sin embargo, no faltan los desafíos para las emprendedoras cubanas, ni hombres que las discriminen.
“Hay personas, en general de edad avanzada, que tienen prejuicios con la capacidad y la seriedad de la mujer a la hora de hacer un negocio y trabajar con el dinero”, opinó Fernández, la dueña de la empresa de limpieza.
Según Fernández, no todas las titulares de los emprendimientos trabajan directamente en sus negocios, pues a veces funcionan como testaferros de sus cónyuges en la nómina.
En el Taller Nacional Visibilidad y Prevención de la Violencia para el Desarrollo de una Cultura de Paz, realizado el lunes 25 en la ciudad de Matanzas, a 103 kilómetros de la capital, juristas analizaron casos de violencia de género en el liderazgo de las empresas privadas cubanas.
Esa jornada se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que abre en el mundo 16 días de activismo contra esa violencia de género, que concluyen el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
Los juristas ejemplificaron y debatieron sobre cómo bastantes mujeres no participan en la toma de decisiones de un negocio familiar, a pesar de ser socias y que el capital inicial es compartido equitativamente entre ellas y sus esposos.
Red de empoderamiento
Debido al florecimiento de varios negocios liderados por mujeres, a Fernández se le ocurrió un espacio de intercambio con enfoque de género llamado Ellas No Renuncian.
“El evento se basó en que cada una diera su experiencia al inicio de su negocio, cómo ha ido, qué tan fácil o difícil, cuáles han sido sus tropiezos… Fue hermoso. Me sentí orgullosa”, comentó Fernández.
El mismo encuentro anual reunió en diciembre de 2023 a unas 30 titulares de empresas, que enseguida buscaron alianzas entre sí. A partir de ese momento, se creó la Red de Mujeres Emprendedoras de Bayamo.
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Esa red se sumó a otras tantas que han surgido a lo largo del archipiélago, principalmente desde la pandemia de la covid, para incentivar el empoderamiento económico femenino y la participación de mujeres en el desarrollo local.
Desde 2022, la Red de Mujeres Emprendedoras en Cuba, de envergadura nacional y con más de 130 integrantes, funciona en La Habana y aún busca obtener reconocimiento legal, ser autosustentable y aumentar su membresía.
ED: EG