La crisis hídrica dejada por EL Niño azota a habitantes rurales de Zimbabue

Para llegar al agua que se encuentra en las profundidades, Enia Tambo, de 59 años utiliza un balde de plástico de 25 litros para extraer enormes cantidades de arena del lecho del río Vhombozi, en el distrito de Mudzi, en el noreste de Zimbabue. Imagen: Jeffrey Moyo / IPS

MUDZI, Zimbabue – Junto a algunos hombres, Enia Tambo usa un balde de plástico blanco de 25 litros para sacar montículos de arena del lecho del río Vhombozi, en el distrito de Mudzi, en el noreste de Zimbabue.

La mujer, de 59 años, cava para alcanzar el agua que se encuentra en las profundidades del suelo.

La sequía provocada por El Niño tiene un impacto tan severo en esta zona rural, ubicada a casi 230 kilómetros al este de Harare, la capital del país, que encontrar agua es una batalla diaria.

Tambo llevaba una camiseta amarilla con el retrato del presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, una tela roja, blanca, negra y amarilla amarrada alrededor de la cintura como falda y un pañuelo azulado sobre la cabeza para protegerse del sol mientras se unía a un grupo de jóvenes sudorosos que usaban palas para cavar el pozo seco.

Un rebaño de ganado, manifiestamente sediento, con su grupo de pastores, igualmente sedientos, esperaban en medio del río seco, con la esperanza de saciar su sed en el calor abrasador de este empobrecido distrito de la provincia de Mashonalandia Oriental.

En los peores meses de la sequía inducida por El Niño, que afectó severamente a Zimbabue, la mayoría de las veces, los aldeanos de Mudzi cavan con sus propias manos para acceder al agua en arroyos y pozos secos, incluido el río Vhombozi.

Los aldeanos como Tambo tienen que hacer esto por ellos mismos y por su ganado mientras luchan por encontrar el líquido, debido a la sequía provocada por el fenómeno de El Niño Oscilación del Sur (Enos), que en el caso de los países de África Austral, como Zimbabue, causa condiciones especialmente secas.

Desesperados por el recurso vital, Tambo dijo a IPS que no tienen más opción que luchar por él, compitiendo con su propio ganado.

“Tenemos un serio desafío hídrico. Pedimos ayuda, al menos con grifos y pozos. No tenemos una represa ni ninguna fuente de agua que funcione. Bebemos de la misma fuente que nuestro ganado, tanto mujeres como hombres, ya que encontramos agua cavando en la arena del río para llegar al agua de abajo”, explicó Tambo, oriunda de la aldea Nyamudandara, en Mudzi.

Los hombres se han sumado a la lucha para encontrar agua en ríos secos como el Vhombozi, en la aldea Nyamudandara, en el distrito de Mudzi, en Zimbabue, como resultado de la grave escasez de agua. Imagen: Jeffrey Moyo / IPS

Sin pozos ni grifos, la carga aumenta

Nunca llueve, pero a los numerosos aldeanos indigentes del distrito le llueven los problemas. Una vez que recogen el agua de las profundidades de los lechos de los ríos, también tienen que luchar para caminar largas distancias con baldes de agua en equilibrio sobre sus cabezas hasta sus casas.

Batanai Mutasa, un experto en cambio climático que también se desempeña como oficial de comunicaciones de la Asociación de Derecho Ambiental de Zimbabuee, atribuyó la culpa al aumento de las temperaturas por el secado de ríos, represas y pozos.

“El fenómeno de El Niño es el responsable de la sequía de pozos y ríos. Los cambios en los patrones climáticos que provocan inundaciones, temperaturas muy altas y escasas lluvias también están provocando una grave escasez de alimentos”, dijo Mutasa a IPS.

Reena Ghelani, subsecretaria general de las Naciones Unidas y coordinadora de la Crisis Climática para la Respuesta a El Niño, comentó después de su reciente visita a Sudáfrica que las cosechas de abril y mayo habían fallado, lo que provocó que más de 20 millones de personas experimentaran inseguridad alimentaria y más de un millón de niños estuvieran en riesgo de sufrir desnutrición aguda grave.

“Ante estos desafíos, los gobiernos y los organismos regionales han intensificado sus esfuerzos y los socios los han apoyado, incluso mediante asignaciones de emergencia del Fondo Central de Respuesta a Emergencias  y pagos de seguros a través del Grupo para la Capacidad Africana de Riesgo. Pero es necesario hacer más”, dijo Ghelani.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

En abril de este año, Elias Magosi, secretario ejecutivo de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional (SADC, en inglés), se pronunció en los medios de comunicación lamentando la escasez de lluvias en toda la región.

