NACIONES UNIDAS – El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, planteó este miércoles 24 que “en apenas unos años, África se ha convertido en el epicentro global del terrorismo y la comunidad internacional debe luchar contra este infierno ahora, antes de que se salga de control”.
“En todo el continente, Daesh (Estado Islámico), Al Qaeda y sus afiliados están explotando las dinámicas de los conflictos locales y las fragilidades para avanzar en su agenda, mientras destrozan el tejido social de países enteros con violencia, desconfianza y miedo”. Aseveró Guterres.
El máximo responsable de la ONU habló durante una reunión del Comité de Coordinación del Pacto Mundial de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Terrorismo sobre el tema de la coordinación de iniciativas antiterroristas en África.
Al pasar revista a la situación, Guterres señaló que en Somalia, Al Shabaab (movimiento yihadista afiliado a la red Al Qaeda) “está bajo presión, pero lejos de estar derrotado”, en ese país del Cuerno de África.
En la República Democrática del Congo (un país de 2,3 millones de kilómetros cuadrados y100 millones de habitantes, de muy distintas etnias), “los terroristas continúan atacando a civiles, al tiempo que amplían sus zonas de operaciones”.
Decenas de grupos guerrilleros y terroristas operan en ese país, entre los que destacan, por su tamaño y acciones terroristas, el Movimiento 23 de Marzo y la “cooperativa” Codeco, en las provincias orientales Ituri y Kivu norte y del sur, con el resultado de que millones de congoleños han debido huir de sus hogares.
“En una comunidad tras otra, grupos terroristas amplían su influencia, expanden sus redes continentales con más combatientes, financiación y armas, forjan vínculos con el crimen organizado transnacional y propagan el miedo, la miseria e ideologías odiosas a través del ciberespacio”: António Guterres.
El terrorismo “sigue siendo una amenaza activa en el norte de Mozambique”, donde grupos que adhieren al Estado Islámico han efectuado ataques terroristas contra poblaciones cristianas y enfrentan al ejército regular y aliados de países vecinos.
Guterres planteó que “en todo el Sahel el aumento de las hostilidades entre grupos terroristas que luchan por el control del territorio y el tráfico están creando nada menos que un infierno en la tierra para los inocentes atrapados”.
Varios países con porciones de su territorio en el Sahel, la franja semiárida que desde el Atlántico hasta el mar Rojo se interpone entre el desierto del Sahara y la zona de bosques en el centro del continente, son campo de acción para formaciones irregulares que proclaman su adhesión a corrientes islamistas.
“La amenaza se está expandiendo rápidamente a países costeros, como Benín y Togo”, señaló el secretario general.
Según Guterres la tendencia es clara: “En una comunidad tras otra, grupos terroristas amplían su influencia, expanden sus redes continentales con más combatientes, financiación y armas, forjan vínculos con el crimen organizado transnacional y propagan el miedo, la miseria e ideologías odiosas a través del ciberespacio”.
«En todos los casos, son los civiles los que pagan el precio más alto», añadió Guterres, y pidió “luchar contra este infierno ahora, antes de que se salga de control”.
En el lado positivo mencionó que Estados miembros de la ONU y organizaciones subregionales intensificaron su lucha contra el terrorismo y el extremismo violento.
Citó el Grupo de Trabajo Multinacional de la Cuenca del Lago Chad para combatir a Boko Haram, el grupo fundamentalista que practica el terror y actúa principalmente en el norte de Nigeria, y el desempeño de la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia, nutrida con efectivos militares de países vecinos.
También los esfuerzos de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional y Ruanda para combatir el terrorismo en el norte de Mozambique.
“Nosotros mismos trabajamos estrechamente con la Unión Africana, la Cedeao (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) y otros en cuestiones de prevención, asistencia jurídica, investigaciones, enjuiciamientos, reintegración, rehabilitación y protección de los derechos humanos”, dijo Guterres.
Otro signo de progreso, según el secretario general, fue la adopción unánime por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de la Resolución 2719 sobre la financiación de las operaciones de apoyo a la paz lideradas por la Unión Africana.
Pero, a pesar de esos esfuerzos, consideró necesaria “una acción urgente, en una escala mucho mayor de la que hemos visto hasta ahora”.
Expuso que el terrorismo “encuentra su hogar en la fragilidad y la inestabilidad”, por lo que los esfuerzos deben estar anclados en un desarrollo sostenible e inclusivo.
Resaltó que “las mujeres y las niñas son a menudo las primeras -y las más graves- afectadas por el terrorismo, y muchos grupos terroristas tienen una estrategia común: la subyugación patriarcal de las mujeres y las niñas, y actos escandalosos de violencia contra ellas».
“Debemos centrar nuestras prioridades y estrategias antiterroristas en esta importante cuestión, que está en el centro de nuestro compromiso con los derechos humanos de todos, incluida la seguridad y la libertad de las mujeres y las niñas”, acentuó.
Advirtió que “con demasiada frecuencia, las medidas antiterroristas se utilizan indebidamente o tienen resultados inesperados cuando se ponen en práctica y conducen a violaciones de derechos humanos. Es una receta para el resentimiento, agravios profundos y más muerte y destrucción”.
Para Guterres “una nueva agenda de paz debe enfatizar en la prevención, y vincular la inversión en desarrollo, la construcción de estructuras de gobernanza y sistemas de justicia sólidos, en los que la gente pueda confiar y crear una paz duradera”.
Durante la reunión de dos días del Comité se espera que los Estados miembros, las organizaciones regionales, las entidades del Pacto contra el Terrorismo y la sociedad civil que trabajan en África abunden en el intercambio de opiniones y experiencias para elaborar mejores respuestas al tema del terrorismo en ese continente.
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