MANILA – Las economías en desarrollo del conjunto de Asia y el Pacífico concluirán 2023 con un crecimiento de 4,9 por ciento, mejor de lo esperado durante la mayor parte del año, impulsadas por una sólida demanda interna en India y China, informó el Banco Asiático de Desarrollo (BAD).
Albert Park, economista jefe del BAD, dijo al presentar el informe Perspectivas de Desarrollo Asiático correspondiente a diciembre que “los países en desarrollo de Asia continúan creciendo a un ritmo sólido, a pesar de un entorno global desafiante”.
“La inflación en la región también se está controlando gradualmente”, añadió Park, “aunque persisten riesgos, desde elevadas tasas de interés globales hasta eventos climáticos como El Niño”.
El Niño y La Niña son fenómenos que alternan temporadas de vientos cálidos y fríos sobre el océano Pacífico, con el resultado de que alteran los ciclos de lluvias en varias regiones y suelen desatar duras sequías o destructivas inundaciones.
Al margen de esas contingencias, las perspectivas de la región son positivas al punto de que el cierre del año ya se estima mejor que en septiembre –cuando se calculó un crecimiento de 4,7 %- y la previsión para 2024 es similar, de 4,8 %.
Se prevé que la economía de la locomotora regional, China, se expandirá 5,2 % este año, en comparación con un pronóstico anterior de 4,9 %, después de que el consumo de los hogares y la inversión pública impulsaran el crecimiento en el tercer trimestre.
Las perspectivas de crecimiento para la India se elevaron de 6,3 a 6,7 %, luego de una expansión más rápida de lo esperado en julio-septiembre, impulsada por un crecimiento de dos dígitos en su industria.
Esas mejoras en China e India compensaron una reducción del pronóstico para el sudeste asiático (bajó de 4,6 a 4,3 %), causada por un desempeño mediocre en su sector manufacturero, con una merma en sus exportaciones. El año próximo podría crecer 4,7 %.
Países como Filipinas, Malasia y Vietnam, que en 2022 crecieron entre 7,6 y 8,7 %, este año bajan a entre 4,2 y 5,7 %, y el próximo estarían entre 4,6 y 6,2 %.
En el Cáucaso y Asia central las perspectivas para 2023 han mejorado, y ahora se pronostica un crecimiento de 4,8 %, debido a las expectativas de un crecimiento más rápido en Kazajistán, aunque la previsión para 2024 se revisa ligeramente a la baja, hasta 4,6 %.
El conjunto de Asia oriental se revisó al alza, hasta 4,7 %, debido al crecimiento de China mayor de lo esperado en el tercer trimestre, y la previsión para 2024 se mantiene en 4,2 %, como se había estimado en septiembre.
Hong Kong, con un crecimiento negativo (-3,5 %) en 2022, se recupera este año hasta 3,6 % y puede sostenerse en 3,3 % en 2024, según el BAD. Los números son más bajos para Corea del Sur (1,2 % este año y 2,2 % el próximo), y para Taiwán (1,2 % en 2023 y 2,7 % en 2024).
En el sur de Asia, con el impulso de India, se proyecta un cierre con alza de 5,7 % este año y de seis por ciento en 2024.
Las proyecciones de crecimiento del Pacífico se mantienen en 3,5 % para 2023 y 2,9 % para 2024, gracias a la recuperación continua del turismo internacional en sus islas y a la reanudación de proyectos de infraestructura pública.
En cuanto a inflación, los estimados para este año se redujeron a 3,5 % desde una proyección previa de 3,6 %, y para 2024 se espera que se controle también en 3,6 %.
Park dijo que los gobiernos de la región “deben permanecer atentos a los riesgos para garantizar que sus economías sean resilientes y que el crecimiento sea sostenible”.
Entre esos riesgos incluyó las tasas de interés “persistentemente elevadas en Estados Unidos y otras economías avanzadas”, lo que podría contribuir a la inestabilidad financiera en las economías vulnerables de la región, especialmente aquellas con un alto nivel de deuda.
También existe el riesgo de interrupciones en los suministros causadas por las alteraciones climáticas asociadas a El Niño o la continuidad de la guerra en Ucrania, capaces de revivir la inflación, particularmente en alimentos y energía.
De las 49 naciones de la región objeto del trabajo de BAD, 46 son economías en desarrollo y tres –Australia, Japón y Nueva Zelanda- países industrializados.
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