Especies invasoras, jinetes a galope del apocalipsis de la biodiversidad

Un ejemplar de la invasora mosca oriental de la fruta sobre un mango verde en un pequeño cultivo en Zimbabue. Imagen: Busani Bafana / IPS

BULAWAYO, Zimbabue / BONN,  Alemania – La agricultora de mangos Eufria Nyadome solía ganar 60 dólares por la venta de un cubo de 20 litros de mangos frescos y ahora apenas obtiene 20 dólares a pesar de que sus árboles de mango dan un buen rendimiento. La causa es que tiene que desechar muchos de mangos podridos.

Nyadome es una residente de la aldea de Mhondiwa, en uno de los distritos de Murehwa, un municipio del noreste de Zimbabue, y ha perdido buena parte de su fuente de ingresos a causa de la llamada mosca oriental de la fruta (Bactrocera dorsalis), una especie invasora procedente de Asia que afecta a los árboles de mango.

La mosca de la fruta está clasificada como especie exótica invasora, señalada por los científicos como una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en todo el mundo. Las especies exóticas invasoras pueden ser plantas, animales o microorganismos que se introducen intencionada o involuntariamente en zonas de las que no son autóctonas.

La mosca oriental de la fruta es una de las 3500 especies exóticas invasoras dañinas que, según un nuevo informe de la Plataforma Intergubernamental científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes), amenazan gravemente la naturaleza, su contribución a las personas y la calidad de vida.

El Ipbes publicó este lunes 4 en su sede en Bonn su Informe de Evaluación sobre las Especies Exóticas Invasoras y su Control, donde se reveló que muchas actividades humanas han introducido más de 37 000 especies exóticas en regiones y biomas de todo el mundo.

El informe concluye que el coste económico mundial de las especies exóticas invasoras superó los 423 000 millones de dólares anuales en 2019, y que los costes se han cuadruplicado al menos en cada década desde la de los años 70.

Desde el cangrejo de litoral europeo (Carcinus maenas), la lantana (Lantana camera), el gusano  de otoño (Spodoptera frugiperda), la perca del Nilo (Lates niloticus) hasta el jacinto de agua (Pontederia crassipes), las especies exóticas invasoras han modificado y destruido la biodiversidad y los ecosistemas mundiales, causando daños a las economías mundiales, la salud humana y el bienestar, así como impactando en la seguridad alimentaria y nutricional.

Los científicos afirman que la estimación conservadora de los costes económicos mundiales está aumentando a un ritmo sin precedentes.

“Las especies exóticas invasoras son una gran amenaza para la biodiversidad y pueden causar daños irreversibles a la naturaleza, incluyendo extinciones de especies locales y globales, y también amenazar el bienestar humano”, dijo Helen Roy, copresidenta del informe de evaluación.

En 2019, el Informe de Evaluación Mundial de IPBES concluyó que las especies exóticas invasoras son uno de los cinco impulsores directos más importantes de la pérdida de biodiversidad,  junto con los cambios en el uso de la tierra y el mar, la explotación directa de las especies, el cambio climático y la contaminación.

Portada en inglés del Informe de Evaluación sobre las Especies Exóticas Invasoras y su Control, del Ipbes. Imagen: Ipbes

Las especies exóticas invasoras, llegaron y se quedaron

El informe de este lunes 4 advierte del aumento de las especies exóticas invasoras en todo el mundo como consecuencia del crecimiento de la economía mundial, la intensificación y expansión de los cambios en el uso del suelo y el mar y los cambios demográficos.

Incluso sin la introducción de nuevas especies exóticas, las ya establecidas seguirán ampliando su área de distribución y extendiéndose a nuevos países y regiones, según el informe, que señala que el cambio climático empeorará aún más la situación.

“Lo que demostramos en esta evaluación es que el número de especies exóticas está aumentando por un margen enorme, donde 200 especies exóticas invasoras al año entran en un ecosistema”, dijo a IPS en una entrevista Sebataolu Rahlao, autor principal del informe.

