NACIONES UNIDAS – En el mundo 1100 millones de personas sufren pobreza multidimensional, por carencias en educación, salud, vivienda y otras áreas, y de ellas 455 millones viven en zonas de conflicto, indicó un estudio divulgado este jueves 17 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
Achim Steiner, administrador del Pnud, observó que “los conflictos se han intensificado y multiplicado en los últimos años, alcanzando nuevos récords en víctimas, desplazando a millones de personas y causando una gran interrupción en sus vidas y medios de subsistencia”.
Las tasas de pobreza en los países afectados por conflictos son casi tres veces más altas que en países que no cargan el peso de esas confrontaciones, destacó el Pnud con base en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) elaborado por la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la británica Universidad de Oxford.
En el informe se comparan los datos sobre la pobreza en cada país con el estado de conflicto y/o fragilidad de dicha nación, con la finalidad de generar nueva información entre la interrelación de pobreza y conflicto.
Las dificultades que entraña recopilar datos en los países en conflicto probablemente llevan a subestimar la pobreza multidimensional en estas naciones, pero la información disponible refleja igualmente los efectos catastróficos que tienen los conflictos en la reducción de la pobreza.
En 110 países habitados por 6100 millones de personas (de un total mundial cercano a 8200 millones), la pobreza multidimensional alcanza a más de 1000 millones de personas y el índice agrega que casi 84 % de los más pobres viven en el campo.
La tasa global de pobreza infantil es de 27,9 %, frente a 13,5 % de los adultos. Los menores de 18 años más pobres representan 584 millones de niños y adolescentes.
Más de la mitad de los 1100 millones de personas pobres, 637 millones, viven con una persona desnutrida en su hogar. En el sur de Asia, 272 millones de personas pobres viven en un hogar con al menos una persona desnutrida.
En el África subsahariana, esta cifra alcanza los 256 millones.
Es en estas dos regiones del mundo donde se contabilizan los cinco países con más gente muy pobre: en primer lugar India, con 234 millones de personas (sobre 1400 millones de habitantes), seguida de Pakistán, con 93 millones (de 236 millones) y Etiopía, 86 millones (de 123 millones).
Luego Nigeria, con 74 millones (de una población de 218 millones), y la República Democrática del Congo, con 66 millones de personas muy pobres sobre 100 millones de habitantes.
Una gran proporción de los 1100 millones de personas pobres carece de servicios sanitarios adecuados (828 millones), vivienda (886 millones) o combustible para cocinar (998 millones).
De los 17 países con datos de tendencias que incluyen al menos parte del período de la pandemia covid-19, solo nueve (Benín, Camboya, Comoras, Eswatini, Filipinas, Kenia, Mozambique, Tanzania y Trinidad y Tobago) registraron una disminución significativa en el valor del ÍPM.
El documento destaca que 40 % de los pobres del mundo viven en países devastados por la guerra, según al menos uno o más de tres conjuntos de datos ampliamente utilizados en contextos de conflicto.
Estos datos permiten, por ejemplo, evaluar la situación posconflicto en Afganistán, y los resultados son alarmantes. En 2022-2023 casi dos tercios de los afganos vivían en la pobreza (64,9 %).
En los países afectados por conflictos, más de una de cada cuatro personas pobres no tiene acceso a la electricidad, en comparación con poco más de una de cada veinte en las regiones más estables.
Disparidades similares son evidentes en áreas como la educación de los niños (17,7 % frente a 4,4 %), la nutrición (20,8 % frente a 7,2 %) o la mortalidad infantil (8 % frente a 1,1 %).
El Índice incluye indicadores como la falta de vivienda adecuada, sistemas sanitarios, electricidad, combustibles para cocinar, alimentación y sistemas escolares.
Sabina Alkire, directora del programa responsable del índice, dijo que “lamentablemente, lleva más tiempo reducir la pobreza en situaciones de conflicto, por lo que las personas pobres en estos escenarios se están quedando atrás. Estas cifras exigen una respuesta: no podemos acabar con la pobreza sin invertir en la paz”.
A-E/HM