ROMA – Las agencias de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, y para la Alimentación y la Agricultura, proclamaron al movimiento de reforestación sudamericano Acción Andina como una de las siete iniciativas emblemáticas de restauración de ecosistemas en el mundo.
Acción Andina es una iniciativa de la Asociación de Ecosistemas Andinos (Ecoan), basada en Perú y dirigida por el biólogo Constantino Aucca Chutas, encaminada a plantar 30 millones de árboles para 2030 a lo largo de una franja de 800 000 hectáreas de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Con un modelo de reforestación comunitaria, basado en las comunidades locales, “el movimiento ha demostrado ser una solución rentable de planes de resiliencia al cambio climático”, reconoció la declaración de las agencias de la ONU.
Ellas son el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Ya hay 25 000 personas de comunidades andinas remotas que participan en la restauración de 5 000 hectáreas y la protección de más de 11 000 hectáreas de bosques andinos, al cabo de dos décadas de trabajos de Ecoan.
Se espera que, de aquí a 2030, esas personas se beneficien de la iniciativa de varias maneras, desde el acceso a medicinas, paneles solares y hornos de barro de combustión limpia hasta la mejora de la gestión del pastoreo, la agricultura sostenible, micronegocios y la gestión del ecoturismo de culturas indígenas.
Se trabaja asimismo para garantizar títulos de propiedad para las comunidades locales, protegiendo el bosque de futuras actividades mineras, la explotación maderera y otros factores de degradación.
El objetivo último de la iniciativa es proteger y restaurar una zona forestal de un millón de hectáreas.
Aucca Chutas ya había ganado en noviembre de 2022 el premio Campeones de la Tierra, que otorga el Pnuma y es el máximo galardón ambiental de la ONU.
La distinción de iniciativa emblemática es dirigida por las agencias de la ONU sobre ecosistemas que se encuentran en un momento crítico de degradación absoluta como resultado de incendios, sequías, la deforestación y la contaminación, y reúnen las condiciones para recibir apoyo técnico y financiero de las Naciones Unidas.
La FAO y el Pnuma prevén que, en su conjunto, las siete nuevas iniciativas emblemáticas restauren casi 40 millones de hectáreas y generen en torno a 500 000 puestos de trabajo.
“La restauración de los ecosistemas supone una solución a largo plazo en la lucha por erradicar la pobreza, el hambre y la malnutrición, al encarar el crecimiento demográfico y el aumento de la necesidad de alimentos y bienes y servicios ecosistémicos”, expuso Qu Dongyu, director general de la FAO.
Las seis iniciativas reconocidas junto a Acción Andina son Indo Vivo de Pakistán, Restauración de los Bosques Mediterráneos, Regeneración de los Manglares de Sri Lanka, el Paisaje del Arco de Terai entre India y Nepal, y los programas Huertos Forestales y Reverdeciendo África en ese continente, al sur del Sahara.
Indo Vivo consiste en restaurar 25 millones de hectáreas de la cuenca de ese río, de 3180 kilómetros y que durante más de 5000 años ha sido el núcleo de la vida social, económica y cultural de lo que hoy se conoce como Pakistán.
El programa contempla 25 intervenciones de gran repercusión en su cuenca –riega 80 % de la tierra cultivable en el país- tras años de degradación que ha amenazado su ecosistema, incluidos sus abundantes peces y tierras fértiles.
La cuenca del Mediterráneo es la segunda zona crítica para la biodiversidad más amplia del mundo, pero 16 % de sus especies forestales está en peligro de extinción, en parte debido a períodos más prolongados de sequía derivados del cambio climático, olas de calor extremo e incendios forestales.
La iniciativa para la restauración de los bosques mediterráneos, en la que participan Líbano, Marruecos, Túnez y Turquía, ha posibilitado la restauración de unos dos millones de hectáreas de bosques en toda la región desde 2017, previéndose restaurar más de ocho millones de hectáreas de aquí a 2030.
En Sri Lanka, numerosas comunidades obtienen sus medios de vida de ecosistemas marinos y costeros están amenazadas por el cambio climático y la actividad humana, con impacto en los manglares que sirven de nexo entre la vida marina y la terrestre.
La iniciativa para la regeneración de los manglares, puesta e marcha en 2015, ya han tenido como resultado la restauración de 500 hectáreas de manglares, que han aportado beneficios a 150 hogares, y se prevé restaurar unas 10 000 hectáreas para 2030, en beneficio de 5000 hogares y con 4000 nuevos puestos de trabajo.
El Arco de Terai, una ecorregión de unos 50 000 kilómetros cuadrados entre India y Nepal, es vital para unos siete millones de personas, y fundamental para los tigres de Asia y otras especies cuya existencia está amenazada por la pérdida de ese hábitat.
La Iniciativa del paisaje del Arco de Terai se ha centrado en restaurar los bosques de corredores vitales, con comunidades que a la vez luchan contra la caza furtiva, y como guardias forestales y movilizadores sociales.
Ya se han restaurado 66 800 hectáreas de bosques de Nepal, con beneficios para los medios de vida de unos 500 000 hogares en este país, y se prevé llegar hasta a 350 000 hectáreas para 2030. La población de tigres en la zona se cifra en 1174 ejemplares, más del doble de los existentes cuando se inició el programa en 2001.
En los dos últimos decenios, la iniciativa Reverdecer África ha empleado técnicas agroforestales adaptadas a las necesidades de los agricultores en diversos contextos de Etiopía, Ghana, Kenia, Malí, Níger, Ruanda, Senegal y Somalia, con unas 350 000 hectáreas restauradas y el plkan de llegar a cinco millones de hectáreas en 2030.
Se espera que la iniciativa beneficie a más de 600 000 hogares. La iniciativa también incrementa la retención de carbono e impulsa rendimientos de cultivos y pastos, aumentando la resiliencia del suelo (evitando inundaciones) y tratándolo con nitrógeno fijado que actúa como fertilizante natural.
También está en África el plan de huertos forestales, puesto en marcha en 2015, con múltiples proyectos de jardines forestales en Camerún, Chad, Gambia, Kenia, Malí, la República Centroafricana, Senegal, Tanzania y Uganda.
A través de técnicas agroforestales se sustituyen prácticas agrícolas no sostenibles y se regenera la naturaleza, mientras los agricultores reciben capacitación, suministros y equipos esenciales para la obtención de buenos resultados. De las actuales 41 000 hectáreas restauradas se aspira llegar a 229 000 para 2030.
“Estas iniciativas nos muestran la forma en que podemos hacer las paces con la naturaleza, situar a las comunidades locales en un lugar central de los esfuerzos de restauración y además crear nuevos puestos de trabajo”, señaló finalmente la directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen.
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