Batidos todos los récords climáticos en 2023

Imagen de uno de los incendios que han asolado bosques y áreas urbanas en California, oeste de Estados Unidos. El cambio climático ha acarreado fenómenos extremos como niveles récord de calor que alimentan incendios pero también alteran ciclos de lluvias y sequías, con graves daños en la vida cotidiana y la economía. Imagen: Ben Jiang / TNC

GINEBRA – El año 2023 fue el más caluroso jamás registrado y se batieron los récords en niveles de gases de efecto invernadero, calor y acidificación de los océanos, aumento del nivel del mar y retroceso de los glaciares, mostró un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) divulgado este martes 19.

“El conocimiento científico sobre el cambio climático existe desde hace más de cinco décadas y, sin embargo, hemos perdido toda una generación de oportunidades. Ahora hago sonar la alerta roja sobre el estado del clima global”, dijo la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, al presentar el reporte.

Las olas de calor, las inundaciones, las sequías, los incendios forestales y los ciclones tropicales que se intensificaban rápidamente causaron miseria y caos, alteraron la vida cotidiana de millones de personas e infligieron muchos miles de millones de dólares en pérdidas económicas, indicó el informe mundial.

Confirmó que 2023 fue el año más cálido registrado, con una temperatura promedio global cerca de la superficie de 1,45 grados centígrados por encima de la línea de base preindustrial y se coronó el período de 10 años más cálido registrado.

El Acuerdo de París, adoptado en 2015 por casi todos los países del globo, pauta reducir la emisión de gases de efecto invernadero, que calientan la atmósfera, de modo que la temperatura media global no supere 1,5 °C hacia el año 2050, ni más de dos grados a fin de siglo, con relación a la era preindustrial (1850-1900).

Las concentraciones observadas de los tres principales gases de efecto invernadero: dióxido de carbono (CO2), metano y óxido nitroso, alcanzaron niveles récord en 2022 y continuaron aumentando en 2023.

La OMM expone que el cambio climático es mucho más que la temperatura del aire, ya que el calentamiento sin precedentes de los océanos y el aumento del nivel del mar, el retroceso de los glaciares y la pérdida de hielo marino en la Antártida también son parte del sombrío panorama.

En un día normal de 2023, casi un tercio de la superficie del océano se vio afectada por una ola de calor marina, que dañó ecosistemas y sistemas alimentarios vitales.

Los glaciares sufrieron la mayor pérdida de hielo registrada desde 1950, con un derretimiento extremo tanto en el oeste de América del Norte como en Europa. Por ejemplo, los de Suiza perdieron alrededor de 10 % de su volumen.

“La crisis climática es el desafío decisivo que enfrenta la humanidad. Está estrechamente relacionada con la crisis de desigualdad, como lo demuestran la creciente inseguridad alimentaria, el desplazamiento de la población y la pérdida de biodiversidad”, dijo Saulo.

El informe recuerda que el número de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda se ha más que duplicado, de 149 millones antes de la pandemia covid-19 a 333 millones en 2023, según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

En una sección sobre América Latina y el Caribe, el informe señala que el año pasado se registraron temperaturas inusualmente cálidas en México y América Central, así como en extensas zonas de América del Sur.

Subieron las temperaturas de la superficie marina en el golfo de México y en el Caribe, y la marca del fenómeno El Niño –vientos cálidos sobre el Pacífico ecuatorial central y oriental- se hizo visible con un mayor nivel del mar y alteraciones en los regímenes de lluvias y sequías en la región.

La mayor pérdida económica registrada por un solo evento en 2023 fue la causada por el huracán Otis, que azotó la costa del Pacífico de México a finales de octubre.

El huracán provocó una destrucción generalizada en la turística ciudad de Acapulco y sus alrededores, con 47 muertos, 32 desaparecidos y pérdidas económicas estimadas en 15 000 millones de dólares.

Entre las zonas de sequía más significativas estuvieron el norte de Argentina y Uruguay, país en el que las reservas de agua alcanzaron niveles críticamente bajos, lo que afectó gravemente a la calidad del abastecimiento de los principales centros, incluido Montevideo.

Ocho estados brasileños registraron las precipitaciones más bajas de julio a septiembre de 2023 en más de 40 años.

En 2023, una producción récord de maíz en Brasil compensó cosechas inferiores a la media en otras partes de América del Sur debido a prolongados períodos de sequía, especialmente en Argentina, donde se espera un descenso de 15 % en la producción de cereales en comparación con la media quinquenal.

El regreso de El Niño en 2023 tuvo consecuencias adversas en todo el ciclo de cultivo del maíz en América Central y en las zonas septentrionales de América del Sur, donde el déficit hídrico y las altas temperaturas han reducido tanto la superficie de siembra como los rendimientos.

El informe de la OMM también ofrece algunos motivos para el optimismo: en 2023 las adiciones de capacidad renovable de energía se dispararon casi 50 %, alcanzando un total de 510 gigavatios (GW), la tasa más alta observada en dos décadas.

El aumento de la generación de energía renovable, impulsada principalmente por la radiación solar, el viento y el ciclo del agua, la ha posicionado como una fuerza líder en la acción climática para lograr los objetivos de descarbonización.

Desde la adopción en 2015 del Marco de Sendai (en Japón) para la reducción del riesgo de desastres, ha habido un aumento en el desarrollo e implementación de estrategias locales de reducción de esos riesgos.

También de 2021 a 2022, los flujos financieros mundiales relacionados con el clima casi se duplicaron en comparación con los niveles de 2019-2020, alcanzando casi 1,3 billones (millones de millones) de dólares.

Sin embargo, esto representa sólo alrededor del uno por ciento del producto bruto mundial, lo que pone de relieve un importante déficit de financiación.

Para lograr los objetivos de una trayectoria de 1,5 °C, las inversiones anuales en financiación climática deben multiplicarse por más de seis, hasta alcanzar nueve billones de dólares para 2030, y se necesitarán 10 billones de dólares adicionales para 2050, expone la OMM en su informe.

A-E/HM

 

 

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