Retrocesos legislativos atentan contra maternidad voluntaria y segura en Perú

Protesta feminista en el 2011 frente a la sede del Parlamento Nacional en la capital, Lima, contra los retrocesos legislativos ante derechos ganados en favor de las mujeres. Lo que era una amenaza contra la educación sexual integral entonces, se convirtió en una realidad con el actual Congreso que cuenta con menos de dos dígitos de aprobación y es cuestionado por sus posiciones conservadoras y antidemocráticas. Imagen: mMriela Jara / IPS

LIMA – Decidir ser madre y cuántos hijos tener, con la garantía de recibir una atención médica segura y confiable, está lejos de ser una realidad en Perú, donde una serie de retrocesos legislativos afectan los derechos de las mujeres relacionados con la maternidad.

Perú, país multicultural y bilingüe con 33 millones de habitantes y una pobreza que afecta a casi 30 % de la población, atraviesa una profunda crisis institucional y democrática, con un Congreso Legislativo controlado por fuerzas políticas conservadoras y menos de dos dígitos de aprobación, y una presidenta de la República reprobada por nueve de cada diez personas.

Esta realidad tiene un impacto claro en la salud reproductiva de las peruanas. “Estamos en un contexto sumamente grave de retrocesos por la presencia de grupos antiderechos fundamentalistas que están en espacios de toma de decisiones y que vienen legislando en contra de los derechos sexuales y reproductivos y del enfoque de género”, explicó la obstetra Elga Prado a IPS.

Prado también es coordinadora del Programa de Institucionalidad y Autonomía Física del Movimiento Manuela Ramos, una organización feminista de la sociedad civil peruana con 46 años de trabajo en Perú.

La maternidad voluntaria, segura y saludable es más una aspiración que una realidad en Perú, donde hay brechas en el acceso a información y uso de métodos anticonceptivos modernos, escasa atención con enfoque intercultural, y persisten los embarazos forzados en niñas y adolescentes.
Imagen: Foto de Agencia Peruana de Noticias Andina

La especialista indicó que una de las leyes más graves es la que restringe el derecho de niñas, niños y adolescentes a acceder a una educación sexual integral con enfoque de género, lo que incrementa los factores de riesgo para un embarazo temprano.

“El embarazo en niñas y adolescentes por violación sexual es un grave problema de derechos en nuestro país, y pese a que el aborto terapéutico es legal desde el año 1924, persisten las barreras administrativas para su implementación forzando embarazos y maternidades que afectan los derechos de esta población”, sostuvo.

Según cifras oficiales, el 17% de las adolescentes de entre 15 y 19 años residentes en áreas rurales ya se encontraba gestando.

Prado cuestionó que factores como el señalado impidan a las mujeres ejercer su derecho a una maternidad decidida voluntariamente, libre, segura y saludable. Y también, que posiciones contrarias al reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos estén tomando decisiones sobre aspectos que afectarán los proyectos de vida de las peruanas.

“La maternidad libre, voluntaria y segura tiene que ver con acceso a métodos anticonceptivos, a información y a educación sexual integral. Cómo es posible que en nuestro país tengamos brechas tan profundas en el uso de métodos modernos”, se cuestionó.

Cifras preocupantes

Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, ENDES 2023 presentada el 23 de mayo, menos del 60% de las mujeres en promedio accede y usa métodos anticonceptivos modernos en el Perú. En zonas rurales, el porcentaje es de 53%. 

Este hecho es un obstáculo para que puedan ejercer su derecho a decidir sobre su maternidad, cuándo embarazarse y si seguir teniendo hijos o no. El 52% de mujeres que respondieron la última ENDES señalaron que los nacimientos ocurridos en los últimos cinco años no fueron deseados en el momento de su concepción.

Por otra parte, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), encargado de la salud reproductiva, con sede en Perú, informa que en 2023 se registraron en en este país, cada semana, cinco muertes maternas, situación que relacionan con la brecha en la atención prenatal y posnatal.

Se prevé ocho controles mensuales durante el embarazo y atenciones posteriores a los nacimientos. La ENDES 2023 reportó que en zonas rurales el 76% de las mujeres tuvo su primera atención en los tres primeros meses de gestación, una proporción menor al promedio nacional de 80 %.