“Si no se hace nada, estas cifras van a aumentar dramáticamente y afectarán a la seguridad alimentaria y la salud humana», alertó.

Rahlao explicó que también “hay interacciones con los cambios globales, incluyendo el cambio climático y la contaminación, que aumentan la probabilidad de que las especies exóticas invasoras aumenten en áreas particulares, por ejemplo, el cambio climático ha proporcionado oportunidades para que las especies exóticas invasoras prosperen”.

Citó como ejemplo de estos fenómenos al de “los árboles de eucalipto rojo de río (Eucalyptus camaldulensis Dehnh) en Sudáfrica, porque su hábitat adecuado ha aumentado debido al cambio climático».

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Los expertos de Ipbes confirman que las medidas para hacer frente a los retos que plantean las especies exóticas invasoras son muy insuficientes, ya que solo 17 % de los países cuentan con leyes o reglamentos nacionales que abordan específicamente las especies exóticas invasoras, las soluciones disponibles son una gestión eficaz y enfoques más integrados.

“La buena noticia es que, para casi todos los contextos y situaciones, existen herramientas de gestión, opciones de gobernanza y acciones específicas que realmente funcionan», afirmó Aníbal Pauchard, copresidente de la Evaluación. Remarcó que la prevención es la mejor opción y la más rentable, además de la erradicación, la contención y el control de las especies exóticas invasoras.

Al comentar el informe, Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), afirmó que la humanidad lleva siglos desplazando especies por todo el mundo, pero cuando las especies importadas proliferan y desequilibran los ecosistemas locales, la biodiversidad autóctona se resiente.

“Como resultado, las especies invasoras se han convertido en uno de los cinco jinetes del apocalipsis de la biodiversidad que se abate cada vez con más fuerza sobre el mundo», afirmó Andersen en un comunicado”, dijo.

Añadió que «mientras que los otros cuatro jinetes (el cambio en el uso del suelo y del mar, la sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación) se conocen relativamente bien, las especies invasoras siguen presentando lagunas de conocimiento».

Lucha contra el exotismo invasor

En Zimbabue, los agricultores han emprendido la lucha contra las especies exóticas invasoras.

“Nos enteramos de que la mosca de la fruta estaba atacando nuestros mangos, y recibimos formación sobre cómo evitar que arruinara nuestra fruta», explica Nyadome, uno de los 1200 pequeños agricultores del distrito de Murehwa que hace cuatro años recibieron formación en prácticas de gestión integrada de plagas..

Esa práctica implica el uso de diversas prácticas de gestión de plagas respetuosas con las personas, los animales y el medio ambiente.

El Centro Internacional de Fisiología y Ecología de los Insectos (Icipe), con sede en la capital keniana de Nairobi, junto con varias agencias donantes y socios, desarrolló un paquete de formación para gestionar la mosca de la fruta invasora.

Esa formación se promovió dentro del proyecto de la Mosca de la Fruta Invasora Exótica, una iniciativa que promueven diferentes organizaciones internacionales.

El Icipe desarrolla soluciones holísticas de base biológica para abordar el problema de la mosca en África oriental y meridional, como la técnica de aniquilación de machos.

Ella consiste en atrapar en masa a los machos de la mosca de la fruta utilizando atrayentes combinados con insecticida y el uso de «estaciones de cebo», pequeños recipientes de plástico que contienen un cebo alimentario para la mosca de la fruta que contiene un insecticida que mata a las moscas.

“Si no se controla la mosca de la fruta, se pierde 100 % de la producción, pero hemos observado que los agricultores que han utilizado sistemáticamente el paquete de medidas de control integrado de plagas han reducido los daños causados por la mosca de la fruta”, dijo Shepard Ndlela, entomólogo del Icipe y director del proyecto sobre la mosca de la fruta invasora.

El experto contó con optimismo que “en la mayoría de los casos, han obtenido una producción de hasta 70% de los mangos» que producían antes.

T: MF / ED: EG

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