LA HABANA – Aumentar las inversiones en ciencia, tecnología e innovación para impulsar la Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible fue uno de los puntos de consenso durante la cumbre del Grupo de los 77 (G77) + China, que se celebró en La Habana el viernes 15 y el sábado 16.
No obstante, es urgente “una reforma integral de la arquitectura financiera internacional y de un enfoque más inclusivo y coordinado de la gobernanza financiera mundial, con mayor énfasis en la cooperación entre los países”, subraya la declaración política aprobada por los representantes de las 134 naciones del G77, en su mayoría de América Latina y el Caribe, África, Medio Oriente y Asia.
Jefas y jefes de Estado y gobierno, así como representantes de delegaciones de este mecanismo de concertación creado en 1964, insistieron en que el orden económico internacional resulta injusto para los países en desarrollo y un desafío para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Apuntaron que los países del Sur global encuentran múltiples obstáculos en las inciertas perspectivas económicas mundiales, incremento de los precios y disponibilidad de los alimentos y la energía.
A esto se suma el desplazamiento de personas, la volatilidad de los mercados, la inflación, el ajuste monetario, la creciente carga de la deuda externa, el crecimiento de la pobreza extrema, así como el aumento de las desigualdades entre y dentro de los países.
Se refirieron a los efectos adversos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la desertificación y la degradación del medio ambiente, “sin que hasta ahora haya una hoja de ruta clara para hacer frente a estos problemas mundiales”, alerta el texto.
“El mundo le está fallando a los países en desarrollo, por lo que debemos luchar para alcanzar las metas de desarrollo sostenible y ello requiere que el G77 + China utilice su voz fuerte para luchar por los objetivos comunes”, reconoció durante la inauguración de la Cumbre el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
A su juicio, “solo una acción global puede hacer frente a estas desigualdades, garantizar una transición justa a una economía digital y asegurar que, en una nueva era tecnológica, no se deje a nadie atrás”.
“El mundo le está fallando a los países en desarrollo, por lo que debemos luchar para alcanzar las metas de desarrollo sostenible y ello requiere que el G77 y China utilice su voz fuerte para luchar por los objetivos comunes”: António Guterres.
Guterres convino en que la ciencia, la tecnología y la innovación son esenciales para avanzar en el cumplimiento de los 17 ODS y sus 169 metas establecidas por la comunidad internacional dentro de las Naciones Unidas en 2015, pero cuyo cumplimiento parece cada vez más improbable luego de trascurrir la mitad del lapso para su concreción.
«Cuento con este Grupo, que durante mucho tiempo ha sido paladín del multilateralismo, para que dé un paso al frente, utilice su poder y luche por defender un sistema basado en la igualdad, defender un sistema dispuesto a terminar con siglos de injusticia y abandono, y defender un sistema que beneficie a toda la humanidad», exhortó el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Declaración de La Habana
Cuba asumió en enero la presidencia del G77 + China y como país anfitrión decidió enfocar la cumbre en los desafíos de la ciencia, la tecnología y la innovación como un componente esencial del debate político asociado al desarrollo.
“Es preciso derribar ya las barreras internacionales que han obstaculizado el acceso al conocimiento por los países en desarrollo y el aprovechamiento por parte de ellos de factores tan determinantes para el avance económico y social”, expresó el presidente cubano Miguel Díaz-Canel al inaugurar la cita.
La Declaración de La Habana con que concluyó la cumbre reconoce el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación como pilares, facilitadores y catalizadores del crecimiento inclusivo y sostenible, y destaca la oportunidad que ofrecen para el pleno disfrute de todos los derechos humanos por todas las personas, incluido el derecho al desarrollo.
El documento de 47 puntos pondera la necesidad de decisiones políticas que fomenten un entorno internacional estimulante para la ciencia, la tecnología y la innovación y tenga en cuenta, en primera instancia, los conocimientos científicos y la innovación disponibles, así como el uso y promoción de las capacidades y los saberes tradicionales, locales, de afrodescendientes y autóctonos.
La declaración política del G77 + China exhorta a aumentar la inversión en ese ámbito y ampliar los modelos de ciencia abierta, con el objetivo de garantizar el acceso de las personas a los resultados de las investigaciones y la información científica.
También llama a promover nuevas investigaciones, transferir tecnologías y hacer accesibles las existentes en las esferas de la alimentación y la nutrición, la salud, el agua y el saneamiento y la energía.
Todo ello a fin de contribuir a la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, y lograr un crecimiento económico inclusivo y equitativo, bienestar humano y desarrollo sostenible.
