SÍDNEY, NUEVA YORK, WASHINGTON – El Libro Blanco sobre el estado de la economía de Bangladés incluirá una revisión del «dinero de contrabando», según el jefe del comité, Debapriya Bhattacharya, encargado de preparar ese informe.
Apoyamos firmemente esta iniciativa, dada la enorme magnitud de los activos robados en el país del sudeste Asiático, pero no debe terminar con una revisión. Debe ir acompañada y seguida de acciones enérgicas para recuperar los activos robados durante los 15 años de gobierno despótico de la depuesta primera ministra Sheikh Hasina.
Anteriormente, Bhattacharya se refirió a la cuestión de la devolución del dinero desviado como «un asunto complejo», pero esto no debería desalentar la determinación de perseguir con firmeza este importante asunto.
Es probable que se necesiten muchos años de esfuerzos continuados para repatriar una parte significativa de esos activos, y el actual gobierno interino encabezado por el prestigioso y laureado Muhammad Yunus debería poner en marcha un plan de acción respaldado por los mecanismos necesarios.
Entre esos mecanismos deben incluirse los acuerdos de cooperación internacional, que se perseguirían de forma continuada durante los próximos años. Una voluntad política fuerte y sostenida será fundamental para el éxito de estos esfuerzos.
Bangladés puede aprender de otros países en su empeño por recuperar los activos sustraídos por regímenes cleptocráticos.
Casos de éxito: Una tendencia positiva
Es alentador que, a pesar de las complejidades y dificultades, haya habido casos de éxito significativo basados en la cooperación internacional.
Entre 1997 y 2023 se han devuelto más de 10.000 millones de dólares en activos robados.
Desde su creación en 2007, la Iniciativa para la Recuperación de Activos Robados (STaR, en inglés), una asociación de Naciones Unidas y el Banco Mundial, ha ayudado a recuperar cerca de 2000 millones de dólares de activos robados.
Ha habido un aumento significativo en el valor de los activos relacionados con la corrupción recuperados desde 2019, impulsado en parte por las grandes devoluciones de activos a Malasia relacionadas con el escándalo del Malasia Devolopment Berhad (1MDB), una empresa gubernamental mediante la cual se desviaron más de 700 millones de dólares a cuentas personales del entonces primer ministro Najib Razak.
Cada vez más países firman acuerdos y publican información sobre devoluciones de activos relacionados con la corrupción. Los ejemplos incluyen:
– En enero de 2024, un tribunal de Estados Unidos dictaminó que Estados Unidos y Jersey devolvieron 311 millones de dólares a Nigeria, rastreados hasta el fallecido dictador Sani Abacha, quien presidió el país entre 1993 y su muerte en 1998;
– En 2004, Filipinas pudo repatriar 683 millones de dólares depositados por el dictador Ferdinand Marcos (1965-1986) en cuentas de bancos suizos;
– Entre agosto de 2001 y 2004, Perú recuperó cerca de 180 millones de dólares robados por Vladimiro Montesinos, el hombre fuerte de Alberto Fujimori (1990-2000) en varias jurisdicciones, como Suiza, las Islas Caimán y Estados Unidos;
– Entre 2005 y 2006, Nigeria recuperó 505 millones de dólares del dinero de Sani Abacha congelado y confiscado por las autoridades suizas;
– Otros activos por valor de 9,2 millones de dólares deben ser devueltos por Reino Unido a Nigeria;
– En 2022, Estados Unidos transfirió a Nigeria más de 20,6 millones de dólares, procedentes de la cleptocracia de Sani Abacha y sus cómplices;
– En 2021, el Reino Unido devolvió a Nigeria otros 5,5 millones de dólares relacionadas con el exgobernador del estado del Delta James Ibori y sus cómplices;
– En 2021, el Reino Unido devolvió alrededor de 600 000 dólares a Moldavia, decomisadas al hijo del ex primer ministro de Moldavia, Vladimir Filat;
– En 2006, las autoridades británicas devolvieron a Nigeria 1,9 millones de dólares obtenidos ilícitamente por Diepreye Alamieyeseigha, gobernador del estado nigeriano de Bayelsa, rico en petróleo.
– En 2007, Estados Unidos y Suiza repatriaron 84 millones de dólares a Kazajstán.
Aún hay más. A finales de 2020, el gobierno filipino recuperó 3200 millones de dólares en riquezas mal habidas de la familia Marcos.
Y en 2021, 35 años después de la revolución del poder popular en ese país, la Comisión Presidencial para el Buen Gobierno (PCGG, en inglés), creada por Cory Aquino, presidenta del país entre 986 y 1992, el país fue tras 2300 millones de dólares más de riquezas mal habidas de la familia Marcos.