“La temporada de lluvias de 2024 ha sido un desafío, ya que la mayor parte de la región ha experimentado los efectos negativos del fenómeno de El Niño, caracterizado por el inicio tardío de las lluvias”, dijo Magosi.

Según el bloque SADC, casi 68 millones de personas en toda la región, incluido Zimbabue, donde muchos como Tambo viven en aldeas empobrecidas como Nyamudandara y otras de Muzdi, están sufriendo los efectos de una sequía inducida por El Niño.

El trabajo infantil y la explotación sexual aumentan

En esas aldeas pobres de Zimbabue, incluso los niños han tenido que abandonar su educación para ayudar a sus padres y tutores a encontrar agua ante la terrible sequía.

Algunas mujeres denuncian que sufren abusos sexuales por parte de hombres poderosos que controlan las únicas fuentes de agua disponibles y que las obligan a intercambiar sexo por agua.

“Los hombres nos exigen sexo antes de permitirnos ir a buscar agua y nuestros hijos han abandonado la escuela para ayudarnos a encontrarla todos los días”, dijo a IPS una mujer de Mudzi que pidió no ser identificada por temor a ser victimizada  a represalias.

Sin embargo, la crisis del agua es un problema que viene de lejos en distritos remotos de Zimbabue como Mudzi, según habitantes como Collen Nyakusawuka, de 52 años, oriundo de la aldea de Nyamudandara.

Los habitantes de ese pueblo y otros en similar sitaución han intentado en innumerables ocasiones pedir ayuda a las autoridades gubernamentales.

“Este problema de agua para nosotros en este pueblo comenzó en 1980 y hasta el día de hoy seguimos padeciendo la falta de agua, a veces presentando nuestras quejas a las autoridades sin recibir ayuda de ellas”, dijo Nyakusawuka.

Los residentes del pueblo de Nyamudandara, como Freddy Nyamudandara, de 30 años, han afirmado que la crisis del agua en su comunidad se ha ido de control y que muchas personas como él no pueden hacer frente a la situación.

“Tenemos un problema hídrico realmente serio, que empeoró este año. Realmente necesitamos ayuda para nosotros y nuestro ganado, porque no tenemos una represa y los únicos pozos disponibles no funcionan”, dijo Nyamudandara a IPS.

Promesas de pozos aún no cumplidas

En el distrito de Mudzi, Kudzai Madamombe, el funcionario médico del distrito dijo que el presidente de Zimbabue prometió perforar pozos para ayudar a los aldeanos hambrientos de agua.

“El presidente Mnangagwa presentó el plan presidencial de perforación de pozos mediante el cual dijo que perforaría 70 pozos para la gente de Mudzi”, detalló.

Pero hasta ahora, la comunidad no se ha beneficiado del plan gubernamental.

En su intento por evitar la creciente crisis del agua en las zonas remotas de Zimbabue, como Mudzi, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también ha intervenido.

Progress Katete, la oficial de Nutrición de Unicef, dijo que su organización ha solicitado más de 84 millones de dólares para abordar la crisis de la sequía que ha asolado distritos como Mudzi.

“Unicef ​​ha apoyado al gobierno en la perforación de pozos y en la instalación de sistemas de suministro de agua potable porque, como se puede ver, algunas comunidades –las mujeres y los hombres de la comunidad– tienen que caminar largas distancias para buscar agua y, a veces, ni siquiera es agua potable», dijo Katete a IPS.

Añadió que «en algunos casos, los niños que van a la escuela faltan a clase porque tienen que ir a buscar agua para la familia”.

El concejal del distrito de Mudzi, Kingston Shero, señaló que no hay fondos suficientes para que cada aldea cuente con un pozo. “Debido a la falta de recursos, solo unas pocas aldeas lograron obtener ayuda del ayuntamiento para la construcción de pozos”, dijo.

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se espera que el fenómeno de El Niño, que contribuyó a provocar un aumento repentino de las temperaturas globales y de las condiciones meteorológicas extremas en todo el mundo, de pasó a fenómenos opuestos con la llegada de La Niña a fines de este año.

Ghelani afirmó que la región debería recibir lluvias normales o superiores a la media entre octubre y diciembre, lo que podría impulsar la temporada de siembra y ayudar a la recuperación, pero también podría provocar sequías locales repentinas (especialmente en tierras secas) e infestaciones de plagas.

Y sin el apoyo adecuado, añadió, las familias que han vendido su ganado y sus bienes no podrán recuperarse.

En un pedido de fondos, dijo: “Debemos brindar apoyo ahora para salvar vidas y aliviar el sufrimiento, en lugar de esperar a que la crisis se agrave”.

Para Tambo, hasta que regresen las lluvias, su trabajo diario consistirá en cavar lechos de ríos y esperar obtener suficiente agua para beber para ella y su familia.

T: MLM / ED: EG

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