Activistas africanos demandan a Occidente que financie la acción por el clima

Activistas presentes en la Conferencia de Bonn sobre el clima acusan a los países industriales de frustrar el proceso de financiación climática. En la imagen y de izquierda a derecha, Danni Taaffe, jefe de comunicaciones de la Red de Acción Climática, Mohamed Adow, de Power Shift Africa, y Sven Harmeling, jefe de Clima de la Red. Imagen: Isaías Esipisu / IPS

BONN – A medida que la sesión técnica de las negociaciones mundiales sobre el clima entra en su recta final en la ciudad alemana de Bonn, activistas climáticos de África han expresado su temor de que los negociadores del Norte industrial estén arrastrando los pies para evitar pagar la parte que les corresponde para hacer frente a la crisis climática.

«Creo que seríamos injustos con el caracol si dijéramos que las negociaciones de Bonn han avanzado a paso de tortuga», bromeó Mohammed Adow, director de Power Shift Africa.

Ello es grave porque, a su juicio, «no habrá acción climática en ninguna parte sin financiación para el clima».

«Pero lo que hemos visto es que los países desarrollados están frustrando el proceso, bloqueando los diálogos anuales de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que se acordaron el año pasado en Dubái, para centrarse en la entrega de financiación con el fin de dar confianza a los países en desarrollo para poner en práctica acciones climáticas», dijo el activista.

Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el diálogo de los EAU se creó para centrarse en la financiación climática en relación con la aplicación de los resultados del primer Balance Mundial (GST, en inglés), realizado para la 28 Conferencia de las Partes (COP28), que acogió Dubái en diciembre pasado.

El Balance Mundial, que debe realizarse cada cinco años, examina todo lo relacionado con la situación mundial en materia de acción climática, identifica las brechas y trabaja en conjunto para trazar un mejor camino a seguir a fin de acelerar la acción climática.

Su objetivo es servir como mecanismo de seguimiento dedicado a la financiación climática, garantizando la respuesta y/o la supervisión, según sea apropiado y necesario, de todos los elementos de financiación climática en el marco del GST.

Se esperaba que la anual Conferencia de Bonn de los Órganos Subsidiarios de la CMNUCC desarrollara una infraestructura para el Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo (NCQG, en inglés), pero tal cosa no ha sucedido hasta ahora, en las postrimerías del encuentro.

Este es un mecanismo de financiación del cambio climático para elevar el suelo de la financiación climática para los países en desarrollo por encima del incumplido objetivo actual de 100 000 millones de dólares anuales.

En 2009, durante la COP15 de la CMNUCC en Copenhague, los países desarrollados acordaron que para 2020 movilizarían colectivamente 100 000 millones de dólares anuales para apoyar las prioridades de los países en desarrollo en materia de adaptación a la crisis climática, pérdidas y daños, transición energética justa y mitigación del cambio climático.

Cuando las partes aprobaron el Acuerdo de París en la COP21 de 2015, consideraron acertado crear el NCQG, que debe ponerse en marcha en la COP29 a fines de este año y cuya agenda debe fijarse en la actual Conferencia de Bonn, que concluye el sábado 15 y comenzó el día 5.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

De Bonn debe salir también el asesoramiento científico y tecnológico para respaldar las negociaciones de la COP29, que tendrán lugar en Bakú, la capital de Azerbaiyán, desde el final de noviembre.

Sin embargo, los activistas creen que la agenda que va a salir de Bonn podría socavar los resultados clave de las negociaciones anteriores, especialmente en materia de financiación climática.

«Llegamos a Bonn con la esperanza renovada de que los debates del NCQG sean honestos y francos, y de que todas las partes se comprometan a que el mecanismo de financiación se base en las prioridades y necesidades de los países en desarrollo», dijo Memory Zonde-Kachambwa, director ejecutivo de la organización Femnet.

Ese Nuevo Objetivo Cuantificado, planteó, también debe «apoyar las estrategias impulsadas por los países, centrándose en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, en inglés) y los Planes Nacionales de Adaptación».

«Viendo la devastación que el cambio climático está causando en nuestros países en términos de inundaciones, tormentas y sequías, entre otras calamidades, esperábamos que los países ricos estuvieran ansiosos y dispuestos a indicar el Quantum (cantidad mínima), según el Artículo 9.5 del Acuerdo de París para permitir a los países en desarrollo planificar su acción climática», dijo.

Hasta ahora, los negociadores del Norte han estado presionando para lograr una «movilización de recursos financieros» colectiva, que los activistas africanos creen que no es más que la privatización de la financiación climática dentro del NCQG, entregando así a los países pobres a los especuladores de la deuda climática y empobreciendo aún más a los países que se aferran a la deuda.

También fue objeto de atención el Objetivo Global de Adaptación (OGA), también incluido en el Acuerdo de Paris. Sobre este objetivo los activistas consideran que las partes de los países industriales están luchando con vehemencia sobre los mecanismos de su implementación.

«La adaptación debe financiarse con recursos públicos y no debe verse como una oportunidad de negocio abierta a los actores del sector privado», afirmó Augustine Njamnshi, experto en política medioambiental y derecho de la gobernanza.

A juicio del secretario ejecutivo de la Coalición Africana para la Energía Sostenible y el Acceso, «sin indicaciones claras sobre los medios de aplicación, el OGA es una cáscara vacía y no es adecuado para su propósito».

Según el embajador keniano Ali Mohammed, presidente entrante del Grupo Africano de Negociadores (GAN), la Conferencia de Bonn es una oportunidad para reconstruir la confianza en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas.

Esa confianza solo puede restablecerse si salimos de Bonn con una cantidad que cubra adecuadamente las necesidades del continente», afirmó, señalando que la cifra que pide África y que formará parte de la agenda de la COP29, es de 1,3 billones (millones de millones) de dólares al año para 2030.

T: MF / ED: EG

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