Filipinas tardó más de tres décadas en recuperar una cantidad significativa de sus bienes robados por Marcos y su familia.
No obstante, el caso de Filipinas demuestra la voluntad política de persistir y la tenacidad en la búsqueda del dinero mal habido. La PCGG tiene su orgullosa sede en un edificio recuperado de la familia Marcos.
En 2023, recibió un presupuesto público de 2,95 millones de dólares). Su personal ha rastreado dinero por jurisdicciones de todo el mundo y se ha abierto camino en cientos de casos judiciales.
Nigeria y Perú han tardado una media de cinco años en lograr éxitos. Esto refleja las mejoras en los procesos y el aumento de los esfuerzos y la cooperación internacionales en los últimos años.
Haití lejos de ser el modelo de Bangladés
El principal reto es el debilitamiento de la voluntad política para seguir persiguiendo los activos ilícitos, como ocurrió en el Haití posterior a Jean Claude Duvalier, el dictador que gobernó el país caribeño entre 1971 y su derrocamiento en 1986, y sucedió a su padre François Duvalier, quien fue un cruento dictador entre 1957 y su muerte en 1971.
El caso de la recuperación de bienes de la dictadura dinástica Duvalier ha sido un proceso lento y laborioso que ha tardado décadas en desarrollarse.
La falta de voluntad política de Haití fue puesta de manifiesto en 1989 por un abogado que trabajaba en el caso Duvalier en nombre del gobierno haitiano.
Según The New York Times, a pesar de enviar 25 solicitudes de asistencia a funcionarios haitianos en relación con casos de sustracción que se ventilaban en Nueva York, en septiembre de 1988, el gobierno de Haití «inexplicablemente había dejado de cooperar, y, no tan casualmente, dejado de pagar sus facturas legales».
Los renovados esfuerzos de recuperación de activos en Estados Unidos por parte del gobierno haitiano del presidente Jean Bertrand Aristide (1994-1996 y 2001-2004) solo dieron resultados mínimos, siendo el más conocido la recuperación de 350 000 dólares de la cuenta de la esposa de Duvalier hijo, el conocido como Baby Doc, en el Banco de Nueva York.
Algunos creen que, si Haití no hubiera abandonado la recuperación original de activos de Duvalier, el gobierno haitiano podría haber recuperado entre 25 y 75 millones de dólares en 1990.
Sin embargo, la debacle resultante dejó libre a Baby Doc, fallecido en 2014, y la mayoría de sus activos intactos. Mientras tanto, Haití tuvo que hacer frente a una factura legal de 1,2 millones de dólares de costas y con la justicia denegada.
Por qué Bangladés debe persistir
A pesar de las complejidades, en los últimos años ha habido éxitos significativos gracias a la mejora de las herramientas para hacer cumplir la ley y a la mayor cooperación internacional de países y centros financieros bienintencionados. Todo ello contribuye a la lucha contra la corrupción y la impunidad.
La recuperación de activos robados no debe centrarse simplemente en el dinero. También debe verse como una herramienta de disuasión, así como de lucha contra la impunidad.
La recuperación de activos robados tiene tres propósitos distintos:
(i) recuperar dinero para financiar programas gubernamentales, especialmente para ayudar a las víctimas del régimen caído;
(ii) proporcionar una apariencia de justicia a las víctimas de una cultura política de impunidad;
y (iii) disuadir a los funcionarios y a las élites con conexiones políticas de participar en actos de corrupción.
Por lo tanto, los esfuerzos por recuperar los activos perdidos no deben considerarse una empresa aislada, sino que deben formar parte integral del programa de reforma del Estado, de modo que se eliminen efectivamente los incentivos y las oportunidades de desviar recursos escasos.
Anis Chowdhury es profesor emérito de la australiana Universidad del Oeste de Sídney y exdirector de la División de Política Macroeconómica y Desarrollo de la Comisión Económica y Social de Naciones Unidas.
Khalilur Rahman es exsecretario del Grupo de Alto Nivel del Secretario General de las Naciones Unidas sobre el Banco de Tecnología para los Países menos Adelantados (PMA) y exjefe del Servicio de Elaboración de Políticas, Coordinación y Supervisión para los PMA, así como exjefe de la División de Tecnología y Logística, la División de Gestión, la Subdivisión de Análisis Comercial y la Oficina de Nueva York de la Unctad.
Ziauddin Hyder es antiguo jefe de Grupo del Banco Mundial.
T: MF / ED: EG