GINEBRA – La protección contra las grasas trans, causantes de enfermedades cardiovasculares, ha avanzado en el mundo y ya cubre a unos 3700 millones de personas, 46 por ciento de la población del globo, de acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se trata de un progreso significativo en comparación con una cobertura de solo seis por ciento, o menos de 500 millones de personas, en el año 2018, cuando esa agencia de las Naciones Unidas lanzó una campaña para la eliminación de las grasas trans en los alimentos para el año 2023.
Aunque no se logró ese objetivo, y más de 4000 millones de personas siguen desprotegidas, principalmente en África y el Pacífico occidental, en la OMS, con sede en esta ciudad suiza, hay optimismo porque el avance continúa.
Políticas de mejores prácticas en solo ocho países de los más poblados eliminaría 90 % de las muertes globales asociadas con el ingrediente.
Al cierre del año pasado 53 países contaban con políticas para combatir las grasas trans industriales en los alimentos.
Solo en 2023, entraron en vigor nuevas políticas de mejores prácticas en siete países: Egipto, Filipinas, México, Nigeria, Macedonia del Norte, Moldavia y Ucrania.
En enero de 2024, la OMS certificó a cinco países por validar el progreso en la eliminación de las grasas trans producidas industrialmente: Arabia Saudita, Dinamarca, Lituania, Polonia y Tailandia.
Las grasas trans se encuentran principalmente en alimentos procesados, envasados y fritos, pasteles, galletas y aceites de cocina.
Se forman en el proceso de hidrogenación que se realiza sobre las grasas con el fin de solidificarlas para utilizarlas en diferentes alimentos. Un ejemplo es la solidificación de la grasa vegetal para la fabricación de margarina.
En general el ingrediente favorece la frescura, textura y estabilidad de alimentos procesados.
Pero los ácidos grasos trans aumentan la concentración de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la sangre y disminuyen las de alta densidad (HDL), lo que coloquialmente se denomina el “colesterol bueno”, dando lugar a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Pueden ser particularmente peligrosos para el corazón y se asocian con el mayor riesgo de desarrollo de algunos cánceres.
El director del departamento de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS, Francesco Branca, dijo “aprobar, garantizar y cumplir las políticas recomendadas de mejores prácticas sobre grasas trans, será fundamental para lograr maximizar los beneficios para la salud y la eliminación sostenida de ellas”.
Entre las medidas, la OMS señala que todos los países deberían adoptar políticas de mejores prácticas, especialmente aquellos con la mayor carga de enfermedad restante estimada atribuible a la ingesta de grasas trans.
Recomienda que los países fortalezcan sus mecanismos de seguimiento y aplicación de políticas de mejores prácticas, a fin de ser elegibles para el Certificado de Validación de la OMS.
Además, insta a los organismos subregionales a aprobar políticas obligatorias de eliminación de grasas trans, y a los fabricantes de alimentos con alta proporción de grasas y aceites a cumplir con regulaciones para aumentar el uso de grasas alternativas más saludables.
Incluso cuando aún no existen regulaciones, las empresas deberían buscar eliminar las grasas trans en las líneas de productos y cadenas de suministro, insistió la OMS.
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