Loidy Tangoa, lideresa indígena amazónica del pueblo shawi, reclamó al Estado una atención de la salud materna con respeto a la cultura y los derechos de las mujeres, para cesar con los malos tratos en las postas médicas de sus comunidades. Imagen: Mariela Jara / IPS

En la actualidad, muchas mujeres indígenas y campesinas optan por no acudir a los establecimientos públicos de salud durante su embarazo porque desconfían del trato del personal a cargo en base a experiencias previas negativas, generándose barreras institucionales para el acceso a estos servicios.

“Nos gritan, nos tratan mal”, son algunos de los comentarios vinculados a malos tratos.

Pese a que el Estado peruano cuenta con normas técnicas para implementar ambientes para la atención materna en función al contexto cultural, los avances no son significativos. Persiste una atención occidentalizada que no toma en cuenta los saberes y sentires de las mujeres de las diferentes culturas del país.

“Si nosotras en nuestras comunidades vamos a la posta médica, como cualquier mamá, a un control estando gestando, o por una planificación, o queriendo dar a luz, ¿qué recibimos? Palabras que nos ofenden: ¿otro bebé si ya tienes hijos pequeños? Así y más nos dicen gritando, llamándonos la atención”, afirmó Loidy Tangoa, lideresa del pueblo amazónico shawi, de la región San Martín en la selva central peruana, en declaraciones a IPS.

Sostuvo que el personal de salud no entiende ni maneja el idioma shawi pese a que gran parte de las usuarias de la posta de su comunidad solo se comunican en su lengua materna. Es entonces que, a los gritos, les dicen: “¡mira este bebé!, ¡mira, otra vez!, ¡tienes que cuidarte!”.

En la entrevista realizada en la ciudad de Tarapoto, perteneciente a la región San Martín, deploró que el Ministerio de Salud no garantice una atención digna y respetuosa de los derechos de las mujeres. “No pueden faltarnos el respeto así, no entienden que hay hermanas que no planifican por temor a contagiarse de enfermedades. Sobre eso hay que trabajar con respeto a la cultura para que dejen esos miedos”, se quejó Tangoa. 

También planteó que las postas médicas de las comunidades indígenas cuenten con intérpretes que orienten adecuadamente a las mujeres, por ejemplo, al momento de la información sobre métodos anticonceptivos y del parto.

“Nosotras damos a luz de cuclillas, de rodillas, pero cuando te llevan a un puesto de salud o a un hospital, te hacen echar, nosotras no estamos acostumbradas, para nuestra cultura es vergonzoso que nos tengan así, con las piernas abiertas y peor si atiende un obstetra hombre”, detalló Tangoa.

Luego, relató que a los 21 años tuvo su primer parto, no en casa como era su intención, sino en un hospital. Su recuerdo de esa experiencia es amargo. “Llegué con seis (centímetros) de dilatación y allí empezaron a gritarme las obstetras: por qué recién vienes, ¡debiste venir antes!, ¡te has dejado manosear por la partera!, ¡mira pues ahora!… Fue horrible”.

Y agregó: “Yo hablo castellano y de algún modo me puedo defender, pero mis hermanas que no manejan el idioma, no. Ellas se quedan calladas porque si dicen algo prácticamente les tapan la boca. Por eso planteamos la presencia de una partera que sea intercultural y la presencia de intérpretes”, remarcó Tangoa.

La propuesta en ese sentido la han entregado, junto con lideresas de los pueblos amazónicos kichwa y awajún, al gobierno regional de San Martín.

Elga Prado, del feminista Movimiento Manuela Ramos, alertó en declaraciones a IPS brindadas en su local institucional en la ciudad de Lima, que los retrocesos legislativos en materia de derechos sexuales y reproductivos son un obstáculo para que las mujeres decidan de forma libre sobre la maternidad. Imagen: Mariela Jara / IPS

Una fecha para la reflexión y acción

Este 28 de mayo es el Día Internacional de Acción para la Salud de las Mujeres surgida en 1987 por iniciativa de organizaciones feministas de América Latina y el Caribe, y se ha venido instituyendo en los países.

Elga Prado sostuvo que desde el Ministerio de Salud de Perú se realizan campañas para una maternidad saludable, segura y voluntaria. Sin embargo, de las intenciones a los hechos existe una profunda brecha.

“El gobierno se focaliza en la maternidad sin abordar la agenda de los derechos sexuales y reproductivos considerando el enfoque intercultural, cuando están estrechamente relacionados para que, efectivamente, las mujeres puedan encarnar en sus vidas el ser madres de forma voluntaria y segura”, puntualizó.

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