CIUDAD BOLIVAR, Venezuela – «Antes sacábamos pescado en cantidad, ahora no queda nada”, así describe Aníbal Gómez, un pescador de 45 años de la comunidad de Cambalache, en el estado de Bolívar (sureste de Venezuela), el efecto de las filtraciones de las lagunas de lodos rojos de la estatal Bauxilum, al sistema lagunar del tercer río más caudaloso del mundo y el cuarto más largo de Sudamérica: el Orinoco.
La vía hacia Cambalache es solitaria y sin alumbrado. De un lado hay casas, lagunas naturales y del otro, altos diques de arena color ladrillo que contienen el desecho tóxico que genera la compañía estatal en la que se procesa la bauxita para sacar alúmina, de la cual se obtiene el aluminio.
El material vertido en esos estanques “es un tóxico sumamente peligroso, que también tiene funciones de veneno… porque a partir de su composición química, tiene efectos nocivos”, indicó el doctor en química tecnológica y profesor de la Universidad de Carabobo, Guillermo Centeno, quien realizó una investigación en 2018, para evaluar el posible manejo de estos lodos.
Estas estructuras están sin vigilancia, tampoco hay carteles que adviertan sobre la peligrosidad de su contenido.
Vecinos de la zona caminan entre la arena rojiza para obtener chatarra y venderla, ante la disminución de peces y la escasez de gasolina, que les impide usar botes con motor para navegar por el Orinoco, ubicado a menos de un kilómetro de estos depósitos.
Desecho corrosivo
Al subir el cerro de arena, por caminos de tierra labrados entre la maleza por los chatarreros, se llega a las lagunas de desechos.
El suelo es color naranja por la bauxita, y al caminar cruje como la arcilla al romperse, el agua es verde y sobre ella, se alzan restos de troncos, árboles petrificados, forrados por un color blanco y ladrillo. “Eso es una muestra de lo que puede ocasionar en el río. Es bastante corrosivo, todo lo que toca lo daña, porque tiene un ph de 13”, afirmó Centeno.
El líquido que resulta del procesamiento de la bauxita contiene restos de metales pesados y soda cáustica, entre otros componentes.
Filtraciones
Al cruzar la vía que separa a Bauxilum de la comunidad de Cambalache, primero está la laguna Cardonal, que en invierno se conecta con el río Orinoco.
Allí, brota de la tierra un líquido oscuro, en el que son visibles burbujas y elementos cubiertos por una capa blanca sólida, igual a la que arropa los restos de árboles y piedras en el depósito de desechos sólidos de la empresa estatal.
“Sale el lodo y eso está cayendo directamente a la laguna, cuando el río está bajito que no está teniendo contacto con la laguna, todos los peces que están ahí se mueren. Eso es soda cáustica, nosotros estábamos en la laguna y mi esposo se quemó, porque no sabíamos que estaba entrándole la cáustica al agua”, dijo Rosaura Castillo, pescadora de 43 años.
Hay varios bloques de vegetación pelados, y un canal que expulsa un líquido de olor fuerte, que seca la flora a su alrededor, al que las aves no se acercan, y el cual los vecinos cruzan con precaución sobre las piedras.
“Eso viene de los lodos rojos, es pura soda cáustica… usted mete el pie ahí y eso te da una picazón como si tuvieras sarna (escabiosis) en la planta del pie, porque eso es como un ácido, te quema”, agregó el pescador Aníbal Gómez, mientras señalaba el líquido que corría a través del canal que desemboca en la laguna Cardonal, la cual en invierno está conectada con el Orinoco.
Diques en riesgo
Un trabajador de Bauxilum, que prefirió no ser identificado, explicó que en el lugar en el que ahora están las filtraciones había bombas que se encargaban de regresar los contaminantes a la planta para su reutilización.
“Que los diques se estén filtrando a esa magnitud, quiere decir que el daño es bárbaro. Ahí no es necesario ser adivino, eso está prácticamente pronosticado en cualquier momento se van los diques hacia el río, la contaminación será evaluada en su momento”, expuso.
En el año 2012, un informe de la Contraloría General destaca irregularidades en el manejo de este residuos.
“CVG Bauxilum estaría filtrando líquidos con concentración cáustica que desembocan en el entorno natural adyacente al sistema lagunar, repercutiendo de manera adversa en el ecosistema y originando daños a la salud de las personas, flora y fauna”, dice el documento.
Luis Guzmán Balbas, biólogo y gerente de proyectos ambientales de la Corporación Venezolana de Guayana (1998-1999), alertó que si la filtración continúa “puede salir un caudal importante, que podría afectar de una manera severa a esas lagunas y posteriormente al río”.
Hasta el momento se desconoce la cantidad exacta de material depositado en estas lagunas que ocupan cerca de 260 hectáreas, y que tienen una profundidad de al menos 20 metros de relleno.
En el año 2010, la ruptura de un dique de la balsa de residuos de una empresa de aluminio, en Hungría dejó cuatro muertos y más de 120 heridos, y la contaminación por lodos rojos fue detectada en las aguas del Danubio.
Ante estos precedentes, Centeno asegura que “es urgente” aplicar medidas correctivas a las filtraciones y buscar vías para dejar de producir estos residuos y manejar los existentes, con el objetivo de prevenir un desastre.
“Yo me atrevería a decir si hay un derrame de eso en el río Orinoco, puede proyectarse hasta nivel internacional. Si se llega a derramar eso, sería un daño ambiental catastrófico para un ecosistema acuático cómo son los del Delta Amacuro, para nuestro Atlántico, de verdad eso es un desastre”, explicó Centeno.
Este artículo se publicó originalmente en democraciaAbierta.
RV: EG