KATMANDÚ – En la aldea rural de Khardariya, en el distrito de Dang, en el centro-occidente de Nepal, el acceso al agua potable es un problema grave. Sus pobladores dependen de un pozo mal gestionado para beber, limpiar y alimentar al ganado.
Anjana Yadav estaba cerca del pozo mientras un vecino se dirigía hacia él para buscar un cubo de agua.
«Al menos siete familias y más de 400 búfalos dependen de este pozo; es el agua que sustenta a los búfalos, y nosotros también la bebemos», explica. «En verano, el nivel del agua baja, y sufrimos más», dice Anjana a IPS durante una visita a la pequeña comunidad.
Según datos del propio gobierno, solo 27 % de la población de Nepa, de 30,5millones de habitantes, tiene acceso a agua potable pura.
Sin embargo, el objetivo del gobierno es aumentar el número de personas que tienen acceso al agua potable a por lo menos 90 % de la población para 2030, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en particular el ODS 6, el que establece las metas para el acceso lo más universal posible al agua limpia y saneamiento.
Pero aldeas como Khardariya siguen teniendo dificultades para acceder a agua suficiente, por no hablar de agua pura y limpia.
«Esta agua no es potable, pero no tenemos otra opción», dice Niramala Yadava, hija de Anjana, mientras muestra el agua estancada alrededor del pozo. «Sabemos que esta agua no es segura, pero nos vemos obligados a beberla, a usarla para limpiar e incluso en la cocina. También tenemos que administrarla para el ganado», explica.
Khardariya es un ejemplo de que el acceso al agua es un gran problema, y hay otras zonas donde la gente se enfrenta a la misma situación.
El nepalí Departamento de Abastecimiento de Agua y Gestión de Alcantarillado afirma que 80 % de la gente tiene acceso a agua potable, pero no es segura según las normas.
La mayoría sigue dependiendo de fuentes de agua superficiales, como ríos y estanques, y estas fuentes no son necesariamente seguras para beber. Y a menudo esta agua tiene consecuencias para la salud de la comunidad donde no hay agua potable.
La lucha cotidiana
Según las Estimaciones Sanitarias Mundiales de la Organización Mundial de la Salud (GHE de la OMS), uno de los mayores descensos en el número de muertes se debe a las enfermedades diarreicas, con un descenso mundial de muertes de 2,6 millones en 2000 a 1,5 millones en 2019.
Sin embargo, en Nepal, a pesar de la tendencia a la disminución de los casos, las enfermedades relacionadas con el agua siguen siendo una preocupación importante: los datos del GHE muestran que entre 2000 y 2019 se registraron más de 140.000 casos de diarrea al año.
Las enfermedades diarreicas son una de las diez principales causas de muerte en Nepal. Según datos del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud, las enfermedades diarreicas ocupaban el séptimo lugar en 2009 y el noveno en 2019 en la lista de las diez principales causas de muerte.
Al igual que Anjana Yadav en Dang, Sarita Rana Magar lucha en el distrito de Solukhumbu por conseguir agua potable del grifo que brota del manantial, pero no es seguro que el agua esté limpia según las normas gubernamentales.
«No tenemos suficiente acceso al agua potable; incluso conseguir un par de cubos de agua es difícil hoy en día», dice Magar a IPS mientras espera su turno para llenar el grifo comunitario de la aldea de Lausasa, en Khumbu, la región del nordeste nepalí, donde las montañas del Himalaya se levantan justo al borde de su aldea.
«Tardo entre 25 y 30 minutos en llenar un cubo (de 40 litros) de agua, y necesito al menos tres cubos de agua al día», confía Magar mientras mantiene su cubo bajo el grifo abierto.
El problema de no establecer prioridades
Aunque el gobierno de Nepal afirma que el agua potable es una cuestión prioritaria, los hechos no concuerdan con esta afirmación. En los últimos años, el presupuesto para agua potable ha ido disminuyendo, mientras que la necesidad es cada vez mayor.
Madhu Timalsina, ingeniero superior de una de las divisiones del Ministerio de Abastecimiento de Agua, reconoce que a IPS el gobierno no está dispuesto a ampliar la seguridad básica del agua potable.
«Según los datos de que disponemos, 73 % de la población carece de acceso al agua potable. El objetivo es alcanzar 90 % de la población con acceso a agua potable en 2030″, afirma Timalsina.
Pero un hecho contundente obstaculiza esa meta: la falta de las partidas presupuestarias que deben acompañarla.
«No tenemos recursos para mantener los programas en curso, y cumplir el objetivo está lejos de ser alcanzable en este momento. El agua no es una prioridad para el gobierno. Necesitamos recursos», dice con determinación.
Según su ministerio, en un momento en que aumenta la demanda de agua potable, el presupuesto se reduce. En el año fiscal actual, ese despacho recibió como presupuesto más de 28 000 millones de rupias nepalíes (unos 208 millones de dólares), frente a los 42 000 millones (313 millones de dólares) del año fiscal anterior.
Y para 2025, la situación presupuestaria va a empeorar. «Parece que el año que viene bajará a entre 22 000 y 23 000 millones», dijo Timalsina. «No hemos podido iniciar nuevos programas en los últimos años por falta de presupuesto. Todo está listo, pero nos faltan los recursos».
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La Federación de Usuarios de Agua Potable y Saneamiento de Nepal, que aboga por el acceso al agua potable y libre de contaminación para todos, cree que el gobierno no se está tomando en serio el problema del agua.
«Hemos intentado presionar continuamente, pero el gobierno no está di.spuesto a escuchar», afirma Durga Chapagain, vicepresidenta principal de la Federación «La mayoría de los usuarios siguen bebiendo agua de fuentes abiertas, y no hay presupuesto asignado a proyectos de agua potable», añade.
Si el gobierno pretende realmente aumentar el acceso al agua potable hasta 90 % de la población para 2030, el presupuesto debería asignarse en consecuencia, según Timalsina.
«Para cumplir el objetivo, tenemos que cubrir a 63 % adicional de la población en un plazo de seis años. El objetivo está fijado, pero no podemos conseguir nada sin presupuesto», explica.
E insiste: «Carecemos de recursos para cubrir nuestras necesidades, que es la principal limitación. Además, nuestros manantiales se están secando y la escasez de agua se está convirtiendo en un problema importante».
«Por desgracia, sin recursos no es posible hacer nada», sentencia el ingeniero y funcionario del Ministerio del Abastecimiento de Agua nepalí.
T: MF / ED: EG