La cumbre del G77 + China tuvo como tema central el de “Retos actuales del desarrollo: Papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”, que también fue el de la Declaración de La Habana, debido a que el país anfitrión considera que son aspectos clave para avanzar en el desarrollo sostenible en los países del Sur.
Junto con la necesidad de cerrar la brecha digital entre el Norte y el Sur, el documento insta a avanzar en la inclusión digital, lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas, y reforzar su acceso y participación de forma plena y equitativa en estos ámbitos, incluida su participación en los procesos científicos y tecnológicos.
También señala que ello puede contribuir a eliminar la brecha digital de género, hacer frente a los riesgos y desafíos derivados del uso de las tecnologías y garantizar que sus beneficios estén al alcance de todos, incluidas las mujeres y las niñas.
La declaración defiende la centralidad de la investigación, el desarrollo y la transferencia de tecnologías en el ámbito de la salud humana, teniendo en cuenta el aumento de enfermedades transmisibles y no transmisibles emergentes y reemergentes, incluidos sus factores de riesgo.
“Esta situación subraya la urgencia de reforzar la solidaridad mundial y la cooperación internacional con los países en desarrollo, así como el apoyo a los mismos, para prevenir, prepararse y responder a las pandemias y otras emergencias sanitarias, teniendo en cuenta las lecciones aprendidas de la pandemia de covid-19”, significa el texto.
Sin mencionar el embargo de Estados Unidos contra Cuba ni acciones similares, el G77 rechazó “la imposición de leyes y regulaciones con impacto extraterritorial y todas las demás formas de medidas económicas coercitivas, incluidas las sanciones unilaterales contra los países en desarrollo” y reiteró “la urgente necesidad de eliminarlas inmediatamente”.
Contexto
Cuba acogió la Cumbre del G77 en medio de un deterioro sustancial de su economía agudizada por la covid-19, el fortalecimiento del embargo estadounidense e incompletas reformas al modelo económico de orientación socialista.
Si bien las autoridades insistieron en que se trataría de una reunión “austera” y con los recursos mínimos, analistas consideran que la isla se anotó un triunfo diplomático al reunir en La Habana a más de 1300 participantes de 116 países y 12 organizaciones y agencias del sistema de la ONU.
Participaron 31 jefes de Estado y de Gobierno, 12 vicepresidentes, decenas de ministros de múltiples carteras y otros altos dignatarios del grupo considerado la coalición más grande de países en desarrollo, equivalente a dos tercios del quórum de Naciones Unidas y en su conjunto 80 % de la población mundial.
Durante la reunión se aprobó la reincorporación al G77 de la nación número 135, México, fundador de este foro multilateral y que abandonó en 1994, tras ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Otros análisis sostienen que la reunión sirvió para una mayor cohesión y presencia internacional del Grupo, fortalecer posiciones y trazar estrategias comunes, así como defenderlas como bloque en los diferentes espacios de negociación global.
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La Cumbre del G77 + China siguió a las reuniones anuales de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), celebrada en la ciudad sudafricana de Johannesburgo el 23 y 24 de agosto, y la del Grupo de los 20 (G20) de grandes economías industriales y emergentes, el 9 y 10 de septiembre en Nueva Delhi, capital de India.
Con representaciones de integrantes del Sur global como Brasil, India y China, en ambas reuniones afloraron preocupaciones de las naciones en desarrollo como la deuda externa, la transición energética y el cambio climático, entre otros temas.
Un fortalecimiento del G77 permitiría aumentar la presión ante los países del Norte para que honren el compromiso de movilizar 100 000 millones de dólares para la lucha contra el cambio climático, una promesa incumplida desde su aprobación en 2009.
Otro pendiente está relacionado con el aporte de 0,7 % de la renta nacional bruta en ayuda oficial al desarrollo y de 200 000 millones de dólares anuales hacia 2030 para la conservación de la biodiversidad.
El G77 y China debe mostrarse activo en varias reuniones de alto nivel en el contexto del 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, a partir de este lunes 18 de septiembre.
Entre ellas sobresalen la Cumbre sobre los ODS, los días 18 y 19; un Diálogo de Alto Nivel sobre la Financiación para el Desarrollo, el 20; y una reunión ministerial de la Cumbre del Futuro, el 21, preparatoria de la cumbre programada para septiembre de 2024.
En la segunda quincena de enero de 2024 está prevista en Kampala, Uganda, la Tercera Cumbre del Sur, cuando Cuba traspasará a esa nación africana la presidencia pro tempore del G77 + China.
ED: EG