SRINAGAR, India – Abdul Lateef Dar, un hombre de 45 años que vive en las afueras del famoso lago Dal, en la parte india de Cachemira, en el noroeste del país, y del que depende como pescador para obtener ingresos y alimentar a su familia.
La mañana del 26 de mayo, Dar comenzó el día con su rutina habitual: preparó sus aparejos de pesca y se dirigió al lago. Al principio, vio unos cuantos peces muertos, flotando en la superficie de sus aguas, lo que consideró un espectáculo habitual.
Pero al disiparse la bruma matinal, Dar contempló el lago con horror. Su superficie estaba repleta de miles de peces muertos, que parecían ramas secas y marchitas. Dar llamó urgentemente a otros pescadores y les mostró la angustiosa escena.
Pronto, cientos de pescadores y sus familias se reunieron en la orilla del lago, testigos de la devastadora mortandad de peces en el cuerpo de agua de 15,5 kilómetros de largo y un máximo de 3,5 kilómetros de ancho, al norte y oeste de Srinagar, la capital del estado de Jammu y Cachemira.
Dar contó que empezó a pescar con su padre a los 14 años y que siempre ha dependido del lago para vivir. Expresó su profunda angustia ante su devastación. De la noche a la mañana, miles de peces perecieron, asestando un duro golpe a su medio de vida y al de innumerables personas que dependen de la pesca y la venta de pescado en los mercados urbanos.
“Nunca había visto tal devastación, es como el día del juicio final. No cientos, sino miles de peces han muerto de la noche a la mañana. Este es el golpe más duro para mi sustento, y hay miles como yo cuyo sustento depende directamente de la pesca y la venta en el mercado. ¿Qué vamos a vender ahora, y qué hay que pescar?”, se lamentó Dar.
La comunidad de los hanjis (hombres remadores) lleva siglos viviendo en torno al lago Dal, y su principal ocupación es la pesca. Se les considera la comunidad más pobre del valle de Cachemira y solo poseen unas pocas pertenencias y llevan una vida sencilla pero ligado al lago desde siempre.
Debido a su dependencia de la pesca desde tiempos inmemoriales, esta comunidad, estimada en unas 40 000 personas, es más vulnerable que las demás de la población de Cachemira.
En Srinagar, el lago Dal es un emblemático espacio lacustre, con gran valor cultural y ecológico. Con frecuencia se hace referencia a él como la «joya» de Cachemira, rodeado de casas y jardines flotantes, que se llenan de flores de loto en junio y julio, y hoteles y jardines de la época mogol en sus riberas.
Se cree que la formación del lago Dal se debió a la acción tectónica y a procesos glaciares. Está rodeado de magníficas montañas y tiene una superficie de algo más de 18 kilómetros cuadrados que se extienden a 316 si se incluye toda la cuenca que es fuente de sus aguas.
La muerte masiva de peces sembró el pánico entre los habitantes de la zona y, en particular, entre las familias cuyo sustento depende directamente del lago.
El humedal del área del lago ya es víctima de eutrofización, como se llama al exceso de nutrientes en ecosistemas acuáticos que se traduce en la proliferación de algas y otras plantas en su superficie, que le invaden y le tiñen de verde, y ha obligado al gobierno del estado a iniciar un incipiente proyecto de restauración.
El mismo gobierno informó de que su departamento científico realizó un examen inicial para determinar la causa de la mortandad de peces, que estableció que las muertes se debían a la estratificación térmica, un cambio en la temperatura a diferentes profundidades del lago.
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Bashir Ahmad Bhat, máximo responsable de la Autoridad de Gestión de Lagos y Conservación de Cachemira, dijo a IPS que se habían recogido muestras y que se estaban analizando más en profundidad tras un análisis preliminar.
“Aunque hemos recogido muestras para un análisis exhaustivo, los peces (parecían haber) muerto como consecuencia de la estratificación por calor, algo habitual”.
A su juicio, “no hay por qué alarmarse”.
“Han perecido peces de tan solo dos o tres pulgadas. Hemos recogido muestras de los peces muertos en el laboratorio de investigación de nuestro departamento para averiguar la razón exacta por la que murieron los peces del lago; estamos a la espera de los resultados oficiales”, dijo Bhat.
Sin embargo, para los expertos e investigadores ecológicos, la mortandad de peces en la masa de agua podría ser el preludio de tiempos más turbios para el lago.
El investigador Zahid Ahmad Qazi dijo a IPS que el aumento del nivel de contaminación está afectando gravemente a la biodiversidad del lago y está causando un gran estrés a la fauna piscícola.
Destaca que la construcción incontrolada alrededor del lago y los residuos líquidos y sólidos que se vierten en sus aguas han empezado a tener efectos drásticos sobre la fauna y la flora del lago.
Un trabajo de investigación publicado por el Indian Journal of Extension Education en 2022 pone de relieve las mismas causas de la contaminación del lago y las consecuencias que podrían tener en el lago y que se habrían materializado ahora.
“A lo largo de los años, la calidad del agua del lago Dal se ha deteriorado, causando efectos adversos en su fauna piscícola. Las poblaciones de peces endémicos Schizothorax han disminuido considerablemente debido a la contaminación y a la introducción de especies exóticas”, detalla la publicación.
Al mismo tiempo, añade, “la producción pesquera total del lago no ha aumentado mucho en las últimas décadas. La falta de una gobernanza adecuada, de normativas políticas y de coordinación entre los organismos gubernamentales y los pescadores añade más efectos negativos a esta situación”.
El Departamento de Desarrollo de Lagos y Vías Navegables del estado, encargado de la protección de los lagos de Cachemira, indicó que había varios planes en marcha para salvar el lago Dal y su biodiversidad.
El departamento, según sus funcionarios, está arrancando los nenúfares con métodos tradicionales y desbrozando el lago con maquinaria de última generación para que la superficie quede libre de maleza y aumente su producción piscícola.
Sin embargo, según una investigación realizada en 2018 por Humaira Qadri y A. R. Yousuf, del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Cachemira, el gobierno regional, había gastado hasta entonces solo tres millones de dólares en la conservación del lago, sin que se hubiese experimentado alguna mejora visible en su ya entonces crítica situación.
La falta de un plan de gestión y restauración adecuado y la incidencia de prácticas de gestión diseñadas pero ecológicamente poco sólidas han hecho fracasar los esfuerzos de conservación, revela la investigación.
Añade el estudio que los esfuerzos de conservación han resultado un fracaso y señala que la apatía de las autoridades gestoras ha provocado el deterioro del lago.
“Es necesario formular un plan de gestión adecuado y ecológicamente racional que abarque todos los componentes medioambientales del ecosistema del lago y contribuya así a su conservación en un sentido ecológico real”, concluye la investigación.
T: MF / ED: EG