ABIYÁN – Los países africanos pierden entre dos y cinco por ciento de su producto interno bruto como consecuencia de fenómenos climáticos extremos, y a enfrentarlos dedican hasta nueve por ciento de su PIB, mostró este lunes 2 un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Celeste Saulo, secretaria general de la OMM, dijo que «en 2023, el continente experimentó olas de calor mortales, fuertes lluvias, inundaciones, ciclones tropicales y sequías prolongadas. Esta situación empeora una crisis humanitaria que ya era desesperada”.
Ocurre que “durante los últimos 60 años, África ha observado una tendencia al calentamiento más rápido que el promedio mundial”, indicó Saulo.
Según la OMM, el costo de la adaptación (limitar los impactos, aumentar la resiliencia) se estima entre 30 000 y 50 000 millones de dólares por año durante la próxima década en África al sur del Sahara, o entre el dos y tres % del PIB (producto interno bruto) en la región.
Para 2030, hasta 118 millones de personas extremadamente pobres (que viven con menos de 1,90 dólares al día) estarán expuestas a sequías, inundaciones y calor extremo en África si no se implementan medidas de adaptación adecuadas en ese continente que se acerca a los 1500 millones de habitantes.
Según las cifras del informe de la OMM “El estado del clima de África en 2023”, esto supondrá una carga adicional para los esfuerzos de lucha contra la pobreza. Según el Banco Mundial, el año pasado había más de 460 millones de personas en pobreza extrema al sur del desierto del Sahara.
El informe “destaca la urgencia de invertir en servicios meteorológicos y sistemas de alerta temprana para facilitar la adaptación al cambio climático y generar resiliencia”, dijo Josefa Leonel Correia Sacko, comisaria de Agricultura y Medio Ambiente Sostenible en la Unión Africana, que reúne a 55 Estados del continente.
“A medida que los efectos del cambio climático continúan manifestándose a escala global, el continente africano se encuentra en un punto de inflexión decisivo”, subrayó Correia Sacko.
La enorme vulnerabilidad de África ante el cambio climático se registra a pesar de contribuir con solo alrededor de cuatro por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que calientan la atmósfera y acentúan el impacto sobre los fenómenos climáticos.
El informe señala que la tasa de aumento del nivel del mar en África fue cercana o ligeramente superior a la tasa promedio mundial de 3,4 milímetros por año. La mayor tasa de incremento se observó en el mar Rojo, alcanzando 4,1 milímetros por año.
Además, 2023 fue uno de los tres años más calurosos en 124 años en África, y el continente se ha calentado a un ritmo ligeramente más rápido que el promedio mundial, alrededor de + 0,3 grados centígrados (°C) por década entre 1991 y 2023.
La temperatura promedio ha sido 0,61 °C más alta que el promedio mundial de 1991-2020, y 1,23 °C que el promedio en el largo plazo 1961-1990.
Según la OMM, las mayores anomalías de temperatura en 2023 se registraron en el noroeste de África, en particular en Marruecos, las regiones costeras de Mauritania y el noroeste de Argelia.
La ciudad de Túnez alcanzó un récord de 49,0 °C, y Agadir, en Marruecos, alcanzó una nueva temperatura máxima de 50,4 °C.
Varios países, entre ellos Malí, Marruecos, Tanzania y Uganda, vivieron el año más caluroso jamás registrado. Olas de calor extremas en julio y agosto afectaron al norte de África.
Partes de Marruecos, Argelia, Túnez, Nigeria, Camerún, Etiopía, Madagascar, Angola, Zambia, Zimbabwe y la República Democrática del Congo experimentaron una grave sequía en 2023. Zambia, la peor en 40 años, la cual afectó a ocho de cada 10 provincias y a seis millones de personas.
Madagascar, el centro de Sudán, el norte de Etiopía y Uganda experimentaron lluvias inferiores a lo normal. Las precipitaciones en cambio fueron significativamente superiores a lo normal en Angola y las zonas costeras al norte del Golfo de Guinea.
Partes de Kenia, Somalia y Etiopía sufrieron inundaciones importantes y generalizadas, con más de 350 muertes y 2,4 millones de personas desplazadas durante la temporada de lluvias de abril a junio. En Mozambique se registraron otras 165 muertes.
Al menos 4700 muertes confirmadas en Libia se han atribuido a las inundaciones provocadas por el ciclón mediterráneo “Tormenta Daniel” en septiembre de 2023, además de que se estimó en 8000 el número de personas desaparecidas.
En septiembre y octubre, alrededor de 300 000 personas se vieron afectadas por inundaciones en 10 países, siendo Níger, Benín, Ghana y Nigeria los más afectados.
Los extremos climáticos, en particular las inundaciones y las sequías, han tenido un impacto importante en la seguridad alimentaria.
La producción de cereales del norte de África en 2023 fue 10 % inferior a la media de cinco años, estimada en 33 millones de toneladas en 2023, una cosecha similar a la del año anterior, ya afectado por la sequía.
Y las precipitaciones irregulares y la situación general de inseguridad han mantenido la producción de cereales en niveles inferiores a la media en las zonas septentrionales de la zona subsahariana, en particular en Sudán, Sudán del Sur, partes de Uganda, Eritrea, Etiopía, así como en el centro y oeste de Kenia.
Correia Sacko resumió indicando que “África se ve confrontada a cargas y riesgos desproporcionados como consecuencia de episodios y patrones meteorológicos debidos al cambio climático”.
Esos fenómenos “provocan crisis humanitarias masivas cuyos efectos perniciosos menoscaban ámbitos como los de la agricultura y la seguridad alimentaria, la educación, la energía, las infraestructuras, la paz y la seguridad, la salud pública, los recursos hídricos y el desarrollo socioeconómico”, concluyó Correia Sacko.
A-E/HM