El pulso China-EEUU se muestra en la cumbre APEC de Perú

Gobernantes de naciones de ambas orillas del océano Pacífico se reunieron para un diálogo informal en Lima el viernes 15, con la presidenta peruana Dina Boluarte como anfitriona. El Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico sirvió para numerosos encuentros bilaterales entre mandatarios y mostró de nuevo el pulso global que sostienen China y Estados Unidos. Imagen: Presidencia de Perú

LIMA – El pulso global que mantienen China y Estados Unidos resaltó en la cumbre del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (Apec) en la capital peruana, con sus presidentes, Xi Jinping y Joe Biden haciendo parte de los 16 gobernantes reunidos, de un total de 21 economías asociadas, en la cita de este viernes 15 y sábado 16.

Mientras que Xi mostraba el avance de su nación en América Latina, con la inauguración del megapuerto de Chancay en la costa central peruana, Biden prácticamente se despide del sistema de cumbres en la región con esta cita y a que luego irá en Brasil para la cita cimera del Grupo de los 20, de destacadas economías industrializadas y emergentes.

La jornada se dedicó este viernes 15 a reuniones bilaterales entre los gobernantes presentes en Lima –Xi y Biden se reúnen el sábado 16-, y a un diálogo informal de todos los mandatarios y otros jefes de delegación en el Centro de Convenciones de Lima, bajo la coordinación de la presidenta anfitriona, Dina Boluarte.

Destacó la ausencia de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, pues el gobierno de ese país y el de Perú congelaron sus relaciones tras un altercado diplomático protagonizado en 2022 por Boluarte y el entonces presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

La APEC agrupa a 21 territorios bañados por el océano Pacífico: Australia, Brunéi, Canadá, Chile, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam.

El conjunto representa casi 40 % de la población del orbe, cerca de la mitad del comercio mundial y 60 % del producto interno bruto global, más de 63 billones (millones de millones) de dólares.

El temario de la cita de Lima -tercera en Perú desde que se creó el foro en 1989- plantea progresar en la facilitación del comercio y las inversiones para promover un desarrollo económico resiliente e interconectado.

Asimismo, promover la digitalización en las economías para incrementar la productividad de las empresas, apoyar a las comunidades y a los emprendedores, respaldar la acción climática, y avanzar en la formalización económica.

Se descuenta que los gobernantes adoptarán por consenso respaldo a políticas que favorezcan esos propósitos, mientras buena parte de la atención se dirige a las posiciones divergentes que puedan adoptar China y Estados Unidos.

Xi planteó –en el diario oficial El Peruano- que el unilateralismo y el proteccionismo deben ser rechazados en favor de la globalización económica, una crítica que muestra la posición que sostendrá ante el nuevo gobierno estadounidense, que se instalará el 20 de enero de 2025 con el proteccionista Donald Trump como presidente.

Trump ha prometido imponer nuevos aranceles a las importaciones de China, y puede extender la medida a otras economías, lo que llevaría a un nuevo juego de alianzas comerciales y concita la atención de los congregados en Lima y sin duda también de quienes acudan a la cita del G20 en Río de Janeiro.

En lugar de medidas como las que puede adoptar Trump, Xi dijo que su país “implementará políticas de apertura más independientes y unilaterales, ampliará la red de zonas de libre comercio de alto estándar frente al mundo y abrirá aún más las puertas a China”.

En lo que respecta a la región latinoamericana y caribeña, comercio de China se multiplicó por 35 entre el año 2000 y el 2022, hasta cerca de medio billón de dólares, y la región es un gran proveedor de productos como soya, cobre, hierro y petróleo.

En el marco de la Apec, Perú resultó una vitrina para esa ofensiva económica, comercial y de inversiones de China, con la inauguración del puerto de Chancay, a 80 kilómetros al norte de Lima, con 60 % de capital de la empresa estatal china Cosco y 40 % de la minera peruana Volcan.

La construcción de la primera etapa del megapuerto requirió la inversión de 1213 millones de dólares, y 3500 millones se habrán invertido cuando se completen los 15 muelles previstos.

Se prevé que el puerto reduzca en más de 20 % el costo del transporte marítimo entre América el Sur y China, genere en Perú más de 8000 empleos y más de 4500 millones de dólares anuales en ingresos.

Por otra parte, la cumbre de la Apec sacudió la ciudad de Lima porque –a pesar de una suspensión de clases y de muchas actividades laborales durante tres días- se registraron protestas de transportistas y otras colectividades sociales, con choques, arrestos y lesionados entre manifestantes y policías.

Incluso, a pesar de su figuración como anfitriona de la cumbre, hubo nuevos reclamos para que renuncie la presidenta Boluarte, cuyo nivel de aprobación apenas alcanza a cuatro por ciento de población según encuestas recientes.

A.E/HM

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